domingo, diciembre 22, 2024
Ciencia y Salud

El calor extremo provocado por el cambio climático causa un récord de muertes entre personas mayores


La muertes atribuibles al calor extremo, la inseguridad alimentaria y la propagación de enfermedades infecciosas han alcanzado niveles récord a causa del cambio climático. Esta fue la contundente conclusión del nuevo informe de la iniciativa The Lancet Countdown. El reporte advierte sobre peligros nunca antes vistos para el bienestar de la humanidad. Urge a los líderes de todo el mundo a tomar medidas drásticas para mitigar los efectos de la crisis ambiental.

La novena entrega del ‘The Lancet Countdown: tracking progress on health and climate change’ fue elaborado con base en los hallazgos y la experiencia de 122 investigadores destacados de múltiples instituciones académicas y de agencias de la Organización de las Naciones Unidas. Evalúa 15 indicadores que monitorean los riesgos, las exposiciones y los impactos para la salud relacionados con el cambio climático. Los datos de la edición de este año exponen un escenario alarmante: 10 de los parámetros estudiados alcanzaron niveles críticos evidenciando una situación sanitaria inédita.

“Es preocupante que los múltiples peligros revelados por estos índices individuales probablemente tengan efectos simultáneos, acumulativos y en cascada sobre los sistemas humanos complejos e interconectados que sustentan la buena salud. Esto representa una amenaza desproporcionada para el bienestar y la supervivencia de las personas, que aumenta con cada incremento fraccional en la temperatura media global”, sentencia la investigación.


A photo illustration of the United Nations symbol with a glitch effect overlaying it.

Un informe de la ONU propone que la organización asuma un papel mucho más activo en el seguimiento y la supervisión de la IA.


El trabajo señala que una sequía extrema, que duró al menos un mes, afectó al 48% de la superficie terrestre del planeta el año pasado. La población mundial experimentó alrededor de 50 días con temperaturas nocivas para la salud y las cadenas de suministro de alimentos. La situación se ha traducido en un aumento de 151 millones de personas en condiciones de inseguridad alimentaria moderada o grave, con riesgo de desnutrición.

Las muertes relacionadas con el calor extremo, entre los habitantes mayores de 65 años de edad, aumentaron 167% en 2023 en comparación con la década de 1990. Los decesos relacionados con el fenómeno climatológico se habrían incrementado en cerca de 65% sin la crisis climática y considerando las tendencias de envejecimiento de la población mundial, según el estudio.

La investigación de The Lancet Countdown enfatiza en los daños a la salud mental que están ocasionando las agresivas variaciones climatológicas. Apunta que las recurrentes olas de calor son responsables de un incremento récord del 6% en las horas de sueño pérdidas el año pasado, respecto al promedio documentado entre 1986 y 2005. Se ha demostrado que la falta de descanso tiene implicaciones graves en las funciones fisiológicas y cognitivas.



El aumento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones intensificaron las tormentas de arena y polvo, exponiendo a un 31% más de personas a niveles dañinos de partículas contaminantes. A esto se suman, los cambios en las precipitaciones y las inusuales inundaciones que el cambio climático está provocando. El conjunto de factores “está favoreciendo la transmisión de enfermedades infecciosas mortales como el dengue, la malaria, el virus del Nilo Occidental y la vibriosis en lugares que anteriormente no se veían afectados”, advierte el informe.

Marina Romanello, directora ejecutiva de The Lancet Countdown, condena que “el balance de este año sobre las amenazas inminentes para la salud que supone la inacción climática revela los hallazgos más preocupantes hasta el momento. Se batieron récords en materia de cambio climático. Ningún individuo y ninguna economía del planeta es inmune a esta catástrofe”.

La especialista indica que la “expansión incesante” de los combustibles fósiles y las crecientes emisiones de gases de efecto invernadero agravan la situación y revierten “el limitado progreso” que se ha conseguido hasta ahora para frenar la crisis climática. Los autores del reporte acusan que “los gobiernos y las empresas siguen invirtiendo en hidrocarburos, lo que da como resultado una asombrosa pérdida de árboles. Esto reduce las posibilidades de supervivencia de las personas en todo el mundo”.

Los científicos urgen a tomar medidas inmediatas para contrarrestar la tendencia. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud , reitera que “la crisis climática es una crisis de salud. A medida que el planeta se calienta, la frecuencia e intensidad de los desastres relacionados aumentan, sin que ninguna región quede indemne”.



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