La apasionante historia de Manuel, padre de Cari Lapique, un emprendedor inmobiliario que se codeó con los duques de Windsor
La iglesia de San Agustín fue el pasado lunes, 23 de septiembre,
el lugar elegido
por la familia Goyanes-Lapique para rendir
tributo a Carlos Goyanes y Caritina Lapique. Padre e hija murieron con
19 días de diferencia
y un día antes de la muerte de la empresaria gastronómica había fallecido Tito Goyanes, hermano del recordado empresario. Durante estas semanas la familia ha estado en primer término en la crónica social y se han recordado a las figuras más insignes de la saga, entre las que debemos dar un lugar especial a Manuel Lapique Quiñones.
El abuelo de Caritina Lapique estuvo casado con una de las mujeres más admiradas de la alta sociedad en España, Caritina Fernández de Liencres, quien llegó a ser fotografiada
nada menos que por Richard Avedon, cuando acompañó a su marido, el ya mencionado Manuel Lapique Quiñones, a un viaje de negocios en Nueva York. Fueron padres de cinco hijos, Caritina (la primogénita, Cari, que siguió la tradición de heredar este nombre), Manuel, Myriam, Pedro y Almudena, que falleció en la niñez.
Manuel fue un hombre discreto y sería su mujer quien más
atraería la atención de los medios
de comunicación, por su belleza y contrastada elegancia, además de por su privilegiada agenda.
Dos de sus hijas, Cari y Myriam, serían las más mediáticas, especialmente la primera por su matrimonio con Carlos Goyanes,
ex marido de Pepa Flores
. Su boda fue todo un acontecimiento social en Marbella en el que se dieron cita lo más granado de la aristocracia, la jet-set y el mundo del espectáculo.
Prueba de la pujanza mediática de su familia es que su necrológica en El País la titularon así:
‘Manuel Lapique, padre de Cari Lapique’. El empresario falleció en julio de 1990 en la clínica de la Concepción de Madrid, «de una crisis cardiaca que le sobrevino dos días después de una operación en la que le fue extirpada una parte del intestino», según informaba el mencionado rotativo.
Su mujer, Caritina Fernández de Liencres, un icono de elegancia
Manuel Lapique llevaba algunos años enfermo, pero, según informaban fuentes cercanas al finado, su salud había empeorado mucho en las semanas previas a su fallecimiento. Sus restos descansan en
el panteón familiar del cementerio de San Isidro de Madrid, junto a las de su mujer, Caritina Fernández de Liencres, que murió el 10 de septiembre de 2015 en Marbella, a los 85 años.
Los Lapique-Fernández de Liencres tenían dos centros de operaciones fundamentales. El primero, su casa de Madrid,
decorada por el emblemático Duarte Pinto Coelho, cuyo espectacular palacete en el madrileño Barrio de los Austrias compró, a su muerte, la ahora también fallecida
Ira de Fürstenberg
.
El segundo, en Marbella, obra de Jaime Parladé, prestigioso interiorista que en su día había formado equipo con Pinto Coelho y decoró una parte de
Las Cañas, la residencia marbellí
de la duquesa de Alba. La propia Cari Lapique recordaba en ‘Vanity Fair’ que por su casa había visto pasar, entre otrras figuras históricas, a los duques de Windsor y, sobre todo, a Lola Flores íntima de la familia.
A propósito de la trayectoria profesional de Manuel Lapique Quiñones debemos destacar que
creó en 1952 la sociedad Corpique, de la cual es director general en la actualidad
su hijo, Manuel Lapique
. Hablamos de una empresa pionera que nació para la gestión y la promoción inmobiliaria. Así, fue promotor del hotel Don Ramón de la Cruz, en el madrileño barrio de Salamanca, y ejerció de presidente de la Asociación de Propietarios del Complejo Azca. De hecho, intervino en el desarrollo del complejo elaborado por el arquitecto Antonio Perpiñá, quien tuvo como inspiración el Rockefeller Center de Nueva York.
Otro hito en la carrera del padre de Cari Lapique fue
la fundación del Golf Hotel Guadalmina, en Marbella, que integró el primer campo de golf de la Costa del Sol y fue inaugurado en 1956. La empresa tuvo un crecimiento muy notable en los siguientes años y fue incorporando proyectos y clientes de gran relevancia, especialmente en Madrid y la Costa del Sol.
Desde 1956 hasta el momento de su muerte, en 1990, estuvo muy implicado en la empresa, que fue
promotora de numerosos inmuebles en Guadalmina y el proyecto Finca El Cortesín, en Casares, en la provincia de Cádiz, además de otras promociones en el resto de España, donde colaboraron con empresas del ámbito inmobiliario como URBIS, Metrovacesa, Reyal y Lugarce, entre otras.
Su hijo, Manuel Lapique, le sucedió al frente de su empresa
Como decimos, su sucesor fue su hijo, Manuel Lapique Fernández de Liencres, quien a partir de entonces comenzó a realizar labores de consultoría para distintos grupos, como los ya mencionados, además de
NH Hoteles, AC Hoteles, Nozar, Inmobiliaria Ferrocarril, Servihabitat (Caixa Bank) y un largo etcétera.
Según consta en su página web, la filosofía de la empresa pasa por la selección escrupulosa y rigurosa de los inmuebles, basándose en su estupenda cartera de clientes, gracias a un selecto equipo de asesores inmobiliarios. En Madrid, por ejemplo, son prioritarios para ellos
el barrio de Salamanca, Chamartín, El Viso, Castillejos, Chamberí y
La Moraleja
.