Hay más microplásticos en el líquido de una botella de vidrio que en una de PET
Una reciente investigación de la Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria (ANSES) reveló que las bebidas almacenadas en botellas de vidrio contienen más partículas de microplásticos que aquellas conservadas en envases de plástico o metal. De hecho, la cantidad de residuos detectados en recipientes de vidrio supera entre cinco y 50 veces lo detectado en botellas de PET.
En promedio, se identificaron 100 partículas de microplásticos por litro en bebidas almacenadas en vidrio, con tamaños que oscilan entre 30 y 500 micrómetros. La cantidad varía significativamente según el tipo de bebida. Según la ANSES, el agua natural y el vino presentaron la menor contaminación con alrededor de 4.5 partículas por litro, mientras que refrescos, limonadas y cerveza mostraron entre 30 y 60 partículas de microplástico.
El resultado fue completamente opuesto al esperado. Pruebas posteriores de la ANSES atribuyeron la presencia excesiva de microplásticos en vidrio a la pintura de las tapas metálicas, encargadas de sellar el contenido y mantenerlo alejado de la contaminación.
Los microplásticos hallados en un recipiente coincidían en el mismo color mientras que un análisis de composición química mostró que estaban hechos de los mismos componentes que la pintura de las tapas metálicas. La investigación publicada en la revista Journal of Food Composition And Analysis detalla que hay arañazos microscópicos en la pintura de las tapas debido a la fricción durante el almacenamiento. Este fenómeno explica por qué el vino y el agua, sellados usualmente con corchos, estuvieron menos contaminados que otros productos.
La contaminación puede reducirse si previamente se limpia la tapa metálica que sella el contenido. Sin embargo, no desaparece. Por ejemplo, en un experimento, se pudo reducir la contaminación, de 287 partículas por litro a solo 87. “Los fabricantes también podrían explorar otras líneas de acción, como cambiar las condiciones en las que se almacenan los tapones antes de su uso, para evitar fricciones, o modificar la composición de la pintura utilizada en los tapones”, dijo la ANSES.
Los microplásticos están en todos lados, pero nadie sabe qué es lo que provocan
Todavía no hay evidencia suficiente como para afirmar que los microplásticos supongan una amenaza a la salud pública. Sin embargo, múltiples estudios concluyen que deberían considerarse como “omnipresentes” en la cadena alimentaria. Dado que se encuentran en aire, mar y tierra (literalmente), los micro y nanoplásticos se transfieren a través del consumo de diferentes animales o de agua contaminada.
Se han encontrado microplásticos en varías partes del cuerpo humano como en la sangre, pulmones, sistema digestivo, placenta y espermatozoides. Por el momento, los médicos solo relacionan la presencia de estos residuos con inflamación celular. Estudios alternativos con animales muestran cambios de comportamiento, entre los que destacan la docilidad.
La ANSES no reveló las marcas analizadas, pero aclaró que se trata de productos disponibles en tiendas locales. “La selección de una marca para cada categoría estuvo influenciada por diversos factores, especialmente por la posibilidad de encontrar la bebida en una amplia variedad de envases. Se examinaron seis muestras de cada referencia elegida. Todas las muestras se tomaron del mismo lote de producción”, finalizó.
Aunque la contaminación era evidente en la investigación, no hay suficiente información como para considerar estos productos como nocivos para la salud.