jueves, noviembre 21, 2024
Cuba

Destino UFC, el sueño de un joven atleta cubano


LA HABANA, Cuba. – A los 17 años, Aryan Manes Altagracia, un prometedor atleta oriundo de Matanzas, se ha trazado un camino diferente al de muchos de sus contemporáneos, quienes persiguen éxitos quizá más convencionales. Su sueño es ambicioso: pelear en los octágonos de la Ultimate Fighting Championship (UFC) y proclamarse campeón de ese prestigioso circuito de las Artes Marciales Mixtas (MMA).

El espigado joven forma parte de una nueva era de deportistas criollos que buscan romper moldes. Sin embargo, más allá de su talento y dedicación, los obstáculos para alcanzar ese mundo de alto nivel y competencia feroz son significativos y diversos. Sobre todo, porque en Cuba no existen circuitos de peleas profesionales y son escasas las academias que ofrecen formación integral en MMA.

Sin la posibilidad de competir localmente, los deportistas enfrentan un estancamiento en su progresión y, a la vez, ven disminuidas sus posibilidades de entrar en el radar de patrocinadores, cazatalentos y promotoras del espectáculo de las peleas. Prácticamente su único recurso es exhibirse en redes sociales.

En ese desfavorable contexto y, para cumplir su sueño, Aryan tendría que emigrar. “Tengo mucha fe y voy a luchar contra cualquier obstáculo que se interponga en mi camino; voy a llegar a esa meta como sea, esté donde esté”, comentó en entrevista con CubaNet,  aunque asegura que de momento lo que corresponde es concentrarse en los entrenamientos para mejorar su técnica, fuerza y velocidad.

Se inició como deportista a los siete años de vida, en la disciplina de gimnasia artística. “Luego hubo una captación en la escuela primaria donde estudiaba, para taekwondo; lo conversamos en familia y me autorizaron para que hiciera las pruebas de aptitud. Para tomar esa decisión, escuché mucho a mi padre, quien también fue atleta de taekwondo y ha sido mi guía en toda esta travesía”, contó.

En la actualidad, el joven estudia el último grado de la enseñanza preuniversitaria en la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) Luis Augusto Turcius Lima, de la provincia de Matanzas, donde entrena taekwondo como deporte principal y además se interesa por aprender judo, lucha libre, karate y boxeo. Fuera de la escuela, en un área externa se instruye en jiu-jitsu para complementar su entrenamiento como peleador de artes marciales mixtas.

“De niño miraba las películas de Jean Claude Van Dame y Chuck Norris; quería ser un gran peleador como los personajes que interpretaban”, cuenta. Con el paso del tiempo ha cambiado de ídolos: ahora se mira en el espejo de los luchadores de UFC Yoel Romero (también cubano), Nate Díaz, Anderson “La Araña” Silva y el titular de los pesos pluma, el georgiano-español Ilia Topuria. 

En busca de emularlos, su rutina diaria es la de un consagrado. Dentro y fuera de la EIDE, su vida gira en torno a los gimnasios de entrenamiento físico y de los tatamis y colchones donde aprende las técnicas de cada disciplina. “Hay que aumentar la dedicación para subir de nivel, esta es una etapa de formación. Ese es el primer paso rumbo a mis sueños”, dice.

Las horas de sacrificio le han sido devueltas con buenos resultados, pues en su corta carrera todavía no conoce la derrota. Como taekwondoca atesora oros provinciales en las categorías de 36 kg, 48 kg, 50 kg, peso en el que además ganó el Open Internacional celebrado en la Ciudad Deportiva de La Habana, en 2021. Este año también se alzó con el título nacional de los juegos escolares (en los 66 kg).

También conquistó la medalla de oro del Campeonato Nacional de Shiaikan Combat Jiu-jitsu (en la categoría de 61 kg), celebrado en 2023 en el balneario de Varadero, Matanzas. El mismo resultado lo repitió en los Juegos Panamericanos con sede en Panamá, ese propio año.

Aunque el camino es largo y arduo, Aryan sabe de la importancia de cada una de sus pisadas en la carrera por llegar al octágono de peleas profesionales más famoso del mundo. “Todo esto, y lo que sé que está por venir en cuanto a éxitos, se va sumando a mi currículum como carta de presentación, para cuando pueda empezar a perseguir ese sueño de pelear en la UFC”, apunta.

“Mi padre y mi familia son el combustible que me da fuerzas. Estoy trabajando por hacer realidad esa meta y nada ni nadie me va a impedir que pueda lograrlo. Mi convicción está por encima de todo, no paro hasta convertirme en campeón de artes marciales mixtas”, concluyó. 



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