Hallan ingredientes precursores de vida en un disco protoplanetario a 1,300 años luz de distancia
Astrónomos del Instituto Max Planck de Astronomía han descubierto moléculas orgánicas complejas en el disco protoplanetario de la estrella V883 Orionis, a 1,300 años luz de la Tierra. Entre los compuestos detectados se encuentran el etilenglicol y el glicolonitrilo, considerados “ladrillos fundamentales” en la química prebiótica. El hallazgo sugiere que estos elementos semilla, necesarios para la aparición de organismos complejos, pueden ensamblarse en el espacio y eventualmente llegar a otros planetas.
El etilenglicol y el glicolonitrilo son moléculas que podrían anteceder a azúcares y aminoácidos como la glicina. Si el entorno es favorable, estas estructuras pueden agruparse y concentrarse hasta formar proteínas y ácidos nucleicos. Según la teoría de la síntesis abiótica, dichas agrupaciones reaccionan con el ambiente y evolucionan hacia configuraciones cada vez más complejas, aproximándose al comportamiento celular.
Los científicos han jugueteado con la posibilidad de que las semillas de la vida se forman mucho antes de que se consoliden los planetas. Este proceso es similar a cómo surge y se distribuyen las moléculas de agua en un sistema planetario. Este último descubrimiento a través del telescopio ALMA, en Chile, y publicado en la revista The Astronomical Journal, aporta más evidencia a favor de dicha hipótesis. Las moléculas probióticas pueden surgir durante la etapa de formación de un sistema estelar.
“Nuestros resultados sugieren que los discos protoplanetarios heredan moléculas complejas de etapas anteriores, y la formación de moléculas complejas puede continuar durante la etapa del disco protoplanetario”, dijo Kamber Schwarz, coautor del estudio y científico del Instituto Max Planck.
En total, el equipo detectó la firma espectral de 17 moléculas orgánicas complejas sobre el disco de gas de una estrella “bebé” en proceso de convertirse en un sol. Además, los autores afirman que todavía hay señales moleculares que no han podido ser definidas por las limitaciones del telescopio. “Tal vez se revelen sustancias químicas más complejas que simplemente no hemos identificado”, explica Schwarz.
Las semillas de la vida se forman al mismo tiempo que un sistema estelar
No es la primera vez que se localizan ladrillos de vida fuera de la Tierra. Hay estudios sobre metanol, acetaldehído y etanol en discos de polvo y regiones congeladas en estrellas distantes. Además, se ha encontrado glicina y fósforo en cometas y asteroides. Por ello, los astrónomos comienzan a inclinarse por la hipótesis de que la química precursora de la vida no es exclusiva de la Tierra, sino que es parte de un proceso ampliamente distribuido en el universo.
Los avances sobre moléculas complejas en el espacio permiten crear modelos sobre potencial astrobiológico. Si bien están muy lejos como para que alguna sonda llegue a analizarlas, sus firmas químicas pueden servir de guía para identificar compuestos similares en exoplanetas cercanos.
La presencia de estas moléculas no confirma la existencia de vida extraterrestre, pero sí sugiere que los ingredientes básicos para la vida ya están dispersos en el cosmos, esperando condiciones propicias para reunirse y evolucionar.