Este misterioso objeto en nuestra galaxia es tan poderoso que no debería existir
Un fenómeno increíblemente energético, casi equiparable a los poderosos cuásares del universo temprano, ha sido identificado dentro de la propia Vía Láctea. El responsable de este evento es el sistema estelar V4641 Sagittarii (Sgr), ubicado a 20,000 años luz de la Tierra. En un periodo relativamente corto, pasó de estar en calma a emitir radiación 200 billones de veces más energética que la luz visible.
El único fenómeno comparable a los niveles energéticos del sistema V4641 Sgr es un cuásar. Estos son los disparos de radiación más poderosos conocidos por la ciencia y, por ahora, solo están asociados a la intensa actividad de agujeros negros supermasivos en el centro de las galaxias. El cuásar más cercano registrado a la Tierra está a 780 millones de años luz. En comparación, V4641 Sgr apenas está «en el patio trasero» y no está vinculado a Sgr A*, el agujero negro supermasivo ubicado en el centro de la Vía Láctea.
El microcuásar que no debería brillar como sus hermanos mayores
El registro energético encontrado por el Observatorio Internacional de Rayos Gamma Cherenkov a Gran Altitud (HAWC) desafía las teorías actuales sobre los cuásares. Según estas recientes observaciones, existen fuentes alternas a agujeros negros supermasivos que pueden expulsar ráfagas de radiación cósmica de ultra alta energía. A falta de más información, el fenómeno de V4641 Sgr es catalogado por ahora como un microcuásar.
El Instituto de Física Nuclear de la Academia Polaca de Ciencias (IFJ PAN) explica que los microcuásares son producto de sistemas binarios compactos formados por una estrella masiva o de neutrones y un agujero negro que la absorbe y gira. Emiten chorros de radiación gamma poderosa, pero nunca al nivel de los verdaderos cuásares, los eventos superluminosos del universo. No son pocos los microcuásares identificados dentro de la Vía Láctea, pero los altos niveles energéticos de V4641 Sgr son completamente anómalos.
«Los fotones detectados por los microcuásares suelen tener energías mucho más bajas que los de los cuásares. Por lo general, estamos hablando de valores del orden de decenas de gigaelectronvoltios. Sin embargo, hemos observado algo bastante increíble en los datos registrados por los detectores del observatorio: fotones procedentes de un microcuásar en nuestra galaxia que, no obstante, transportan energías decenas de miles de veces superiores a las típicas», dijo Sabrina Casanova, una de las coautoras del estudio publicado en Nature.
Los astrónomos estudian con detenimiento el sistema V4641 desde 1999, cuando un estallido de rayos X confirmó que albergaba un agujero negro. Durante algunos años fue considerado como el fenómeno gravitacional más cercano a la Tierra. La estrella que devora ese agujero negro es una gigante de clase B, con tres veces más masa que el Sol. Cualquier interacción que ocurra en ese sistema binario es lo suficientemente potente como para compararse con los disparos de energía gamma de un agujero negro supermasivo.
Los autores están particularmente emocionados con el hallazgo. La radiación de ese microcuásar no se dispersará por el vacío cósmico como ocurre con los cuásares regulares. Antes bien, llegará en periodos “cortos” para un fácil estudio. De esta forma es posible estudiar con tranquilidad y de forma planeada la evolución de las primeras galaxias del universo.
“El último descubrimiento demuestra que, a una distancia relativamente pequeña de la Tierra, los mecanismos de formación de chorros y producción de fotones ultraenergéticos deben estar en funcionamiento de manera análoga a los de los núcleos de galaxias activas y distantes, a escala adecuada a la masa del agujero negro”, finaliza el IFJ PAN.