miércoles, abril 16, 2025
Ciencia y Salud

Este planeta se precipitó directamente sobre su sol y los astrónomos no saben cómo interpretarlo


Hace dos años, los astrónomos detectaron por primera vez cómo un sol devoraba a uno de sus planetas. Ahora, nuevas observaciones del telescopio espacial James Webb (JWST) plantean un escenario que solo se había considerado en el campo de la ciencia ficción: un planeta que tenía un tamaño similar al de Júpiter se autodestruyó al dirigirse directamente hacia su estrella madre. Los científicos a cargo de la observación consideran que fueron testigos del primer “suicidio planetario” de la historia.

La única forma registrada en la que una estrella consuma a sus propios planetas es que el astro aumente considerablemente su tamaño durante su etapa de gigante roja. Los expertos estudian este proceso con interés porque es probable que el propio sistema solar se enfrente a ello. En aproximadamente 5,000 millones de años, tras agotar el hidrógeno en su núcleo, el Sol se expandirá hasta alcanzar 100 veces su radio actual, devorando en el proceso a los planetas cercanos, como Mercurio y Venus.


Fotografía de la fotosfera de una gigante roja y sus burbujas enormes.

Por primera vez astrónomos obtuvieron un vistazo detallado de las burbujas convectivas de una gigante roja a 180 años luz.


¿Una estrella joven a la que le cayó un planeta?

Cuando una estrella absorbe un planeta, los observatorios en la Tierra detectan un aumento en su luminosidad, aunque de corta duración. El fenómeno también es conocido como una nova.

En 2023, el observatorio Gemini Sur observó el surgimiento de una nova subluminosa en un astro a 12,000 años luz de distancia. Inicialmente se sospechó que se trataba de una gigante roja consumiendo a uno de sus planetas cercanos. Dos años después, un análisis más detallado con el instrumento infrarrojo del JWST reveló que el astro se encontraba en su fase de secuencia principal, fusionando hidrógeno. La estrella no había envejecido para convertirse en una gigante roja. La nueva evidencia sugiere que el astro joven fue más bien impactado por un cuerpo del tamaño de Júpiter.

De acuerdo con el reciente estudio publicado en la revista científica The Astrophysical Journal, esta explosión es la detección directa más convincente de un planeta consumido por su estrella anfitriona. Los mismos investigadores ya habían planteado el escenario hace un par de años en otro reporte publicado en Nature. Esta vez, el equipo sumó evidencia del engullimiento con una espectroscopia de la estrella a 820 días después de su pico de brillo.

Con los nuevos datos de luminosidad y los restos de polvo expulsados, el equipo de astrónomos tiene una idea de qué pudo haber ocurrido en aquel sistema estelar. Un planeta del tamaño de Júpiter, que orbitaba a la misma distancia que Mercurio con respecto al Sol, se acercó gradualmente a su estrella hasta que fue destruida por las capas superiores de la estrella.

Hasta donde la evidencia permite conocer, los planetas que se acercan a su estrella rumbo a su destrucción no son comunes. Los científicos estiman que el proceso pudo ser desencadenado por el mismo fenómeno gravitacional que genera las mareas en la Tierra. Con el paso de millones de años, las fuerzas de marea ejercidas por la estrella habrían extraído parte de la energía orbital del planeta, sacándolo de su camino estable. Al final, el planeta habría orbitado demasiado cerca como para mantener su integridad estructural.

No toda la comunidad científica está convencida de la explicación. Una de las principales hipótesis en contra dice que la estrella parece joven porque probablemente esté rodeada de una densa nube de polvo estelar que influye en su aparente falta de luminosidad. Nuevas mediciones con telescopios más potentes no solo medirán mejor ese brillo, también es posible que encuentren más planetas “suicidas” y el escenario se vuelva común.



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