España cede su corona en la lotería de los penaltis
Corea del Norte se proclamó campeona del mundo Sub’17 por tercera ocasión -tras los títulos de 2008 y 2016- tras imponerse a España (1-1, 4-3) en una final que tuvo que decidirse en la tanda de penaltis. Celia Segura adelantó a las nuestras, Il-Chong igualó poco después y el duelo acabaría resolviéndose en los once metros, donde a España le penalizó la parada a disparo de Iris Santiago y el balón al palo de Pau Comendador.
Kenio Gonzalo puso en liza el equipo de gala para el último baile. España no tardó en gozar de la primera ocasión del choque, un pase filtrado de Serrajordi para Segura que estrelló el balón en el cuerpo de Ju-Gyong al intentar resolver el mano a mano. Sin embargo, la presión alta de Corea del Norte complicó la salida de balón de las nuestras, menos acostumbradas a la batalla física y excesivamente herméticas en el desarrollo del guión de juego.
Equipo de gala
España no fue reconocible hasta pasada la media hora de acción. Le costó encontrar su esencia y lo hizo cuando Pau, capitana y alma del equipo, entró en contacto con el balón. Probó suerte primero con un derechazo desde fuera del área que acabó en las manos de Ju-Gyong y después con una chilena en semifallo que tuvo que salvar la zaga norcoreana en el área pequeña. La jugadora madrileña también activó las conexiones con Segura y Cerrato, pero el cortocircuito generado no tuvo el premio del gol. La primera parte se durmió con la mejor ocasión de Corea del Norte, un córner botado por Choe que se le escapó a Laia en un primer momento, reculando tras ver cómo el balón rebotaba en el palo.
La segunda parte arrancó con polémica, pues Corea del Norte pidió penalti por derribo de Carmona sobre Ryu-Mi. La árbitra se fue al VAR y corroboró su decisión de no pitar nada. El combinado asiático puso una marcha de más al partido, desdibujó aún más España y decantó el pulso de su lado. Ryu-Mi fue una auténtica pesadilla cayendo al carril diestro, desde donde su equipo generó el mayor peligro. Hyang Ro probó suerte con un disparo desde el interior del área al que respondió bien una Laia que tuvo que intervenir poco después para ganar un mano a mano a la propia Ryu-Mi.
Goles de ida y vuelta
Y cuando peor estaba España, llegó el gol. Pau fabricó la jugada en el carril diestro, el balón se paseó por el área y Segura llegó en el segundo palo para meter el balón en la jaula.
Apenas cuatro minutos después, Corea del Norte igualó la contienda después de que Il-Chong ganara el espacio entre líneas, sorteara a su marca y definiera ante Laia. La árbitra, que anuló en primera instancia el gol por fuera de juego, lo validó una vez consultado el VAR.
Después de unos minutos de tensión, protestas y rabia contenida, España se quitó el corsé de golpe con una gran jugada individual de Pau en el costado zurdo. La madrileña se fue de su marca y habilitó a Cerrato, cuyo disparo se cantaba como gol cuando apareció la manopla de Ju-Gyong para despejar a córner. El final del partido fue un ida y vuelta donde las nuestras lo intentaron más, sin premio, pero no pudieron evitar que el duelo, la final y el torneo se acabaran decidiendo en la tanda de penaltis.
Pau, Bota de Oro
España cierra el torneo invicta, como su rival, y con grandes nombres destacados. Uno de ellos es el de Pau Comendador, que con cinco goles se llevó la Bota de Oro del torneo. La jugadora del Real Madrid superó por uno a su compañera Celia Segura, la norcoreana Choe Rim-jong, la estadounidense Kennedy Fuller y la nigeriana Shakirat Moshood.
Sería la cuarta vez, en ocho ediciones, que la lotería de los once metros decidiría un título. Y, como ocurriera hace ocho años -en el último título asiático-, salió cara para Corea del Norte y cruz para España. La secuencia fue esta: Segura, gol; Kuk-Hyang, gol; Iris, paró Ju-Gyong; Pok-Yong, paró Laia; Pau, al palo; Un-Hyang, gol; Ortega, gol; Il-Chong, gol; Moreno, gol; Ryu-Mi, gol.