martes, julio 29, 2025
Ciencia y Salud

Estas son las tres medusas más peligrosas que puedes encontrar en el Mediterráneo


Hay una realidad que quizá ya has notado. El número de medusas que habitan los mares está creciendo constantemente. ¿El motivo? Sí, adivinaste: el calentamiento global. Ahora bien ¿cuáles son las medusas más peligrosas? Esto depende esencialmente de los tentáculos, ubicados cerca de la boca, que están equipados con células urticantes llamadas cnidoblastos y cuya toxicidad varía según la especie. Al entrar en contacto con las medusas, estas liberan un líquido tóxico (células especializadas conocidas como nematocistos) que bien puede ser inofensivo o… causar ardor y reacciones muy dolorosas. Aunque no hay medusas especialmente peligrosas en el mar Mediterráneo, te decimos con cuáles deberías tener especial cuidado, ya sea que vivas cerca de él o solamente vayas de visita.

Physalia physalis

Una carabela portuguesa varada en la orilla de una playa.

Una carabela portuguesa varada en la orilla de una playa.Darieus

Oficialmente llamada Physalia physalis, la también conocida como carabela portuguesa no es en realidad una medusa sino un sifonóforo: una colonia de medusas ubicadas bajo una sombrilla especial en forma de vela que les permite propulsarse. Aunque su presencia es poco común en el mar Mediterráneo, es una especie que debe evitarse ya que puede ser muy irritante (hasta la fecha solo se ha registrado una picadura mortal en Cerdeña). “En presencia de esta medusa, siempre se debe abandonar el agua”, explica el Instituto Nacional de Salud de Italia (ISS). “El contacto con Physalia physalis suele causar dolor intenso e irritación cutánea, con enrojecimiento y llagas en la zona de la piel que ha entrado en contacto con los tentáculos del pólipo”.

Pelagia noctiluca

Una medusa Pelagia noctiluca.

Una medusa Pelagia noctiluca.CINOBY

La más conocida entre los bañistas, la Pelagia noctiluca, es una medusa de un característico color púrpura que causa picaduras dolorosas; se contabilizan decenas de miles cada año. Es una especie muy común tanto en aguas costeras como abiertas, y tiene la capacidad de emitir luminiscencia. “Es muy urticante, pero los efectos generalmente se limitan a la superficie de la piel, causando eritema, hinchazón y ampollas, con dolor local que puede persistir durante una o dos semanas”, informa el ISS. También pueden producir alergias, incluso con broncoespasmo, picazón e inflamación.

Carybdea marsupialis

Una medusa Carybdea marsupialis.

Una medusa Carybdea marsupialis.Fotografía submarina por Ivan Bakardjiev

Comúnmente conocida como la avispa marina, se trata de la única especie de cubomedusa que se encuentra en el Mediterráneo; una medusa con un característico paraguas en forma de caja. Aunque es menos peligrosa que sus parientes que no viven en el Mediterráneo (que pueden ser letales), puede causar dolorosas picaduras que afectan a miles de bañistas cada verano. Además de estas tres peligrosas medusas, no hay que olvidar la Chrysaora hysoscella, una medusa que provoca lesiones cutáneas muy molestas, y la Drymonema dalmatinum, que tiene un paraguas que puede alcanzar hasta un metro de diámetro.



Las medusas más peligrosas y numerosas

En los últimos años, la cantidad de medusas ha aumentado significativamente, y las causas son múltiples. Si bien el calentamiento global favorece la introducción de especies exóticas, las actividades humanas como la pesca intensiva eliminan no solo a los depredadores de las medusas, sino también a las especies que compiten con estas por el alimento, como los crustáceos y el zooplancton.

Qué hacer si tocas una medusa

Si tocas accidentalmente una medusa, lo primero que debes hacer es mantener la calma, retirar cualquier resto de medusa, enjuagar con agua de mar, aplicar compresas frías o algún gel astringente con cloruro de aluminio, cubrir la zona afectada y evitar la exposición al sol. No debes rascarte o frotarte (para evitar tocar los nematocistos), así como tampoco “enjuagarte con agua dulce, ya que esto provocaría la ruptura de los nematocistos aún intactos y la liberación de más líquido urticante”, añade la ISS . “No utilices remedios como amoníaco, orina (que contiene amoníaco), alcohol o vinagre (a menos que conozcas la especie con la que has entrado en contacto), ya que no tienen efecto sobre el líquido urticante de la medusa y podrían irritar aún más la zona afectada”.

Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Andrea Baranenko.



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