viernes, noviembre 22, 2024
Cuba

“El gobierno me dio una casa inhabitable”


LA HABANA, Cuba.- El escritor Ernesto Martí Rivero es una de las voces literarias más reconocidas del municipio Manicaragua, en la provincia Villa Clara. Ha publicado más de 15 libros y tiene otra vasta lista en producción. Pero sus reconocimientos y su contribución al mundo intelectual de la provincia no han sido suficientes para llamar la atención de las instituciones culturales u organismos políticos sobre la difícil situación en que se encuentra.

“Mi esposa y yo estamos viviendo en un lugar inhabitable. Es un cuarto y un baño. Yo que no soy carpintero ni nada de eso, hace 10 años, cuando vine para ahí, le hice una especie de cocinita y se desplomó un portalito que le inventé y hace tiempo que está así. Estamos viviendo una situación desesperante y mi esposa y yo estamos enfermos”, dice a CubaNet el escritor de 56 años.

Rivero ha publicado libros como Mitos en la selva de Harasay, Andanzas y memorias, Lienzos y juglares y El niño árbol. Sus textos han sido publicados por las editoriales Letras Cubanas, Abril, Sed de Belleza y Capiro. A pesar de su profusa creación poética y su prestigio dentro de las letras, el escritor vive en una situación terrible.

“Yo necesito dinero, o dinerito en el ahora. Dime qué puedes hacer para ayudar en eso. Me refiero a negociar con mi obra, la literatura no tiene dueño más allá del derecho de autor que garantiza —cuando sucede— el dinero, el derecho de propiedad, y muchas veces la banalidad del intelectual o el artista de ostentar el don que en los más de los casos mueve a egoísmos, envidias y rivalidades, males que desde sus portadores terminan dañándonos sin compasión a los que, más allá de intelectualidad y talento, nunca hemos tenido nada”, escribió el pasado 22 de agosto en su perfil de Facebook.

Ernesto Martí Rivero, Cuba

“Tengo ocho buenos libros inéditos disponibles para editar, vender, o cualquier negocio que me resuelva al menos algo de la situación que tengo. No escatimo derechos de autor, lo que está escrito está escrito para los demás que gusten o necesiten del placer de la literatura ahora o a través del tiempo”, indicó en su mensaje.

Acerca de esta situación explicó a CubaNet: “He dedicado mi vida a la poesía. He sacrificado todo por la escritura y no la voy a dejar. El hecho de que venda mis libros y que haya gente echando lágrimas por ahí porque saben el valor de la obra de un autor, lo entiendo, pero un libro no es mi vida. Mi vida soy yo. A lo que se le llama obra es a lo que deja alguien cuando muere”.

Martí Rivero explica que el gobierno le dio una casa “inhabitable”. “Tengo los papeles del terreno. El gobierno sabe las condiciones que tiene, que es inhabitable. Cuando me dieron el carné de identidad me pusieron el número del vecino de al lado porque realmente lo mío no es casa y no se le puede poner número. Así estamos malviviendo ahí”.

Rivero confiesa su preocupación por la proximidad de las habituales lluvias de septiembre y la repercusión que pueden tener sobre su “casa”.

“Nos va a caer septiembre encima y no sabemos cómo venga. Se me moja todo. Nosotros no lo habíamos dicho. Pero todo eso es la situación real”, agrega.

En el momento de la entrevista el escritor había recogido 800 pesos por la celebración de dos actividades que organiza en Manicaragua y en el Centro Provincial del Libro. “Son dos actividades únicas que doy en el mes”, dice. Sin embargo, sus dividendos no tienen repercusión en la cobertura de sus necesidades básicas.

“No tenemos agua hace dos meses. Hablé con un hombre para comprar una pipa, pero no pude hacerlo cuando me dijo el precio. Lo primero es comprar el petróleo para el tractor y traérmelo. Casi se monta en 2.000 pesos y no puedo pagarlo”, explica.

“Nos bañamos porque busco unos cubitos de agua de la cisterna de una vecina que nos ayuda. Pero tenemos ropa sin lavar que nos han entregado en ayudas humanitarias”, señala.

A la situación con su vivienda se unen las enfermedades que padece en la columna, “que provocan unos dolores muy fuertes en la cintura” y las complejas dolencias de su esposa, de 53 años, quien también se dedica a la literatura.

Ernesto Martí Rivero y su esposa. (Foto: Redes Sociales del escritor)

“Tengo que andar junto a mi esposa porque le dan unas fatigas y se desmaya. Y casi nunca hay coches y tengo que llevarla en hombros para el hospital. Estamos enfermos los dos. Mi esposa padece de la presión, el corazón, tiroides y un boceo nodular. Ella también tiene una fisura en el ano bastante profunda que yo he tenido que ir curándosela por largos periodos. Es una realidad que tratamos de esconder, pero ya no lo haré más. No quiero pedirle nada a nadie. No defiendo ningún gobierno ni ninguna posición política. Estoy defiendo mi paz y mi tranquilidad. En los hospitales no hay nada. Yo estuve 25 días en un hospital durante el tiempo de la COVID-19 porque los médicos no se atrevían a operarla porque faltaba el líquido del contraste para mirarla bien antes. Al final tuvieron que picarla”, señala.

Rivero señala que las instituciones saben toda su situación y no oculta su molestia por las evasivas que le han puesto para ingresar a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) pese a poseer una obra consolidada.

“He presentado mi solicitud a la UNEAC varias veces, pero no sé cuál es el misterio. Soy escritor de todas formas y todos los escritores estamos unidos, al menos los que son como yo. Dejé también el carné de combatiente en una maleta. Nunca quisieron darme el carné de la UNEAC, pero ya estoy suficientemente enojado para pertenecer a esa institución”, comenta.

Martí Rivero realizó un proyecto artístico promocional del que es presidente. Al respecto explica: “Estoy trabajando a pecho con eso, sin cobrar un kilo, sé que ingresa a la sociedad y al gobierno, pero lo hago porque me gusta. Aquí tengo todo el perfil de esa empresa y he creado varios proyectos para la creación y la literatura. En su momento le doné a la Asociación Hermanos Saíz el libro Lienzo y juglares. Eso ya le pertenece a la nación no al gobierno este o a aquel. A la nación”.

El escritor señala que a pesar de toda la gravedad de su situación nunca abandonará la literatura, que durante la última etapa ha estado investigado diversos temas relacionados con la literatura, y dice: “Tengo libros por teclear. Pero no tengo computadora. Un amigo de España me mandó una, pero estaba rota. Tuve que venderla para comprarme un teléfono. Tengo alrededor de 15 libros y ocho en una memoria. Escribí una novela llamada El libro del ciervo con dos variantes, una para niños y otra para jóvenes. Los que amamos la literatura vamos a seguir haciéndola, aunque sea debajo de una piedra”.



Source link

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *