Familiares de José Daniel Ferrer están «plantados frente a Mar Verde» a espera de poderlo ver
La familia del preso político cubano José Daniel Ferrer García está desesperada, luego de que fuera hospitalizado tras una golpiza en la prisión de Mar Verde, en Santiago de Cuba. A pesar de las declaraciones oficiales que confirman que Ferrer estuvo en el hospital de la prisión de Boniato, su familia sigue sin poder verlo ni obtener información directa sobre su estado actual.
Desde el jueves, la familia de Ferrer, quien es considerado prisionero de conciencia por Amnistía Internacional, ha intentado sin éxito conocer su situación. La denuncia inicial sobre su hospitalización surgió tras recibir reportes de que habría sufrido agresiones dentro de la prisión.
Ana Belkis Ferrer, hermana del opositor y residente en Estados Unidos, explicó que el plan era trasladarlo nuevamente a la prisión de Mar Verde, donde su esposa, la doctora Nelva Ismaray Ortega, y dos de sus hijos intentaron verlo este viernes. Sin embargo, las autoridades les ofrecieron solo la posibilidad de observarlo «a distancia», una opción que la familia rechazó categóricamente.
Desde las puertas de la prisión de Mar Verde, la doctora Ortega denunció la negativa de las autoridades a permitir un encuentro cara a cara con su esposo.
“Tenemos derecho a verlo, es el derecho de su familia,” afirmó, exigiendo garantías sobre el bienestar de Ferrer.
Ortega, acompañada de otros miembros de la familia, permanece frente al centro penitenciario en un acto de resistencia pacífica, determinado a no retirarse hasta obtener respuestas claras.
El mensaje de la esposa del opositor concluyó con un llamado que resuena entre quienes apoyan la causa de los presos políticos en Cuba:
“Libertad para José Daniel y todos los presos políticos”.
Líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), Ferrer ha sido una voz crítica constante contra el régimen cubano. Desde su arresto en octubre de 2019, ha enfrentado múltiples denuncias por maltratos, aislamiento prolongado y condiciones inhumanas de detención.
Su familia y organizaciones internacionales han señalado repetidamente las violaciones de sus derechos, desde la falta de atención médica adecuada hasta las agresiones físicas. Estos incidentes, según sus allegados, forman parte de una estrategia para quebrantar su voluntad y silenciar su activismo.
La falta de transparencia en torno al caso de Ferrer ha generado preocupación entre defensores de derechos humanos y observadores internacionales. Amnistía Internacional ha reiterado su llamado a la liberación inmediata de todos los prisioneros de conciencia en Cuba, destacando el caso de Ferrer como un ejemplo de represión política en la isla.
La postura de la familia de Ferrer es clara: no se retirarán hasta que puedan confirmar su estado de salud y verlo directamente.