Cómo pueden usarse las microondas de baja frecuencia contra el virus de la gripe aviar
Usar microondas de baja frecuencia para eliminar un virus como el de la gripe aviar, disminuyendo el riesgo de transmisión de la infección es una estrategia que también funciona contra este patógeno que, tras propagarse entre las aves de todo el mundo, se ha adaptado bien a las explotaciones ganaderas de Estados Unidos. Demostrando la eficacia de la tecnología empleada por primera vez contra la gripe aviar en aerosoles (pero ya probada contra otros patógenos y lista para ser utilizada sobre el terreno) se encuentra un nuevo trabajo aparecido en los últimos días en las páginas de Scientific Reports, que reunió a un grupo de expertos en saneamiento y prevención junto a técnicos e ingenieros.
La gripe aviar H5N1 se considera actualmente una gran amenaza para la salud animal y humana. De hecho, se teme que al seguir circulando en mamíferos (como viene ocurriendo desde hace tiempo) pueda empezar a afectar también a nuestra especie. Ya ocurre, solo en contadas ocasiones afortunadamente pero de forma a veces grave, aunque la gripe aviar podría convertirse en una posible y temible candidata a las próximas epidemias, si no pandemias, confiesa a WIRED Gaetano Privitera, profesor emérito de higiene y salud pública de la Universidad de Pisa, con una larga experiencia en el campo de la prevención de infecciones. Privitera forma parte del equipo de expertos que, junto con la joven empresa que produce los nuevos dispositivos, e4life, una colaboración entre ELT Group y Lendlease, probó la tecnología de microondas contra el virus de la gripe aviar.
Microondas como antimicrobianos
Antes de entrar en los detalles del nuevo estudio, cabe mencionar que la posibilidad de utilizar microondas como agentes antimicrobianos se conoce desde hace tiempo. El espectro de las microondas es muy amplio e incluye ondas electromagnéticas con efectos muy diferentes en el medio ambiente», recuerda Privitera; el horno microondas doméstico, por ejemplo, a potencias de entre 500 y 1,000 vatios, produce efectos térmicos, que también pueden ejercer una acción antimicrobiana, pero esencialmente su función es producir calor. Sin embargo, es posible explotar otras bandas de longitud de onda de las microondas para producir diferentes efectos sobre la materia: «Las microondas tienen la capacidad de inducir alteraciones en las moléculas estructurales de los microorganismos, lo que en última instancia puede conducir a su inactivación», prosigue el experto, «en algunos casos, esta acción antimicrobiana es producto de los llamados efectos de resonancia que, en última instancia, pueden hacer ‘explotar’ a los virus». Más concretamente, según el artículo, las ondas electromagnéticas inducen vibraciones moleculares en la materia, que pueden aprovecharse para inducir fenómenos de resonancia con microondas.
Microondas contra el virus de la gripe aviar
Pero el espectro de las microondas es muy amplio: si los hornos domésticos utilizan frecuencias en torno a los 2.45 GHz, ¿cuáles deberían emplearse para acabar con los virus? Es cierto que todos los virus son diferentes, pero comparten similitudes, por lo que cabe esperar que las microondas con capacidad para matar ciertos virus respiratorios también funcionen contra los patógenos. Este fue el caso de las pruebas realizadas con el virus de la gripe aviar en aerosoles. «Sabíamos que varios virus respiratorios son susceptibles a las microondas, como el virus de la gripe H1N1 y el SARS-CoV2, pero esto no basta para afirmar que su eficacia pueda extenderse automáticamente a otros virus. Por eso se realizaron pruebas para evaluar la tecnología específicamente contra el virus de la gripe aviar». También porque, como explican los investigadores, cada virus muestra una sensibilidad diferente a las microondas, tanto en lo que se refiere a las frecuencias aplicadas como a la duración de las aplicaciones (normalmente unos minutos).
Así que los investigadores pasaron a la fase de pruebas, poniendo a prueba la tecnología con el virus de la gripe aviar altamente patógena A (H5N1) en aerosoles, rociados en condiciones experimentales de muy alta seguridad (nivel BSL-3). Se analizaron siete bandas de frecuencia diferentes (entre 8 y 16 GHz), tras lo cual se recogió y analizó el aerosol. Los resultados mostraron que las frecuencias de microondas más eficaces para inactivar el virus eran las de 11-13 GHz. En cuanto a los tiempos de aplicación ensayados (entre 1 minuto y 5), los cinco minutos fueron aquellos para los que se obtuvieron los mejores resultados, con tasas de inactivación del 94% del título viral. Lo que se ha observado experimentalmente permite añadir al espectro de acción antiviral de las microondas en el aire también el del virus de la gripe aviar», comenta Privitera, «y esto podría tener importantes aplicaciones en el campo de las estrategias de prevención».
Posibles aplicaciones
La compatibilidad de las microondas utilizadas con la presencia humana y animal (las microondas no son radiaciones ionizantes, como los rayos ultravioleta, utilizados para higienizar ambientes confinados) permite imaginar su uso en condiciones de alto riesgo de infecciones transmitidas por el aire, prosigue el experto. Condiciones como las de los consultorios médicos o las salas de urgencias: de hecho, algunos centros médicos y RSA ya han implantado la tecnología, confía Privitera. Pero el descubrimiento de la capacidad de las microondas para actuar contra la gripe aviar también permite imaginar un uso más amplio de la tecnología. No debe entenderse como un uso exclusivo o alternativo: todos los procedimientos de control y mitigación de riesgos aplicados contra los virus, caso por caso, siguen siendo válidos, pero el uso de una tecnología similar podría ayudar. «La tecnología podría, por ejemplo, encontrar un lugar en la cría de animales, en entornos muy grandes con una alta densidad de sujetos susceptibles de infección. Pero también en clínicas veterinarias o plantas de procesado, añaden los expertos.
Nuevas pruebas y nuevas perspectivas para las microondas
La investigación en este campo continúa. En el futuro, concluye el experto, se pondrá en marcha un estudio para conocer la eficacia de la tecnología en el mundo real. Y es que, como los propios autores reconocen claramente, los factores ambientales y la presencia de materia orgánica podrían producir resultados diferentes en la práctica, y la eficacia de la tecnología en superficies o líquidos no está clara. Más aún teniendo en cuenta que el virus de la gripe aviar sí puede transmitirse a los humanos por inhalación de partículas virales, pero la infección también se transmite por contacto con secreciones contaminadas distintas de las respiratorias, como heces, mucosidades y leche, incluso entre animales (que también pueden adquirirla por consumo de alimentos contaminados).
En el futuro de la investigación también hay margen para más, continúa Privitera: la propia tecnología de desinfección podría evolucionar. Por ejemplo, podría programarse para actuar en diferentes bandas de frecuencia en función de los distintos agentes a los que se dirija, quizá en combinación con sensores capaces de interceptar los agentes microbianos más peligrosos en cada momento.
Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.