jueves, noviembre 21, 2024
Economía

El pueblo español que reclama Portugal es considerado por la CIA como zona de disputa internacional


Si a usted le vendan los ojos y sin ningún tipo de información le dejan paseando por las calles del municipio pacense de Olivenza, probablemente sea incapaz de distinguir si se encuentra en España o en Portugal. Las coloridas fachadas, las empedradas plazas y las limpias calles de este pueblo (muchas de ellas con nombres en portugués y castellano) de poco más de 11.000 habitantes recuerdan y mucho a Portugal. Lo cierto es que esta localidad fue territorio luso hasta hace ‘cuatro días’. Suele decirse que Olivenza es hija de España y nieta de Portugal, la frase de una canción que resume muy bien la historia de este pueblo que hoy vuelve a protagonizar un nuevo conato de enfrentamiento entre dos pueblos hermanos (aliados y miembros de la Unión Europea) que, sin embargo, han tenido un pasado lleno de choques, guerras y traiciones. Aunque España y Portugal mantienen hoy una estrecha y amistosa relación, la histórica relación entre Lisboa y los ingleses (para desbaratar los planes de Castilla y Francia) han sido el hilo argumental de unas relaciones turbulentas que todavía hoy tienen algún escollo que salvar como es el caso de Olivenza.

Aunque suene como algo increíble, rompedor y novedoso, Portugal lleva décadas reclamando la soberanía del pueblo pacense de Olivenza. Además, aunque esto parezca una pequeña ‘riña’ entre vecinos, la mismísima CIA de EEUU tiene catalogada este municipio y sus alrededores como una «zona de disputa internacional» en sus archivos, puesto que es un conflicto sin resolver y relativamente ‘caliente’, según el organismo de la inteligencia norteamericana.

El ministro de Defensa Nacional de Portugal, Nuno Melo, reclamó el pasado viernes a España que entregue el pueblo pacense de Olivenza, ubicado cerca de la frontera entre los dos países, subrayando que es un municipio portugués «por tratado» y entiende que es un derecho «justo» exigir esta reclamación.

Las calles de Olivenza aún mantienen su nombre en portugués

«Olivenza es portuguesa, naturalmente, y no es ninguna provocación», ha señalado en declaraciones a los medios desde Estremoz, en el distrito de Évora, según recoge la agencia portuguesa Lusa. «Como es obvio, esa opinión no vincula al Gobierno. Se trató de una respuesta a una pregunta y, por eso, no pude concertarla con los restantes miembros del Gobierno», explicó en un mensaje en su perfil de la red social X.

Esta disputa está reflejada en la página web de la CIA donde se acumulan varias zonas en conflicto a nivel internacional como Palestina o las fronteras en disputa entre China y la India. En un largo listado, la CIA también establece que el municipio pacense es una zona en disputa porque «Portugal no reconoce la soberanía española sobre el territorio de Olivenza, basándose en una diferencia de interpretación del Congreso de Viena de 1815 y el Tratado de Badajoz de 1801».

La histórica disputa sobre Olivenza

La disputa sobre Olivenza es una cuestión histórica delicada que sigue sin resolverse oficialmente. El origen de esta controversia se remonta a la Guerra de las Naranjas en 1801, un conflicto breve pero significativo entre España y Portugal. Este enfrentamiento surgió cuando Francia, bajo el mando de Napoleón Bonaparte, instó a España a invadir Portugal como represalia por su negativa a sumarse al bloqueo continental contra el Reino Unido. El nombre de la guerra deriva de un gesto simbólico del entonces primer ministro español, Manuel Godoy, quien, tras la victoria, envió un ramo de naranjas a la reina María Luisa como muestra de su éxito militar.

El conflicto concluyó con el Tratado de Badajoz en 1801, mediante el cual Portugal cedió Olivenza a España. No obstante, desde entonces, Portugal ha mantenido que la cesión fue impuesta bajo presión y, por tanto, carece de legitimidad. A pesar de la firma del Congreso de Viena en 1815, donde se estipuló que las potencias europeas debían mediar en la devolución de Olivenza a Portugal, España ha continuado administrando el territorio, afirmando que la cuestión territorial está resuelta.

Las conflictivas relaciones entre España y Portugal

La historia de las relaciones entre Portugal y España ha estado marcada por tensiones recurrentes, no solo en torno a Olivenza. A lo largo de los siglos, Portugal ha sido un vecino incómodo para España, en gran parte debido a su estrecha relación con el Reino Unido. Desde el Tratado de Windsor de 1386, Portugal y el Reino Unido han mantenido una de las alianzas diplomáticas más longevas del mundo, una asociación que ha jugado un papel crucial en la política ibérica y europea.

Este lazo ha complicado los intentos de expansión de la Corona de Castilla y, más tarde, de España, pues Portugal ha usado su alianza con los británicos como un escudo contra las ambiciones hegemónicas de sus vecinos. En numerosos conflictos, tanto España como Francia se encontraron frustrados por la capacidad de Portugal para alinear sus intereses con los de Reino Unido, estableciendo una suerte de contrapeso que limitó el alcance de las potencias continentales.

Esta dinámica perduró incluso durante la unión de las coronas ibéricas en el siglo XVII y se reforzó en la era napoleónica, cuando Portugal se convirtió en una pieza clave en la estrategia británica para contener a Francia y sus aliados.

Portugal, por tanto, ha sabido utilizar tanto su posición geográfica como su diplomacia estratégica para influir y, en ocasiones, desbaratar los planes de sus poderosos vecinos. Olivenza es un recordatorio tangible de esa tensa relación y de la capacidad portuguesa para resistir las presiones externas, mientras que la alianza con el Reino Unido le ha garantizado una independencia y una influencia desproporcionada a su tamaño.

Pese a todo, hoy día parece imposible que estalle un conflicto por el control de esta localidad. Como señalaba el expresidente de la Junta de Extremadura Guillermo Fernández Vara, Olivenza, de la que es oriundo, es «una ciudad extremeña y española, orgullosa de su pasado portugués«. «Nos sentimos hijos de España y nietos de Portugal. Las fronteras de ayer son hoy puentes que construyen la Europa a la que juntos pertenecemos», ha expresado Vara en su perfil en una red social.

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