El IEE denuncia que el esfuerzo fiscal en España supera en un 17% la media de la UE
España obtendrá en 2024 95.000 millones de euros más en impuestos que en los años previos a la pandemia, llegando a los 295.000 millones recaudados, son los datos que se desprenden del estudio ‘Competitividad Fiscal 2024. Un diagnóstico necesario de la tributación en España’, elaborado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE). Estas cifras suponen un aumento del 28% de los impuestos, mientras que el PIB ha crecido un 17%.
La presión fiscal normativa se sitúa en un 117%, 17 puntos por encima de la media de la Unión Europea y 16,3 que el promedio de la OCDE (100,7%). Se trata de su segunda peor cifra en los últimos 4 años (la peor es 2023, cuando se situó en el 117,2%). En 2021, se situaba en 112,8 puntos, en 2022 ascendió a los 116,4 y ya en 2023 se posicionó en su cifra más alta.
En lo que a la presión fiscal normativa respecta, se pronunció Íñigo Fernández, presidente de IEE, que explica que «debe basarse en la competitividad y neutralidad», poniendo en el foco que «muchas veces se utiliza la recaudación como un arma política más que como un instrumento para recaudar de forma justa y efectiva», añadió Fernández. Esta gran diferencia que hay en las cifras con respecto a la UE, se debe también la gran tasa de desempleo y economía sumergida existente en España, ya que si se lograran cifras de empleo similares al nivel de la UE-27, se podrían obtener alrededor de 14.400 millones de euros más, equivalente a un punto sobre el PIB.
De esta manera, se puede conocer el esfuerzo fiscal directo que realiza España a la hora de hacer frente al pago de los impuestos. La cifra es del 117%, 17 puntos más altos que el de la media de la Unión Europea y 82,2 más que Irlanda, el país que realiza un menor esfuerzo fiscal y que se encuentra en primera posición. De esta manera, la presión fiscal de España, se prevé según el estudio de IEE, que represente un 39% sobre el PIB, mientras que el de la UE llega al 41,1%.
Competitividad fiscal
A través de los impuestos, también se puede medir la competitividad de los países, ya que aunque el entorno económico y regulatorio de las empresas son fundamentales en el desarrollo de la economía. Para ello está el Índice de Competitividad fiscal, en el que se analiza el sistema tributario con diversas variables para conocer si hay una correlación entre la fiscalidad y la prosperidad económica. En el ránking, formado por 38 países, España se encuentra en la posición número 33, con un 56,3% de competitividad, por debajo de la que se encontraba en 2023 (31) y muy por debajo a la que ocupaba en el año 2020 (27). Por lo que en tan solo 4 años, el país ha perdido 6 puestos en lo que a competitividad fiscal respecta.
Para tratar de comprender la mala posición de España, que se encuentra en cuarta posición por la cola, hay que tener en cuenta diversos indicadores que se han utilizado para realizar el ránking. Entre ellas, destaca la presión fiscal normativa, el esfuerzo fiscal, la fiscalidad empresarial y la imposición sobre el ahorro. En todas ellas, se tienen en cuenta los impuestos que las atañen y que han subido en los últimos años por encima de la media de la Unión Europea y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Otra de las variables fundamentales para conocer la competitividad fiscal de España es la presión tributaria empresarial.
Presión fiscal empresarial
Habiendo analizado las variables de la presión y esfuerzo fiscal, resulta imprescindible conocer cuáles son los impuestos que cuentan con un porcentaje de tipo impositivo por encima de la UE y que más cuesta a los empresarios.
El primero de ellos es el Impuesto sobre Sociedades, que cuenta con un tipo del 25%, frente al 21,3% de la media de la UE. Para conocer la competitividad fiscal a través de este impuesto, se tiene en cuenta la presión tributaria, que es de un 24,1% más alta que la media de la UE, que se mantiene en el 100%, y un 15,9% superior a la OCDE (108,82).
Los Impuestos al ahorro y a las empresas también han sufrido subidas en los últimos años. Así, el presidente del IEE declaró que no se va por el camino correcto: «Creo que vamos por el lugar inadecuado, ya que no hay que poner el foco en subir los impuestos, si en el control del gasto», haciendo alusión a la falta de planes de control del gasto por el Gobierno, ya que la recaudación tributaria en 2023 marcó récord con 271.935 millones de euros, un 6,4% más que en 2022, y se prevé que este 2024 se alcancen los 295.000 millones.
Por último, otro de los impuestos que que puede llegar a su tipo máximo es del de la Renta de las Personas Físicas, que puede llegar a alcanzar el 54%, mientras que la medía de la UE está en el 39,6%, lo que suponen 6,1 puntos por encima.
Con todo, España enfrenta una presión fiscal muy superior a la de la media de la UE, con especial énfasis en la que afecta a las empresas y autónomos. Esta situación hace que se produzca una deslocalización de la inversión, ya que las compañías extranjeras no ven a España como un país rentable en el que establecer sus empresas, lo que influye directamente en la fuga de contribuyentes que podrían agrandar las arcas públicas del país. Todas estas decisiones producen desventajas competitivas con respecto a otros países de la Unión Europea, que cuentan con una normativa fiscal menos restrictiva y, aún así, crecen a una mayor velocidad.