viernes, septiembre 27, 2024
Economía

guía para entender los ajustes que hará el BCE en la tasa de depósito y de financiación


Septiembre va a ser un mes importante para el Banco Central Europeo. La reunión de este jueves del organismo va a concluir con un nuevo recorte de los tipos de interés, pero hay un evento que va a producirse en la zona euro el día 18 de septiembre que marcará un antes y un después en la política monetaria de la zona euro. El BCE va a modificar dos de los tres tipos de referencia que utiliza, con el objetivo de intentar que su política monetaria sea más efectiva. La facilidad marginal del crédito y el tipo de refinanciación se van a ajustar a la baja, para estar más pegados al tipo de interés más importante para el organismo: la facilidad de depósito. Este tipo de interés ha sido un gran incomprendido en los últimos años, a pesar de haber adelantado en importancia a los otros dos tipos que utiliza el BCE. ¿Por qué es ahora la facilidad de depósito el tipo más importante clave para el mercado del dinero? ¿Qué pretende el BCE con el cambio que va a llevar a cabo? La respuesta a estas dos preguntas ayuda a entender el giro fundamental que está preparando el banco central.

En la maraña de conceptos desconocidos y con nombres enrevesados que utiliza el BCE, entender los tres tipos de interés que utiliza el organismo como referencia ayuda a comprender un poco mejor la política monetaria de la zona euro, una de las herramientas que utilizan las instituciones europeas que más afectan a la economía y a los ciudadanos.

La caja de herramientas del BCE recoge instrumentos muy diferentes. El organismo ha utilizado a lo largo de su historia armas de todo tipo para poder cumplir con su objetivo, desde los tipos de interés de referencia, hasta herramientas de rescate para todo un país, pasando por programas temporales de compras de bonos con los que el organismo manipula los mercados financieros, con el objetivo de que las condiciones financieras de la economía encajen con lo que se necesita. Todo, con la intención de cumplir su razón de ser, el mandato para el que se creó el BCE, que no es más que conseguir una inflación estable en el entorno del 2% anual.

¿Cómo funcionan los tipos de interés del banco central?

Los tipos del BCE son las referencias que utiliza el organismo para influir en los intereses que el sistema financiero, es decir, los bancos, cobran a los ciudadanos por tomar el dinero prestado. Los bancos comerciales están atados a estos niveles de referencia, así, las entidades financieras trasladan los cambios que se producen en los tipos del BCE a sus clientes. Esta es una de las vías más importantes tiene el banco central para influir en la cantidad de dinero que hay en circulación en la economía, y en consecuencia, las condiciones financieras que hay.

Con estas herramientas el organismo que preside Christine Lagarde tiene el poder de decidir si el coste de la deuda para empresas y familias sube o baja, y utiliza los tipos de referencia para intentar que la inflación suba, cuando esta se encuentra muy por debajo del objetivo del 2%, o para tratar de que baje, cuando se dispara por encima de ese nivel. Si la inflación es baja, el BCE reduce los tipos de interés de referencia; los bancos trasladan esta bajada a sus clientes, y al cobrar menos intereses por el crédito, esto suele desembocar en más demanda de deuda (hipotecas, préstamos…) por parte de los ciudadanos y de las empresas. Así, entra más dinero en el sistema, y la inflación se ve presionada al alza. Si la inflación es alta y el BCE quiere que se modere, hace lo contrario: sube los tipos, el crédito es más caro, y la demanda de préstamos se reduce, lo que enfría la economía y la inflación.

En este sentido, el BCE utiliza tres tipos diferentes: facilidad marginal de crédito, el tipo principal de refinanciación, y la facilidad de depósito. Los dos primeros, la facilidad marginal de crédito y el tipo de refinanciación son muy parecidos; se consideraban el tipo principal del BCE ya que miden el interés que pagan los bancos al banco central por coger dinero prestado. La facilidad marginal de crédito mide el interés que se paga a un día, y el tipo de refinanciación a una semana.

La facilidad de depósito es diferente, ya que mide el interés que paga el BCE a los bancos que dejan su dinero aparcado en el banco central. Cuando un banco tiene exceso de liquidez, lleva este dinero al banco central, y el organismo le paga a la entidad el interés que marque la facilidad de depósito. Como es lógico, el tipo de refinanciación y la facilidad marginal de crédito siempre estaban por encima de la facilidad de depósito (de otro modo, un banco podría tomar prestado en el BCE a un tipo de interés, y obtener beneficios automáticos prestando ese mismo dinero al propio banco central).

Un cambio fundamental en el sistema

En los últimos años se ha producido un cambio importante en el mercado de crédito y en los tipos del BCE. En el pasado, el banco central tenía al mercado muy atado al tipo de refinanciación y a la facilidad marginal de crédito (recordemos, lo que cobra el BCE por prestar dinero a la banca). Sin embargo, a partir de 2015 hubo un factor que fue determinante para que los bancos cambiasen sus dinámicas, y dejasen de acudir al BCE a por liquidez.

En aquellos años el BCE necesitaba dar un impulso a la débil inflación, que se quedaba consistentemente por debajo del objetivo del 2%, y para ello empezó a inundar el mercado europeo de dinero con un nuevo mecanismo, comprando masivamente deuda pública y privada; lo hizo con los programas de compras de deuda bautizados como ‘QE’ (Quantitative Easing), copiando los que ya estaba llevando a cabo la Reserva Federal estadounidense y el Banco de Japón.

Como la liquidez sobraba en el sistema, los bancos dejaron de acudir al BCE. Cuando necesitaban crédito, se lo prestaban entre ellos a un precio más barato de lo que les cobraría el banco central, y utilizaron como referencia la facilidad de depósito. Poco a poco, los otros dos tipos empezaron a caer en el olvido (y el papel del BCE como suministrador de liquidez directa a la banca), y la facilidad de depósito pasó a ser la referencia más importante para el mercado. El comportamiento del Euribor es el mejor ejemplo: si antes se movía pegado al tipo de refinanciación, con el tiempo pasó a pegarse a la facilidad de depósito, y este último se convirtió en el tipo de interés más relevante en la zona euro, el que había que vigilar más de cerca para entender las condiciones de crédito (más duras, o más laxas) que había en el sistema.

El BCE cambia las normas de los tipos el 18 de septiembre

El pasado mes de marzo, el BCE terminó su revisión del marco operativo, y anunció varias medidas que implicarían cambios en los tipos de interés. El 18 de septiembre, explicó el banco central, se reduciría la diferencia que hay entre la facilidad de depósito y los otros dos tipos, el de refinanciación y la facilidad marginal de crédito. El objetivo del banco central, como él mismo reconoció, era evidente: recuperar el control de los tipos de interés de corto plazo en el mercado.

La idea del BCE es incentivar con este cambio a que los bancos dejen de prestarse entre ellos, y vuelvan a acudir a su ventanilla en busca de crédito. Al fin y al cabo, estrechar el diferencial entre la facilidad de depósito y los otros dos tipos incentivaría que la banca vuelva a acudir al banco central, ya que las condiciones serán más atractivas de lo que han sido en el pasado. El propio BCE reconoció en su comunicado oficial que pretendía «incentivar a los bancos a que pujen en las operaciones semanales», de forma que «los tipos de interés del mercado evolucionen cerca de la facilidad de depósito».

A partir del 18 de septiembre, el tipo de refinanciación se bajará hasta dejarlo en 15 puntos básicos por encima de la facilidad de depósito (ahora el diferencial es de 50 puntos básicos); la facilidad marginal de crédito, por su parte, se dejará en 25 puntos básicos, frente a los 75 que hay en este momento. El suelo del precio del dinero lo seguirá marcando la facilidad de depósito, el tipo que se ha utilizado en los últimos años como referencia para el mercado. Este jueves, seis días antes de que se produzca el cambio, el BCE se reúne en su encuentro de política monetaria, en el que se espera que lleve a cabo un recorte de tipos, y el nivel en el que deje la facilidad de depósito marcará dónde se quedan las otras dos referencias a partir del día 18.

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