lunes, junio 30, 2025
Ciencia y Salud

¿Cómo afecta la vida en el espacio el rendimiento cognitivo de los astronautas?


Foto de un astronauta en traje espacial caminando con confianza sobre la superficie de la Luna

Fotografía: Nzoka John/Getty Images

No hubo deterioro cognitivo, pero…

El resultado más tranquilizador fue que, aunque la vida en órbita es indudablemente estresante, no se observó ningún deterioro cognitivo en la muestra de astronautas estudiada, sin cambios en su capacidad para razonar, aprender o recordar. Tal vez esto se deba a que seis meses es una cantidad limitada de tiempo, escriben los investigadores, recordando que en el famoso estudio de gemelos de la NASA (cuando uno se fue un año al espacio y el otro se quedó en casa) se observaron algunos indicios de deterioro cognitivo tras la experiencia. Sin embargo, eso no significa que algo no cambie y, de hecho, los investigadores del Behavioral Health and Performance Laboratory han identificado algunos efectos (pequeños) atribuibles a estar en órbita.

Lo único que se menciona es una ralentización general en el rendimiento de varias pruebas de determinadas funciones cognitivas, en diferentes momentos y durante diferentes duraciones. Algo hasta ahora sin consecuencias sobre la capacidad de realizar las tareas y esperable, según los autores, en consonancia con las pruebas recogidas en el pasado que hablan de una especie de “niebla cerebral” espacial, y en absoluto prerrogativa del Espacio. “Incluso en la Tierra, la velocidad de procesamiento, la memoria de trabajo y la atención son dominios cognitivos que pueden mostrar cambios temporales cuando se está bajo estrés”, afirma Sheena Dev, primera autora del trabajo, “otros dominios, como la memoria, son menos vulnerables al estrés. Por ejemplo, cuando uno tiene un día muy ajetreado, pero no ha dormido mucho la noche anterior, puede sentir que le cuesta prestar atención o que necesita más tiempo para completar las tareas”. Otro resultado digno de mención para los científicos es la variación en la propensión al riesgo observada durante las distintas fases de la misión: menor al final de la misión, mayor al principio. Mientras que no se observaron asociaciones particulares con las horas de descanso.


Nicola Fox actualmente administra 155 misiones científicas de la NASA.

Como parte de la celebración de los 60 años de colaboración entre la NASA y España, la jefa científica de la agencia habla sobre lo que se espera de las próximas misiones espaciales.


El reto de las misiones espaciales de larga duración

Sin embargo, a pesar de la amplitud de la muestra, para estudios similares, la información recogida no es más que la base de una investigación aún más profunda. Si de hecho, como explican los propios investigadores, pueden ser el punto de partida para entender qué juzgar como anormal partiendo de una condición inicial de “normalidad” y en relación con los efectos de la misión, en lo que se refiere a las funciones cognitivas, hay muchos factores a tener en cuenta antes de tener una imagen suficientemente clara de los efectos de estar en el espacio sobre la psique. En primer lugar, sería deseable disponer de datos sobre misiones de mayor duración, pero no solo eso. De hecho, quedan varios aspectos por investigar, como el impacto de la carga de trabajo, la actividad física y la dieta en el rendimiento cognitivo. La última parte de la investigación en este campo también debería dedicarse a comprender si las variaciones observadas pueden influir en la salud, la vida y el rendimiento de los astronautas en distintas tareas en órbita, y de qué manera.

Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Amira Saim.



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