¿Existe alguna forma de deshacerse de los malos recuerdos?
El Blue Monday o Día Azul no es nada fácil. La combinación de malos recuerdos, incertidumbre y experiencias negativas se esfuerzan por hacer del tercer lunes de enero un trago muy amargo. Para quienes sufren de tormentosos acontecimientos que parecieran una «maldición», los psicólogos llevan décadas intentado reducir o suprimir por completo aquellas memorias con carga emocional difícil. Hasta ahora, los intentos habían fracaso, pero un equipo de investigadores de Hong Kong cree haber encontrado la manera, utilizando la asociación entre palabras y recuerdos, y la estimulación acústica del cerebro durante el sueño.
Ni en la noche el cerebro está en reposo
El cerebro trabaja incesantemente para poner en orden los acontecimientos del día y hacer que el recuerdo de nuestras experiencias sea estable y duradero, transformándolas en recuerdos a largo pazo. Es lo que se denomina «consolidación de la memoria«, en términos muy generales, consiste en la reactivación de las experiencias vividas, lo que refuerza la estabilidad de los recuerdos al tiempo que tiene en cuenta su pertinencia, y otras informaciones del órgano cerebral.
Hasta el día de hoy, varios de estos procesos siguen siendo un misterio. Sin embargo, hace tiempo que los neurocientíficos han conseguido explotar la consolidación de la memoria que se produce durante el sueño para guiar y reforzar la creación de nuevos recuerdos. Denominada «reactivación selectiva de la memoria», se lleva a cabo asociando un estímulo sensorial: como un sonido o un olor a una experiencia, para luego experimentarla durante el sueño no REM, la fase en la que se produce principalmente la consolidación de la memoria, con el fin de estimular al cerebro a revivir el recuerdo de la experiencia y reforzar así la misma. La técnica también se ha estudiado durante mucho tiempo para hacer lo contrario: debilitar o borrar los recuerdos no deseados. Pero, hasta la fecha, los resultados de la investigación en este campo han sido menos concisos.
¿Qué proponen los expertos?
El nuevo estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, propone un «estrategia doble». En la primera fase se expone un nuevo recuerdo asociado al negativo para intervenir en este último, y luego, el nuevo recuerdo se reanima durante el sueño buscando la reactivación selectiva de la memoria.
El experimento se desarrolló así. El primer día, los científicos mostraron a un grupo de voluntarios una serie de imágenes negativas: personas heridas o animales peligrosos. Después emplearon ejercicios mnemotécnicos para asociar una palabra sin sentido a cada una de ellas. Al día siguiente, tras una noche de sueño en la que los nuevos recuerdos habían tenido tiempo de consolidarse, se repitió la práctica mnemotécnica, esta vez asociando imágenes positivas: niños sonriendo, paisajes idílicos, etc; todos ellos con la mitad de las palabras utilizadas en la sesión anterior. Aquella noche, los especialistas recurrieron a la reactivación selectiva de la memoria, resonando las palabras sin sentido asociadas a las imágenes durante la fase REM del sueño de los participantes.
Al estudiar las ondas cerebrales de los participantes, los investigadores observaron un pico en las ondas theta, asociadas a la memoria emocional, cuando escucharon las palabras asociadas a las imágenes positivas. Una buena señal, que también confirmaron las pruebas realizadas los días siguientes. Los investigadores concluyeron que para los participantes era más complicado recordar asociaciones de ilustraciones y palabras en las que las imágenes negativas habían sido sobrescritas por las positivas.
Darle un descanso a la mente
Por el momento se trata de resultados totalmente preliminares, obtenidos en el marco de un experimento de laboratorio estrictamente controlado, y trabajando sobre recuerdos negativos con una carga emocional muy baja en comparación con aquellos que pueden inducir la aparición de problemas psicológicos y psiquiátricos: como el duelo, la violencia o los accidentes.
Pese a las limitaciones enumeradas, sus inventores mencionan que esta técnica «es prometedora y vale la pena seguir investigándola en el futuro». Incluso si no consigue eliminar los malos recuerdos, pero permite reducir su «fuerza» y por tanto, su capacidad de interferir en la vida cotidiana, tendría un excelente potencial terapéutico. De afinarse los estímulos sensoriales que se utilizan para reactivar la memoria, las zonas del cerebro implicadas y las frase del sueño en las que intervienen, podría ser posible optimizar aún más su eficacia.
Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.