El nuevo objetivo de las bandas criminales en Brasil es el Ozempic
Los medicamentos para tratar el sobrepeso y la obesidad en Brasil son cada vez más escasos. Como informa The New York Times, las farmacias han registrado un aumento de asaltos con el objetivo de acaparar Ozempic, Wegovy y Saxenda. Como en muchos otros países, las tasas de obesidad no dejan de aumentar en el país brasileño, y un paquete de fármacos para adelgazar puede costar hasta 190 dólares al mes, frente a un salario medio de 265 dólares al mes. Así, los medicamentos contra la obesidad se han convertido en una nueva oportunidad de negocio criminal.
Historia de los fármacos para el control de peso
A principios de los 80, los investigadores identificaron la GLP-1, una hormona del intestino humano que desencadena la liberación de insulina, responsable del control de los niveles de azúcar en la sangre. El descubrimiento, además de apoyar el desarrollo de una nueva clase de fármacos contra la diabetes, dio a los científicos las bases suficientes para estudiar el control glucémico y la supresión del apetito, que llevaba a varias personas a la pérdida de peso. En 2014, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el primer fármaco GLP-1 destinado a la pérdida de peso. La liraglutida se comercializó bajo el nombre de Saxenda.
Foto: Jaap Arriens/Getty Images
En 2017, se aprobó la semaglutida, un receptor de la GLP-1 más eficaz que la liraglutida para el tratamiento de la diabetes. Cuatro años después, se autorizó su uso para la pérdida de peso, y se comercializó en medicamentos como Wegovy y Ozempic. En los ensayos clínicos, las personas que tomaban semaglutida conseguían perder hasta un 15% de su peso corporal. La investigación prosiguió: en 2023, se aprobó la tirazepida, cuya ingesta permitió una reducción media del peso corporal del 21%. Ante los evidentes cambios físicos, los agonistas de los receptores GLP-1 se hicieron extremadamente populares entre sus fabricantes; el éxito ha desencadenado una verdadera «carrera de moléculas» para desarrollar fármacos más eficaces, más prácticos y con menos efectos secundarios. Sin embargo, esta misma popularidad despertó el interés de los delincuentes.
Una tendencia creciente
«Diversos medios locales reportan actos delictivos dirigidos contra las existencias de Ozempic y similares en muchas partes del mundo, incluidos Michigan y España. Pero Brasil se ha convertido en el principal foco mundial de estas acciones», cita el New York Times. São Paulo es un punto estratégico para los delincuentes, ya que es la ciudad más rica de Brasil y alberga varios barrios acomodados, donde las farmacias comercializan medicamentos caros para clientela que puede permitírselos.
Los ladrones publican los productos robados a través de grupos de WhatsApp o Facebook. El director policial del Departamento de Investigación Criminal del Estado de São Paulo confiesa que el robo de Ozempic, Wegovy y Saxenda, es una tendencia creciente: «Las farmacias han reducido las existencias de medicamentos adelgazantes en sus almacenes y han aumentado la vigilancia, colocando guardias armados en la puerta.
«Si vendes Ozempic, ya no puedes trabajar tranquilo»
«Quien tiene Ozempic en venta, ya no puede trabajar tranquilo. Los clientes nos preguntan si los tenemos en existencia y les decimos que no. Es la única manera de que no nos roben», declara un propietario de una farmacia independiente de la zona oeste de São Paulo. Otro farmacéutico afirmó a The New York Times que guarda un machete bajo el mostrador por miedo a ser atacado.
En 2023, se registraron casi cinco mil robos, una cifra que se elevó a más de ocho mil en 2024. Pronto, la situación podría dar un giro radical: «Los ladrones de medicamentos se enfrentarán a una fuerza más poderosa que la policía: la economía», concluye el medio neoyorquino. La patente brasileña de la semaglutida expira en 2026 y las empresas farmacéuticas ya están trabajando en la producción de versiones genéricas que bajarán los precios. Una vez más, el mercado puede más que las instituciones.
Artículo publicado en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.