El regreso del ‘Dios de la Guerra’: el exmilitar, a por el trono de la UFC en París

Existe un sueño que España todavía no cumple. El de llevar a la principal liga de artes marciales mixtas del planeta, la UFC, a una velada en suelo nacional. Lo abandera Ilia Topuria gracias a su cinturón de campeón del mundo del peso pluma, pero no llegó entre conflicto de fechas, lugares y el tipo de evento que realizar. El ejemplo cercano a seguir es Francia, con un UFC París que sigue trascendiendo. Por espectáculo y su gran invitado a la fiesta. Benoit Saint Denis [13-2-0 y 1NC] (Nimes, Francia), que aunque no es campeón y debe sudar sangre para serlo en el complicadísimo peso ligero ya es un ídolo de masas. Y UFC le premia.

La vida de ‘BSD’ sería comparable a un personaje cinematográfico. Porque formó parte del primer Regimiento de Paracaidistas de Infantería de Marina, unidad de Comando de Fuerazas Especiales del Ejército francés. Allí se hizo un tipo duro de manual para después saltar a las artes marciales mixtas. Sobre el octágono, todo un ciclón. Duro hasta la saciedad, pegador de clase infinita y con una cuenta pendiente después de caer en UFC 299.

Porque el de Nimes, solo había perdido en su estreno. Compitió contra Elizeu Zaleski fuera de su categoría, recibió una paliza y resistió. Fue avanzando, y UFC quiso colocarle en los contendientes de las 155 libras. Le emparejó con Dustin Poirier, todo un mito, y el estadounidense no permitió a ‘BSD’ otra tarde de gloria. En Miami conectó una mano inmensa que desconectó al francés. 

Cambió los planes de Saint Denis. Estaba en la fila del cinturón, pero paró, no regresará hasta UFC París y el ligero dio otra vuelta de tuerca. Arman Tsarukyan, el mejor físico de la categoría, retará a Islam Makhachev, número 1 de la UFC, cuando el ruso se recupere de sus lesiones. Charles Oliveira, puro espectáculo, sigue ahí y se cita con Michael Chandler (dejó de esperar a Conor McGregor). A Dustin Poirier le queda (según sus palabras) otro combate. Justin Gaethje está preparado para volver. Y Dan Hooker viene volando tras una espectacular victoria sobre Mateusz Gamrot. En conclusión, hay mucho. Y allí el héroe galo tiene que saber sobrevivir.

Cosa que viene siendo un habitual para su vida. Se cita con otro gran protagonista de la categoría, el brasileño Renato Moicano, por ascender, enterrar fantasmas y mantener en lo alto la candidatura del Dios de la Guerra en la UFC. Sus cuatro tatuajes, con la daga de las fuerzas especiales, el casco del primer club para el que peleó, Juana de Arco y una cruz templaria (por sus misiones en Mali), seguirán brillando.