El cambio climático está acelerando la rotación de la Tierra
La rotación de la Tierra se está acelerando, y aunque a primera vista parezca contradictorio, este verano tendremos los días más cortos de 2025. El 10 de julio fue el día más corto del año hasta la fecha, con una duración de 1.36 milisegundos menos que las habituales 24 horas.
Así lo indican los datos del Servicio Internacional de Sistemas de Referencia y Rotación de la Tierra (IERS, por sus siglas en inglés) y del Observatorio Naval de EE. UU. Aunque la información aún está por confirmarse, otro día excepcionalmente corto podría ser el 5 de agosto, con 1.25 milisegundos menos de 24 horas.
La duración de un día
Según informa la página web timeanddate.com, el día más corto de la historia fue el 5 de julio de 2024, con 1.66 milisegundos menos que las 24 horas estándar. La duración de un día se refiere al tiempo que tarda nuestro planeta en completar una rotación completa sobre su eje: en promedio, 24 horas o 86,400 segundos. Sin embargo, cada rotación es ligeramente distinta, lo que da lugar a diferencias de apenas unos milisegundos. Estas se miden gracias a los relojes atómicos, y aunque no nos afecten directamente, sí pueden tener impacto a largo plazo en computadoras, satélites y telecomunicaciones.
Para hacer coincidir el tiempo medido por relojes atómicos con el Tiempo Universal Coordinado (UTC), es decir, el tiempo basado en la rotación de la Tierra, se inventó el segundo intercalar. Como recuerda CNN en un artículo, desde 1972 se han añadido 27 segundos intercalares al tiempo universal, tras décadas de rotación lenta de la Tierra. Sin embargo, el ritmo de adición ha disminuido gradualmente debido a que la Tierra gira ahora más rápido. Ningún segundo intercalar se ha añadido desde 2016.
«Nunca ha habido un segundo intercalar negativo. Pero la probabilidad de que haya uno de aquí a 2035 es de alrededor del 40%», declaró a CNN Duncan Agnew, geofísico de la Universidad de California en San Diego.
¿Por qué la Tierra gira más deprisa?
Varios factores influyen en que la Tierra gire más deprisa, entre ellos las influencias gravitatorias del Sol y la Luna. A esto se suma el hecho de que, durante el verano, la Tierra gira naturalmente más rápido. También influye el núcleo líquido del planeta, que se ha ralentizado en los últimos 50 años. Por último, el calentamiento global ha contribuido a contrarrestar las fuerzas que antes frenaban la rotación terrestre.
Un estudio publicado el año pasado por Agnew en Nature demostró cómo el deshielo en la Antártida y Groenlandia se está extendiendo sobre los océanos, lo que ralentiza la rotación del planeta. El desplazamiento de la masa de hielo no solo está afectando la velocidad de rotación de la Tierra, sino también su eje de giro, según una investigación dirigida por Benedikt Soja, de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, Suiza.
«A finales de este siglo, en un escenario pesimista, el efecto del cambio climático podría superar al de la Luna, que ha estado impulsando la rotación de la Tierra durante los últimos mil millones de años», concluyó Soja a CNN.
Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.