el último pleno del PCC
Los comunistas cubanos están trabajando en las sombras, apostando por una estrategia de blindaje que pasa por poner a la Isla a plena disposición de quienes les aseguren tiempo y dinero.
LA HABANA, Cuba.- ¿Dos días de reuniones para nada en concreto? pudiera ser la principal duda sobre lo debatido “a puertas cerradas” en el X Pleno del PCC. Lo que nos dejaron ver de todo lo acontecido: decenas de informes e intervenciones alabando la “capacidad de resistencia” del pueblo cubano, reforzando la narrativa sobre un “bloqueo” que les sirve para justificar abusos, incompetencias, corrupciones y represiones y, al final, las conclusiones de toda la vida: que las estrategias no han sido efectivas, que no han sido capaces de resolver los problemas, que deben reforzar la “política de cuadros”, y que necesitan de un congreso en abril de 2026 para, una vez más, evaluar resultados y trazar “nuevas estrategias”.
Así de fácil es como nos engañan, y así igual es como ganan tiempo, aunque pierden apoyo incluso dentro de sus propias filas. Y eso, al parecer, ya no les importa. Puesto que tanto lo de ETECSA como la última ronda de apagones, tan peligrosamente próximos al 11 de julio, fue solo experimento para medir la efectividad de la represión.

Los estudiantes no se sublevaron ni el malestar por la ronda de blackouts 4×4, incluso en La Habana, logró superar en acciones de protesta la crisis del tarifazo. En fin, que ya pueden pasar al siguiente nivel de abusos porque la prueba ha sido superada con éxito.
Entre viajes al exterior, operativos policiales contra opositores y actos de repudio a Mike Hammer, nos han matado a apagones durante casi un mes para gastarse el combustible en estos dos días de aparente baba, de fingir que están resolviendo la crisis —por ellos mismos creada— cuando la realidad pareciera estar gritando que esto está irremediablemente fastidiado, que no van a regresar ni el turismo ni los deshielos diplomáticos, que la economía no levantará a fuerza de donativos y viajes a Bielorrusia, Brasil o a España, a donde antes enviaron a Inés María Chapman para “abogar por una reforma de la arquitectura financiera internacional” y, de paso, negociar un reacomodo de la deuda. ¡Como si Cuba fuese el mejor ejemplo a seguir, y en cuestiones de dinero!
Si esa “arquitectura financiera mundial” a la que aspiran es similar a la que emplearon en el “ordenamiento monetario”, en la bancarización y en la corrección de distorsiones, entonces de verdad habrá que pensar que los comunistas cubanos no están conformes con arruinar la Isla y todo cuanto se le arrime —por ejemplo, Venezuela—, sino que planean llevar el caos a los confines del universo.
Pero pensándolo bien, quizás una vez más caímos en su telaraña, y de eso trató a puertas cerradas el X Pleno del PCC. Porque ha sido una sospechosa reunión entre viajes, y Miguel Díaz-Canel salió del acto de clausura directo al aeropuerto, rumbo a los BRICS en Brasil, y porque lo trascendido, ateniéndonos a los reportes de la prensa oficial, es puro humo, aunque tan denso y tóxico que hasta un desmayo pudo haber provocado en el señor de la UNE que anuncia el plan de generación de electricidad.
Ese Pleno donde no pasó nada, no termina de convencerme. Y es que nada bueno estarán tramando con los rusos, bielorrusos y demás “socios” de este y del otro lado del Atlántico cuando poco les importa a los jerarcas cubanos el creciente descontento popular, las enormes fisuras al interior del partido y en el propio gobierno, la implementación de medidas cada vez más impopulares, el incumplimiento de promesas, la desfachatez con que exhiben tanto los privilegios de casta como el apoyo a grupos terroristas donde quiera que los haya, siempre que los una el enfrentamiento con los Estados Unidos.
No por casualidad han “coincidido” en los últimos días la llegada de varios buques con combustibles (sin consecuencias en la disminución de los apagones), la inauguración de vuelos regulares con cargas desde China, la visita de un alto jefe de la inteligencia rusa, la “rusificación” apresurada de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, la propuesta de convertirla en un hub comercial en las Américas para la Unión Económica Euroasiática, y el aparente “disparate” del Ministro de Turismo cubano sobre los planes de emular una especie de visado Schengen entre países del área, en especial para el “turismo” chino, ruso y bielorruso. Quien dice esos, dice igual norcoreano, iraní, palestino porque solo quienes no conocen bien las historias de engaño, de encubrimiento del terrorismo del régimen cubano pueden creer que tanto movimiento apresurado en una misma dirección, a raíz de los conflictos en Oriente Medio, se trata exclusivamente de turismo y comercio.
No por descuido, durante los días que duraron los ataques entre Israel e Irán, fue un vocero del castrismo, al servicio de Rusia Today, el que esperaba ansioso una respuesta más agresiva por parte del régimen de Teherán, lo que quizás hiciera escalar el conflicto hasta el punto en que el régimen cubano se involucrara, aunque sea tras bambalinas, y con eso saliera beneficiado. Y es que, entendámoslo de una vez, la dictadura cubana es desvergonzada, y es experta en sacar provecho de las crisis.
Si no estamos convencidos, revisemos pues todas las que le han servido en los últimos 60 años —incluidos el éxodo masivo y hasta la pandemia de la COVID-19— para su narrativa de “país asediado”, “país en guerra”, “bajo ataque”, que es en realidad su negocio más lucrativo, aunque eso implique a perpetuidad mostrarle al mundo un país arrasado.
A ninguno le importa el hambre o el calor que pasen tú y tus hijos, sino el que ellos pudieran pasar si alguna vez perdieran el control sobre ti.
Una vez que rusos y aliados logren emplazarse sólidamente en el Caribe, teniendo fundamentalmente a Venezuela y Nicaragua como bases de un mismo eje, nuestras esperanzas de cambio habrán terminado. Tampoco será posible reaccionar a eso sin graves consecuencias, y por tanto no será necesario tanto disimulo, ni siquiera será imprescindible un turismo que, por mucho dinero que genere en “condiciones normales”, no superará los volúmenes de ingresos que se deriven del intercambio de fuerzas, información y tecnologías entre regímenes totalitarios, teniendo a Cuba como base de operaciones casi a las puertas de los Estados Unidos.
Cuando los que deberían reaccionar, reaccionen, podría ser demasiado tarde. Más si continúan creyendo que la crisis, los apagones, la improductividad, el hambre y el descontento popular solo pudieran conducir a la inminente implosión del sistema, cuando los demás acontecimientos que ocurren paralelo a la debacle indican que los comunistas cubanos están trabajando en las sombras, apostando por una estrategia de blindaje que pasa por poner a la Isla a plena disposición de quienes les aseguren tiempo y dinero.
La víspera del X Pleno del PCC jugaron sin sonrojo alguno —aunque quizás con algo de temor— tanto al forcejeo con los estudiantes, a las distracciones con viajes, apagones y ataques a Sandro Castro, con inauguraciones del Verano y represiones por el 4 de Julio, que es fácil adivinar que están tramando algo grande pero nada bueno, y que las babas y teques de estos dos días fueron en realidad más de ese humo y esa toxicidad que no nos deja ver ni pensar con claridad en el peligro que corremos con una Rusia cada día más convencida de que Cuba, si de alguna utilidad pudiera serle, aun cuando la reciben arruinada por completo, es por su cercanía a los Estados Unidos, y por el talento de la dictadura para seducir y sacarle dinero al mundo, y en especial a la Unión Europea.