jueves, marzo 13, 2025
Ciencia y Salud

Descubren que Saturno tiene 128 lunas más, pero estas no son lo que piensas


La primera luna de Saturno fue descubierta en 1655 por el astrónomo Christiaan Huygens. Casi cuatro siglos después, los científicos siguen descubriendo satélites por decenas. Un informe reciente ha añadido 128 nuevas lunas al gigante gaseoso con anillos, sumando un total de 274 cuerpos atrapados por su fuerza gravitacional, casi tres veces más que las que tiene Júpiter (95).

Las 128 lunas fueron encontradas por un equipo de astrónomos de universidades de Taiwán, Canadá, Estados Unidos y Francia, con ayuda del telescopio CFHT (Canadá-Francia-Hawái), en un observatorio ubicado en la cima de una montaña en el océano Pacífico. Tomó cuatro años de observaciones conjuntas y revisión de datos. Primero confirmaron 62 lunas y, posteriormente, determinaron la naturaleza de la otra mitad. La noticia se hizo pública cuando la Unión Astronómica Internacional (UAI) finalmente reconoció el paquete de nuevos satélites.


Algunos satélites como la Luna de la Tierra podrían tener sistemas de anillos. Sin embargo, no los tienen. ¿Por qué?

Satélites como la Luna que giran sobre planetas como la Tierra pueden sostener sistemas de anillos por milenios. Sin embargo, no hay registros de ellos.


No son satélites tan vistosos como Titán, Rea, Jápeto o Encélado. Según un comunicado de la Universidad de Columbia Británica, estas lunas que permanecían escondidas son rocas con forma de papa de unos cuantos kilómetros de diámetro. Probablemente son restos de otras lunas más grandes que han chocado entre ellas en el dinámico sistema de Saturno durante los últimos 100 millones de años.

Las lunas irregulares ni siquiera tienen nombres inspirados en la mitología griega o romana. La Unión Astronómica les ha concedido nomenclaturas similares a las de los asteroides, con una serie de números y letras para distinguirlas entre sí. Debido a su composición y tamaño, era imposible localizarlas con telescopios de generaciones pasadas.



¿Qué es una luna, después de todo?

El concepto de “luna” a menudo conlleva confusiones entre los entusiastas de la astronomía. Formalmente, el término se asigna a un cuerpo natural que orbita un planeta o un objeto de tamaño considerable. Debido a la generalidad del concepto, hay lunas tan grandes como el planeta Mercurio (es el caso de Ganímedes, satélite natural de Júpiter), con propiedades únicas (como Encélado y su océano interno) o tan pequeñas que son invisibles e insignificantes para su propio planeta. Incluso hay asteroides con lunas. Además, existen las cuasilunas, objetos que acompañan a un planeta durante su tránsito en el sistema solar y que no están necesariamente vinculados a su tirón gravitacional.

Por norma general, entre más grande sea un planeta, más satélites naturales tiene. El fenómeno se explica porque los planetas con más masa tienen mayor fuerza gravitacional y atrapan más objetos espaciales. También tienen lunas grandes porque es probable que parte de la materia que los formó como planetas gigantes haya dado lugar, al mismo tiempo, a un cuerpo más pequeño a su lado.

Júpiter tiene un total de 95 lunas, de las cuales, solo ocho son regulares (es decir, las más próximas al planeta). De los 274 cuerpos que orbitan Saturno, nueve captan toda la atención. Urano, otro gigante gaseoso, cuenta con 28 cuerpos, mientras que Neptuno, el planeta congelado, mantiene 16 lunas. Marte posee dos, la Tierra una y, finalmente, Mercurio y Venus carecen de lunas.



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