el envejecimiento reduce el peso de los jóvenes en el mercado laboral al 28,6%
El Banco de España ha publicado un un artículo en el que constata que el proceso de envejecimiento de la población ha contribuido «de forma notable» en las últimas décadas a reducir el dinamismo de las tasas de entrada y salida del empleo, así como la movilidad de un puesto de trabajo a otro. La institución subraya que este fenómeno se ha sentido ya en la disminución del empleo juvenil, con una caída del peso de los trabajadores menores de 35 años desde el 46,3% en 2005 hasta el 28,6% en 2022. En sentido contrario, los grupos de más edad (de 45-54 años y de 55 y más años) han incrementado su peso de manera gradual en este periodo, hasta suponer, en conjunto, un 45% del empleo en 2022, es decir, 18,6 puntos más de lo que representaban en 2005.
El Banco de España cuantifica en este artículo el impacto del envejecimiento poblacional sobre los flujos laborales de entrada al empleo, de salida del mismo y de empleo a empleo en el periodo 2005-2022. Unas de las conclusiones que se extraen el estudio es que, estadísticas en la mano, los jóvenes tienen mayor movilidad en términos de cambiar de empleo, entrar al paro y encontrar un puesto estando desempleado. Al contrario, las cohortes de más edad cambian menos de puesto.
Para ello, estima la evolución de dichos flujos bajo el supuesto de que la distribución de trabajadores por grupos de edad se hubiera mantenido constante en su situación del año 2005, es decir, en caso de que no se hubiera producido el proceso observado de envejecimiento de la población ocupada. La tasa de entrada al empleo habría sido 0,8 puntos mayor, unas 122.670 entradas. De su parte, las salidas al desempleo también serían mayores (0,6 puntos), con casi 90.000 flujos del empleo al paro. Los flujos de uno puesto a otro, de su lado, también serían más dinámicos (0,5 puntos), con unos 82.000 cambios.
El Banco de España echa mano del reciente ‘Ageing Report’ de la Comisión Europea para tratar de aproximar el futuro: todas las proyecciones disponibles apuntan a que el envejecimiento de la población activa reducirá, previsiblemente, los flujos del mercado de trabajo español.
«Si bien el grado de incertidumbre es muy elevado, este envejecimiento previsto podría dificultar, en ausencia de medidas correctoras –demográficas, políticas de empleo y formación–, los procesos de reasignación sectorial y ocupacional de los trabajadores necesarios para las transiciones digital y energética y para el crecimiento de la productividad», avisa la institución.
Los datos del análisis del Banco de España señalan además que los grupos de edad más jóvenes (de 16-24 años y de 25-34 años) son los que presentan una mayor movilidad desde el ‘no empleo’ al empleo, con tasas de entrada sustancialmente superiores a las de los grupos de mayor edad a lo largo del periodo 2005-2022, pero sufriendo una temporalidad superior a la de las cohortes más mayores.
Asimismo, en lo que respecta a las tasas mensuales de salida del empleo, calculadas como el porcentaje de trabajadores en un mes específico que pierden su empleo en el mes siguiente, los grupos de edad más jóvenes presentan tasas superiores a las de los grupos de edad más avanzada.