Empresas, expertos y mutuas creen que la iniciativa de Saiz atajará la pérdida de horas
La iniciativa de Elma Saiz para reformar la incapacidad temporal ha generado diversas opiniones por la novedosa fórmula de la baja médica flexible. La reincorporación voluntaria y el trabajo parcial se ha puesto sobre la mesa, aún con escaso detalle, y los empresarios, economistas o las mutuas valoran de forma positiva la intención del Gobierno de atajar el creciente problema de las bajas médicas. Aunque los sindicatos son reacios a negociar esa medida, la patronal y varios sectores empresariales sí abrazan esta reforma. Consideran que sería una herramienta útil para analizar en profundidad la evolución de la incapacidad temporal y serviría para atajar los problemas de absentismo. Los expertos legales y las mutuas, eso sí, avisan de que la reforma deberá dar seguridad jurídica a todas las partes, empresas y trabajador, con el especialista médico en el centro de la toma de decisiones.
En la distribución, el sector sociosanitario, la industria o la construcción sufren elevadas tasas de absentismo por bajas y valoran la intención del Gobierno de tratar de atajar el problema con la novedosa fórmula (no en Europa) de la baja flexible, tal y como trasladan a ‘elEconomista.es’. En todo caso, fuentes empresariales también explican la incertidumbre que supondrían las bajas flexibles en la organización de sus plantillas, con la dificultad que supone sustituir parcialmente a un empleado.
Ignacio García Magarzo, director general de Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), representa a un sector que ya manifestó en 2021 su preocupación al exministro José Luis Escrivá por la evolución de las bajas. Considera que «la propuesta abre un debate muy importante en la sociedad». «La manera en la que ha crecido el absentismo es un problema muy grave en la sociedad y en todos los sectores, el nuestro incluido», afirma García Magarzo, que señala como problemática los procesos de recuperación.
Las bajas y el absentismo entre las plantillas generan preocupación en el empresariado, es una realidad. Francisco de la Torre, economista e inspector de Hacienda, destaca que los «elevados» índices de absentismo generan un problema de productividad. La población en general y, en concreto, la que está en edad de trabajar está envejeciendo y también influye.
«Las bajas y el absentismo son las causas principales del descenso de la productividad», asiente Pedro Fernández Alén, presidente de la Construcción (CNC). «Las pequeñas y medianas empresas son las más afectadas por las bajas y el absentismo laboral, que suponen la ralentización y, en el peor de los casos, la paralización del trabajo», apunta el empresario a este medio, en línea con otras voces. Fernández Alén considera que «las bajas flexibles son una de las soluciones para el incremento de la productividad y la reducción del absentismo laboral, siempre y cuando haya un control médico y una voluntariedad por parte del trabajador».
Pedro Pablo Sanz, habla en nombre de las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social, como director gerente de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT). Todavía esperan a valor el contenido y la letra pequeña de la futura propuesta a la par que ven con buenos ojos todo lo que sea reducir los procesos de recuperación y aliviar una factura anual que prevén ya en casi 30.000 millones este curso. Tienden su mano al Gobierno para reforzar el papel de las mutuas más allá de los convenios con las CCAA derivados de la última reforma. Señalan que deberán valorar las ventas y desventajas de la reforma de la IT, y apuestan por priorizar la salud del trabajador.
El economista Javier Santacruz sugiere que la propuesta de abrir el debate es lógica, ya que existen precedentes de desempleo flexible, donde las personas pueden cobrar el paro y trabajar al mismo tiempo mediante contratos a tiempo parcial. Plantea que si las enfermedades no impiden realizar ciertas formas de teletrabajo o actividades no físicas, e incluso si se trata de trabajos físicos que puedan adaptarse, «tiene sentido considerar una medida similar en España».
Sostiene que esta propuesta refleja una situación estadística real: las bajas laborales han superado el millón y, en términos porcentuales, este dato es el doble de lo que era hace unos años con relación al total de ocupados. Este incremento podría estar indicando un aumento en el absentismo o bien una proliferación de enfermedades mentales como el estrés y la ansiedad. Los datos de las mutuas revelan un fuerte incremento en las bajas mentales.
En todo caso, Santacruz considera que la propuesta de abordar el tema del absentismo laboral es un «globo sonda» y plantea que habrá que observar cómo evoluciona en las negociaciones entre la patronal y los sindicatos. La patronal CEOE ya se ha abierto a tratarlo, no así las centrales, que rechazan negociarlo en la cita de este mismo lunes.
Encaje legal y alternativas
La propuesta de la ministra Saiz camina de la mano con lo que viene haciendo su cartera junto a los agentes sociales: flexibilidad, parcialidad. El mejor ejemplo es la última reforma de la jubilación parcial, que permite el cobro parcial de la pensión mientras se abandona parcialmente el empleo por un determinado tiempo. Pero, ¿cómo encajar esta reforma?
«Habría que hacer una reforma del propio sistema de protección social de bajas médicas, hoy en día son todas incompatibles con el trabajo», explica Jesús Lahera, catedrático de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la UCM y miembro de la junta de Asnala, la asociación de laboralistas. «Habría que articular una baja médica que a criterio médico pudiera ser compatible con el trabajo y encajar en la organización de la empresa con un acuerdo entre empresa y trabajador para que eso sea posible. La prevención de riesgos laborales tendría una gran importancia en esos acuerdos», apunta.
«Puede ser positiva una reincorporación gradual por ejemplo en casos de enfermedades mentales o en casos traumatológicos», considera Lahera. «Habría que abrir la posibilidad de poder hacerlo, siempre bajo criterio médico sin poner en riesgo al trabajador. Me parece positivo que se incorpore», sentencia.
«Hay cada vez más trabajos que se pueden desarrollar, aunque no se esté al 100%», indica De la Torre. «Casi todos hemos acudido a un centro de estudios o de trabajo, aunque no estuviésemos en perfecto estado de salud, siempre que la enfermedad no fuese contagiosa. Sería interesante explorar esta posibilidad, buscando siempre el máximo consenso de los agentes sociales», añade.
Lahera también abre la puerta a la herramienta del teletrabajo, que «hoy en día bastantes posibilidades en determinadas profesiones para continuar trabajando. Incluso se podría sustituir la prestación social por el salario íntegro». El foco de posibles beneficiarios de la baja laboral flexible podría situarse, en este sentido, entre la plantilla de la Administración, pues casi la mitad de ellos se acogen al trabajo a distancia.
Los sindicatos rechazaron negociar la baja médica y dan prioridad a otros elementos en materia de Seguridad Social. Desde el Sindicato de Enfermería (Satse), su portavoz Paloma Repila señala que la valoración del colectivo es «prematura» y consideran la propuesta un «globo sonda que nos ha puesto a todos en alerta». Aguardan, como todos aún, a conocer en detalle cómo espera desarrollar la medida el Ejecutivo.
El sector sociosanitario sufre de absentismo por sobrecarga laboral, especialmente en casos musculoesqueléticos y mentales, explica. Son varias las voces que reclaman mayor concreción al Ejecutivo. «Lo poco que se ha planteado, nos hace estar en alerta y estamos absolutamente en contra porque nos genera mucha inseguridad», señalan. Directamente apuestan por mejorar los procesos ya existentes y no aplicar una reforma radical. «Nos llama la atención que desde el Gobierno se piense que los trabajadores puedan trabajar a medio camino», critican.