Europa da los primeros pasos para ir sola al espacio con Mission Possible
La partida es más importante de lo que parece: no solo porque se pretende dotar a Europa de autonomía de lanzamiento de astronautas; también se garantizará el transporte de bienes y personas a las estaciones espaciales privadas que sustituirán a la Estación Espacial Internacional (ISS) al final de su vida operativa, prevista actualmente para 2030.
En los últimos meses, la ESA firmó un Memorando de Entendimiento con Axiom Space, Blue Origin e Vast Space para desarrollar futuras colaboraciones a bordo de puestos avanzados comerciales en órbita baja, que actualmente están planificando las tres empresas: Axiom Space Station, Orbital Reef y Haven 2.
Un éxito parcial
Para Europa, contar con la capacidad de transportar carga y tripulación en órbita sería una carta fundamental para reclamar centralidad geopolítica en el inminente futuro del espacio, dado el fin de la producción de Crew Dragon por parte de SpaceX, los problemas de Boeing, culminados en la más reciente debacle de la cápsula Starliner, y los retrasos de Sierra Space, cuya versión «tripulada» Dream Chaser lleva tiempo desaparecida.
No obstante, esto continúa siendo una hipótesis. Mientras tanto, por lo que se refiere al lanzamiento finalizado, The Exploration Company informó de un «éxito parcial». En un post de la empresa, publicado minutos después del amartizaje de Mission Possible, se lee: «La cápsula se lanzó con éxito, alimentó nominalmente las cargas útiles en órbita, se estabilizó tras separarse del lanzador, volvió a entrar y restableció la comunicación tras un corte de energía. Sin embargo, por lo que sabemos hasta ahora, después se produjo un problema y perdimos la comunicación unos minutos antes del amerizaje. Seguimos investigando las causas y pronto daremos más información. Este éxito parcial refleja tanto la ambición como los riesgos inherentes a la innovación».
Qué es IRIDE
IRIDE es una «constelación de constelaciones», formada por satélites heterogéneos en cuanto a tecnología y capacidad, y destinada a la vigilancia de fenómenos naturales, la observación del cambio climático y la cartografía de infraestructuras críticas para la seguridad. El programa está coordinado por la ESA y se ejecuta con el apoyo de la Agencia Espacial Italiana (ASI). El objetivo es crear la constelación nacional más importante para la observación de la Tierra, así como una de las mayores de Europa.
Una vez completado, a mediado de 2026 con el despliegue de 60 satélites, IRIDE permitirá un estudio diario de todas las localidades europeas, con una distancia de muestreo del suelo del orden de dos metros. Junto con otros sistemas espaciales nacionales, servirá a las administraciones públicas, empezando por la Protección Civil, para combatir la inestabilidad hidrogeológica y los incendios, proteger las costas, vigilar infraestructuras críticas, la calidad del aire y las condiciones meteorológicas.
IRIDE es un sistema integral compuesto por satélites en órbita baja, la infraestructura operativa en tierra y servicios para la Administración Pública. Basada en una serie de tecnologías e instrumentos de detección diferentes, la constelación será única. Sus datos serán de libre acceso y se almacenarán permanentemente en una infraestructura de almacenamiento de última generación.
Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.