Esta nueva imagen muestra el hielo en los confines del sistema solar
Astrónomos han creado la primera “imagen” de la distribución del hielo formada en los bordes del sistema solar hace 5,000 millones de años. Esta composición fue posible gracias a las avanzadas capacidades del telescopio espacial James Webb y el proyecto DiSCo, del Instituto de Ciencias y Tecnologías Espaciales de la Universidad de Oviedo, España.
Las rocas que se encuentran más allá de la órbita de Neptuno y en regiones como el cinturón de Kuiper suelen ser diferentes a aquellas más cercanas al Sol. En general, los objetos transneptunianos tienden a ser fragmentos de hielo de agua, amoniaco o metano que se mueven a través de polvo gélido. En comparación, los objetos cercanos a la Tierra están compuestos de roca y metales.
Los investigadores no saben con certeza cómo luce un objeto transneptuniano congelado. Con excepción de cuerpos como Plutón, las rocas son demasiado pequeñas y se encuentran muy lejos como para observarlas con un telescopio convencional. Hasta ahora, solo era posible decir que lucían como hielo espacial y que suelen emitir reflejos débiles.
El hielo de las orillas sistema solar
El proyecto DiSCo, dirigido por la científica Noemi Pinilla-Alonso, acaba de identificar las moléculas responsables de ofrecer los diferentes espectros, colores y albedos registrados en los objetos de la región más allá de Neptuno. Gracias a ello, ahora posible simular una imagen mucho más realista sobre cómo se verían esos fragmentos congelados si pudiéramos acercarnos lo suficiente.
Además, los resultados encontraron que el contenido de los objetos transneptunianos está profundamente vinculado con la disponibilidad de elementos en el disco protoplanetario que dio vida al sistema solar. La teoría sobre el nacimiento de los sistemas estelares menciona que los materiales rocosos suelen aglutinarse en las regiones cercanas a las estrellas, mientras que los gases se desplazan hacia los bordes. Por ello, los asteroides suelen provenir de la región entre Júpiter y Marte, mientras que los cometas vienen desde más lejos.
«La importancia de este descubrimiento radica en que ahora podemos afirmar que el factor más determinante en la composición superficial actual de estos cuerpos es el material disponible en el disco presolar en el momento de la formación de los planetesimales, objetos sólidos con un diámetro mayor a un kilómetro. De esta manera, el estado actual de estos objetos transneptunianos está estrechamente ligado al inventario de hielos en el nacimiento del Sistema Solar, como si fuera una instantánea congelada de esa época», dijo Pinilla-Alonso en un comunicado de la Universidad de Oviedo.
Las regiones externas del sistema solar se consideran más «tranquilas» que las internas. Los objetos que habitan la zona tienen órbitas mucho más estables y se han mantenido sin modificaciones desde que se formaron. Al identificar los elementos predominantes en la superficie de los objetos transneptunianos, es posible inferir cuánto hielo espacial había cuando el vecindario estelar recién se estaba formando.
«Hemos descubierto que los objetos transneptunianos pueden clasificarse en tres grupos composicionales distintos, definidos por las líneas de retención de hielos como el agua, el dióxido de carbono, el metanol y los materiales orgánicos procesados que existían cuando el Sistema Solar se formó hace miles de millones de años», puntualizó la autora.