El viacrucis para comprar pañales desechables en Holguín
HOLGUÍN, Cuba. – Reglas estrictas rigen la venta de pañales desechables para niños ―conocidos por el nombre de una de sus marcas más populares: pampers― en la tienda estatal Luz de Yara, en la ciudad de Holguín. El producto no satisfará la demanda de más de un centenar de mujeres, la mayoría madres con hijos pequeños en brazos que intentan acallar el llanto de los pequeños expuestos al calor y a la multitud.
Una de ellas es Nahomi Vega, quien, en conversación con CubaNet, propone una solución para agilizar la venta: “Retomar la idea de antes de hacer dos colas, una para las personas que vienen solas y otra para las madres que traen niños”.
La escasez de pañales desechables engrosa la larga lista de carencias básicas que padecen las familiass cubanas, y que, sin dudas, ha repercutido en la baja natalidad y el envejecimiento poblacional.
La desesperación de las madres cubanas ha llegado al punto de considerar la emigración como única alternativa para un futuro digno. “Parir en este país es pasar más trabajo y hacerles pasar trabajo a los hijos. Yo pariré si me voy de Cuba”, dijo a CubaNet Lilisbé Cuellar, una joven que acompaña a su hermana y a su pequeño sobrino durante la espera.
Por su parte, Erika Torres, quien hace dos horas está en cola con su pequeña hija, explica que para poder adquirir los pañales es necesario presentar tanto la libreta de abastecimiento como la tarjeta de identidad del menor. “Hay que traer la libreta de la comida y la tarjeta de menor del niño, y tienen que coincidir los nombres y dos apellidos en los dos documentos. También controlan que coincida el apellido del carnet de identidad de la madre con el apellido del niño en la tarjeta de menor”, dice Erika.
Sin embargo, estos requisitos excluyen de la posibilidad de compra a varios clientes: Elena Moreno cuenta con pesar que no puede comprar pañales desechables para su nieta porque la niña no está registrada en su libreta de abastecimiento, aunque vive con ella. “Me dijeron que si el nombre de la niña no está en la libreta no me pueden vender. Mi nieta vive conmigo, pero no está en la libreta, y no puedo comprar”, lamenta.

El desorden de la cola y el sistema fallido de venta también han sido criticados por las personas que esperan. Para comprar los pañales, las madres primero deben hacer una cola con el objetivo de obtener su ticket y, una vez con este, esperar en una segunda cola para la compra, según explica explica Yessica León, otra de las presentes en la fila.
Por otro lado, la lentitud de la venta activa las sospechas. “Ellos [los encargados del expendio] demoran la venta para tratar de colar a sus amistades o ver cómo pueden darle los pañales a los revendedores, quienes después le dan una parte de la ganancia a los organizadores de la cola”, dice Yohana López.
En 2019 comenzaron a fabricarse en Cuba pañales desechables a cargo deThai Binh Global Investment Corporation, una empresa vietnamita que inauguró una fábrica del demandado producto en la Zona Especial de Desarrollo Mariel.
La empresa inició con una capacidad de producción de hasta 120 millones de pañales al año y se volvió, de inmediato, en una esperanza para miles de familias con recién nacidos. Sin embargo, la venta de estos productos ha sido inestable y la demanda ha superado ampliamente a la oferta.