La ESA demostrará su potencial tecnológico con Proba-3, una herramienta capaz de crear eclipses solares
La Agencia Espacial Europea (ESA) lanzó con éxito la misión Proba-3, un esfuerzo internacional para probar los vuelos de precisión en el espacio. Para hacerlo, primero tendrá que crear eclipses solares. Los dos satélites que conforman el experimento despegaron en el cohete PSLV-XL, un dispositivo de 44 metros en el que se basan casi todos los lanzamientos de la organización espacial de la India (ISRO).
Los dos satélites de Proba-3 producirán mini eclipses solares en el espacio. Una vez en órbita alrededor de la Tierra, crearán una formación paralela con precisión milimétrica. El cuerpo de uno de ellos cubrirá la cara del Sol para proyectar una gran sombra (similar al papel de la Luna en un eclipse solar). El otro, posicionado a decenas de metros de distancia, recogerá toda la información del evento, incluidos datos de la corona solar que se visualizan en los fenómenos astronómicos naturales.
Comprender la naturaleza de esta capa superficial del Sol es fundamental. Esta corona es la fuente de los fenómenos solares que afectan a las telecomunicaciones de la Tierra, como las eyecciones de masa coronal. Por la disminución abrupta de luz, los eclipses solares son la oportunidad perfecta para estudiar la corona solar. Sin embargo, los científicos están limitados a la periodicidad del fenómeno. Por ejemplo, la última buena ventana de observación fue el eclipse en Norteamérica en abril de 2024.
“Proba-3 puede llenar el vacío de observación desde tres radios solares hasta 1.1 radios solares. Esto permitirá seguir la evolución de las colosales explosiones solares a medida que se elevan desde la superficie solar y se aceleran hacia el exterior del viento solar”, explica la ESA en un comunicado.
El estudio de la corona solar es importante para la astronomía, pero el objetivo principal de Proba-3 es demostrar a otras agencias espaciales que la ESA tiene el potencial de liderar misiones precisas en movimiento. La capacidad de realizar tareas de acoplamiento en el espacio es vital para el establecimiento de una economía espacial entre la Tierra, la Luna y Marte en el futuro.
Los satélites de Proba-3 se colocaron en una órbita altamente elíptica que se extiende a 60,000 kilómetros de la superficie de la Tierra y se distanciarán hasta por 150 metros. Cada seis horas, los dos satélites tendrán que emparejar sus velocidades y distancias para generar un mini eclipse solar. Si alguno de ellos se desvía por milímetros, los sensores captarán luz parásita y el estudio quedará arruinado.
“Catorce estados miembros de la ESA, incluido Canadá, se unieron en esta misión con el objetivo de demostrar la tecnología europea revolucionaria en las áreas de operaciones autónomas y maniobras de precisión, proporcionando resultados científicos nunca antes vistos”, aseguró la ESA en un comunicado.
Para la agencia espacial, solo hay una forma de demostrar su capacidad tecnológica: generar datos científicos que ninguna otra institución posea. Los gemelos de Proba-3 tienen la responsabilidad de enaltecer al consorcio europeo.
“Hoy en día no es práctico volar una sola nave espacial de 150 metros de largo en órbita, pero si Proba-3 puede lograr un rendimiento equivalente utilizando dos naves espaciales pequeñas, la misión abrirá nuevas formas de trabajar en el espacio para el futuro. Imagínese múltiples plataformas pequeñas trabajando juntas como una sola para formar telescopios o conjuntos virtuales con visión lejana”, finalizó la agencia espacial.