viernes, enero 31, 2025
Ciencia y Salud

Este agujero negro supermasivo mató de hambre a su galaxia


Las capacidades avanzadas del telescopio espacial James Webb (JWST) han permitido confirmar una hipótesis acerca de los agujeros negros supermasivos: estos son capaces de privar a sus galaxias madre de la materia necesaria para seguir formando estrellas. El equipo de investigadores, codirigido por expertos de la Universidad de Cambridge, presentó los resultados de su investigación en un artículo reciente de Nature Astronomy.

El JWST observó la galaxia masiva GS-10578 que se formó durante el periodo del universo temprano, solo 2 mil millones de años después del Big Bang. Esta galaxia, de tamaño similar a la Vía Láctea, dejó de producir estrellas hace entre 12,500 y 11,500 millones de años, según notaron los astrofísicos.

Cuando una galaxia deja de producir estrellas, entra en una etapa de extinción. Sin el nacimiento de nuevos astros, la radiación espacial disminuye y el gas interestelar se enfría. Aunque la estructura se vuelve más estable, las estrellas existentes solo pueden envejecer. En el caso de GS-10578, la Universidad de Cambridge afirma que “está esencialmente muerta” y que este proceso ocurrió relativamente rápido, en los primeros momentos del universo.


Ilustración de dos agujeros negros chocando en la galaxia.

La Vía Láctea se formó por la fusión de galaxias pequeñas y el agujero negro supermasivo en su centro podría tener el mismo origen.


Un agujero negro que mata de hambre a su galaxia

Los agujeros negros supermasivos pueden acelerar el envejecimiento de sus galaxias anfitrionas. Observaciones anteriores habían detectado una anomalía gravitacional en el centro de GS-10578, y al mismo tiempo, la galaxia ya no producía nuevas estrellas. La tarea pendiente para los astrónomos era encontrar evidencia de esta correlación.

El telescopio de la NASA descubrió que la galaxia expulsaba un gas especial a velocidades de mil kilómetros por segundo. La magnitud es lo suficientemente rápida como para escapar del tirón gravitacional de la estructura estelar. Aunque todas las galaxias con agujeros negros supermasivos activos expulsan gas caliente, este gas era frío, denso y no emitía luz. El rastro fue invisible para todos los telescopios, excepto para el JWST que se especializa en el monitoreo del espectro infrarrojo.



“La masa de gas que se expulsa de la galaxia es mayor que la que esta necesitaría para seguir formando nuevas estrellas. En esencia, el agujero negro está matando de hambre a la galaxia”, señaló un comunicado de la Universidad de Cambridge. Francesco D’Eugenio, coautor del estudio, aseguró que “el agujero negro está matando a esta galaxia y manteniéndola inactiva, cortando la fuente de alimento que necesita para formar nuevas estrellas”.

Los astrónomos utilizaron los sensores del James Webb para detectar columnas de oscuridad alrededor de la galaxia. Esa porción de la imagen no es espacio vacío, sino columnas densas y frías que no dejan pasar la luz del fondo. Al estudiar estructuras cósmicas, el espacio oscuro puede revelar información tan útil como los cúmulos iluminados. El origen de las estrellas se estudia bajo el mismo principio, por nombrar un ejemplo.

“Sabíamos que los agujeros negros tienen un impacto enorme en las galaxias y quizás es común que detengan la formación de estrellas, pero hasta el Webb no pudimos confirmarlo directamente”, concluyó Roberto Maiolino, también coautor del reporte.



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