sábado, agosto 2, 2025
Ciencia y Salud

El próximo mensaje de la Tierra al espacio exterior, más allá del sistema solar, es un vals del siglo XIX


La Agencia Espacial Europea (ESA) y la Oficina de Turismo de Viena se preparan para enviar un nuevo mensaje al espacio profundo desde una poderosa radioantena en España, para corregir lo que consideran un error cometido hace décadas. Los científicos transmitirán el icónico vals El Danubio azul, compuesto en 1866 por el austriaco Johann Strauss II, una de las piezas de música clásica más asociadas a la exploración espacial, pero que quedó fuera de la primera colección de canciones enviadas más allá del sistema solar a bordo de la sonda Voyager 1, lanzada el 5 de septiembre de 1977.

La emisión de El Danubio azul desde la antena parabólica de 35 metros de la Estación de Cebreros, en España, está programada para el 31 de mayo, para coincidir con el bicentenario del nacimiento del compositor. El evento también servirá como homenaje al vigésimo aniversario de la estación de la ESA, fundamental en la comunicación de larga distancia con misiones en Júpiter, Marte y Mercurio.

Para la ESA, El Danubio azul ha ganado su lugar entre las estrellas gracias a su papel en la banda sonora de la película 2001: Una odisea en el espacio, dirigida por Stanley Kubrick y estrenada en 1968. En una de las escenas más memorables, el vals acompaña el acoplamiento entre una estación espacial y la nave del protagonista, antes de su llegada a la Luna. Décadas después, la combinación de Strauss y Kubrick inspiró una escena similar en la película El primer hombre, que recrea la misión Apolo 11.

“La música nos conecta a todos a través del tiempo y el espacio de una manera muy particular. La Agencia Espacial Europea se complace en compartir escenario con Johann Strauss II, y abrir la imaginación de los futuros científicos y exploradores espaciales que algún día podrían viajar al son del himno del espacio”, dijo Josef Aschbacher, director general de la ESA.

Por su parte, Octave Procope-Mamert, responsable de infraestructura terrestre para operaciones espaciales en la ESA, aseguró que «enviar una obra del genio musical a las estrellas pone de relieve la genialidad técnica que aplicamos a diario al volar y comunicarnos con misiones europeas, descubriendo nuevos conocimientos en todo el sistema solar«.


Siluetas de radiotelescopios al atardecer.

No han sido pocos los intentos de enviar mensajes a civilizaciones inteligentes en el universo. ¿Habrá alguna vez una respuesta?


La Voyager 1, lanzada hace 48 años, transporta un disco de oro con una muestra de la diversidad cultural de la humanidad en aquel momento. Es una cápsula del tiempo de la civilización, con esperanzas de ser encontrada por otra en el espacio. El equipo responsable de su contenido, liderado por Carl Sagan, incluyó obras de compositores representativos de todo el mundo, como Bach, Mozart, Stravinsky, Chuck Berry, Louis Armstrong y Lorenzo Barcelata. Aunque 2001: Una odisea en el espacio se estrenó varios años antes del lanzamiento de la Voyager 1, Johann Strauss II nunca fue incluido en la colección musical de la sonda.

“La ausencia del vals más famoso de todos en el disco de oro de la Voyager de 1977 es un error cósmico que corregimos con ‘Vals al Espacio’”, contó Norbert Kettner, director de la oficina de Turismo de Viena.

Actualmente la sonda Voyager 1 es el objeto creado por el ser humano más distante en el espacio. Según estimaciones de la ESA, se encuentra a más de 23,500 millones de kilómetros de la Tierra. 



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