«Creo que los hongos pueden aumentar nuestra inteligencia»: una tarde con Paul Stamets en Berkeley
Los aztecas, recuerda, combinaban los hongos con chocolate para suavizar su sabor amargo, una tradición que continúa con los llamados ‘chocohongos’, una de las formas más populares de su consumo en la actualidad.
También hay registros del consumo de hongos de psilocibina en la antigua India, pero ese conocimiento se ha perdido.
Pero ahora, el consumo de los hongos en la sociedad ha cambiado. “¿Cuántas personas en esta habitación no han tomado una dosis alta de hongos?”, pregunta Stamets. Una, dos, tres, apenas 10 personas alzan la mano en el auditorio. Todos ríen. La mayoría ha tenido experiencias con dosis intensas.
Aunque por momentos hable como un gurú —habla de la conciencia, el universo, el espíritu humano—, Stamets está parado sobre la ciencia, y muestra diversos estudios y datos que en los últimos años han surgido entorno al estudio de la psilocibina y sus usos terapéuticos.
Stamets ofrece datos: se estima que ocho millones de estadounidenses han hecho viajes con hongos en 2023. También, que al menos 230 universidades y centros de investigación a lo largo del mundo tienen registros de estudios clínicos sobre psilocibina. Él mismo es titular de patentes y hasta un pequeño hongo, que hasta hace un año no estaba registrado, ahora lleva su nombre: Psilocybe stametsii.
Él mismo es autor de un estudio sobre el uso de microdosis de psilocibina, que documenta mejores resultados si se combina con el hongo adaptógeno conocido como melena de león y la niacina, que es básicamente la vitamina B3.
“Creo que los hongos pueden aumentar nuestra inteligencia. Con nuevas neuronas, nuevas conexiones de sinapsis y nuevas vías neurológicas. Creo que los hongos nos hacen mejores personas. Esto es lo que el mundo necesita ahora”, asegura.
Nuevo libro
Durante su conferencia en la Universidad de Berkeley, Paul Stamets anunció que el próximo mes de junio publicará un nuevo libro, Hongos psilocibes en sus hábitats naturales, que recopila información y fotografías de unas 60 especies de hongos psilocibes a lo largo del mundo.
Y aunque se ha sembrado la idea de que la mayoría se encuentra en América, la realidad es que están distribuidos a lo largo de todos los continentes, y su dispersión ha estado relacionada a las grandes migraciones de los humanos.
La difusión de los hongos, iniciada con el artículo de Robert Gordon Wasson en la revista Life, en la década de los cincuenta, sobre el trabajo de la curandera mexicana María Sabina, es solo uno de los tantos pasos en la historia.
“Ahora bien, debido a la colonización cultural, la represión, la guerra, las enfermedades y todas las cosas terribles que sufrimos, estas tradiciones se ven reprimidas. Se pierden en la clandestinidad o se pierden en la historia”, señala.
Su propio trabajo y el actual renacimiento psicodélico que se vive a nivel mundial, dice Paul Stamets, forma parte de esa larga historia de conocimiento.