jueves, enero 30, 2025
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El príncipe Harry, al borde de los 40: su traumática infancia y adolescencia a la sombra de Guillermo


Elena Castelló

Enrique de Inglaterra cumple 40 años y su vida parece estar envuelta en la misma polémica que siempre ha arrastrado como
segundón al trono de Inglaterra, lo que los británicos llaman ‘Spare’ y que fue como
el propio Harry
tituló sus memorias publicadas a principios de 2023 y
traducidas como ‘En la sombra’.

En ellas, volvió sobre sus años de infancia y de adolescencia y sobre
el trauma de perder a su madre
con tan solo 12 años y profundizó, entre otras cosas, en la relación con su hermano Guillermo, heredero a la corona de Inglaterra, y su papel siempre un paso por detrás. Antes de cumplir los treinta, Harry había hablado abiertamente de
su dolor y su proceso de luto, como parte de su compromiso con la salud mental, compartido con Guillermo y Kate.

Pero fue, en abril de 2017, con 32 años, poco antes de anunciar
su compromiso con Meghan
, cuando el príncipe desveló duros detalles sobre su luto, en una entrevista en el podcast ‘Mad World’ de la periodista Bryony Gordon, desafiando la tradición real. Habló de cómo se había sentido
caminando tras el féretro de su madre, y lo traumática que fue la experiencia, y que había necesitado terapia, para poder salir del túnel de aquel dolor.

Los traumas de Harry tras la muerte de su madre

Contó que había sufrido
ataques de pánico y de rabia, y que su vida se convirtió en «un caos total» durante los años siguientes. «No podía enfrentarme a ello, no sabía qué estaba mal en mí», reconoció en la emotiva entrevista. Trataba de hablar con su hermano, pero fracasaba, y su padre pensó que era mejor no tocar el tema para no ahondar en el dolor.

La conversación estaba llena de revelaciones desgarradoras. Harry confesó que estuvo cerca de padecer una crisis nerviosa total en numerosas ocasiones y que
bloqueó sus emociones durante años, para evitarlo, una política del avestruz, según la calificó, que tuvo graves consecuencias en su salud mental. Le costó dos décadas enfrentarse con su sufrimiento y ponerle solución. «Perder a mi madre con 12 años y cerrar todas mis emociones, tuvo un efecto no solo en mi vida personal, sino también en mi trabajo», confesaba.

Harry y Guillermo, junto a su madre la princesa Diana. /

Getty

Aquel momento, cuando había cumplido ya treinta años y hablaba con total sinceridad de sus padecimientos psicológicos, marcó, probablemente, el punto más alto de su popularidad, que se vería refrendada cuando, un mes después, anunciaba su compromiso con la norteamericana Meghan Markle. Harry había acompañado a Guillermo y Kate en sus agendas públicas y con su espontaneidad aparecía como
un soplo de aire fresco para la monarquía.

El príncipe Harry siempre fue impulsivo, emocional, transparente con sus estados de ánimo. Para muchos sigue siendo
el vivo retrato de su madre, la princesa Diana
. Es especialmente sensible, entregado a los demás y abierto a la hora de hablar de sus sentimientos, como lo fue Diana, a diferencia de lo que se espera en la familia real, cuyo lema es «Nunca expliques, nunca te quejes». Fue la propia princesa Diana la que vio siempre a Enrique como más parecido a ella, mientras Guillermo lo era a Carlos, y la que trató de defenderlo para que la posición de su hermano no le hiciera daño.

Diana de Gales se dedicó en cuerpo y alma a Harry

Diana, entonces, se dedicó al menor de sus hijos. «Ellos –refiriéndose a la familia real– cuidarán del heredero y yo cuidaré del hermano del heredero’», decía. Era una forma de compensarle por cualquier trato injusto, como cuando
la reina madre invitaba al té a Guillermo y no a Harry o cuando el primero pasaba más horas en Windsor con la reina. Para Diana era una lucha porque la familia real tenía claro que el heredero es el heredero, y lo demás no importa.

Harry se acostumbró pronto a la polémica, como hizo su madre. En la década de los veinte años, su dolor mal resuelto y su sensación de aislamiento, en una familia poco dada a las expansiones emocionales, le lanzaron a «vivir la vida», ganándose el apelativo de ‘Crazy Harry’ (‘El loco Harry’). El príncipe
ocupó todas las primeras páginas de los periódicos, durante años, por fumar marihuana, perder el control con los periodistas a causa del alcohol, asistir a una fiesta de disfraces con un uniforme nazi o acumular parejas de melena rubia y pronunciado escote. Y luego estaban las fiestas salvajes en los sótanos de la casa de campo paterna, Highgrove House.

Diana de Gales y su hijo, el príncipe Harry, en una imagen de archivo. /

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Hubo una época en la que era el invitado de honor de todos los clubs privados y las discotecas más exclusivas de Londres. Su padre, hondamente preocupado, trató de enderezarlo, pero no lo consiguió.
Harry, entonces, buscó ayuda psicológica, bajo el consejo de su hermano, y trabajó con sus demonios, especialmente en los dos años previos a su compromiso con Meghan. «Ahora puedo tomarme mi trabajo en serio y manejar mi privacidad», concluía en esa entrevista con Bryony Gordon.

Pero, ya entonces, el actual duque de Sussex aludía a las
dificultades de vivir en el seno de la familia real y no poder defenderse de los abusos de la prensa por sí mismo. Los que se compadecieron de él, hoy piensan que ha ido demasiado lejos y vive en una controversia permanente que ya no aceptan.





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