La espantada de Letizia en el Día de la Hispanidad: sola, mojada e incomprendida
Fue para la reina Letizia y la princesa Leonor el
desfile del Día de la Hispanidad más corto de la historia debido a la suspensión de la exhibición aérea que ofrece la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire y del Espacio (PAPEA) y la Patrulla Águila.
La lluvia, para la que la reina no iba preparada
, aguó el espectáculo de nuestras Fuerzas Armadas y a punto estuvo provocar la estampida de autoridades de una endeble tribuna sin impermeabilizar.
Letizia fue la primera en dar la voz de alarma.
La reina dio un salto hacia atrás para refugiarse en la zona más a cubierto de la tribuna de autoridades, espantada por el cariz que estaba tomando la climatología a la altura de la Plaza de Neptuno de Madrid.
Dicen que se mojó los pies, vestidos en unos delicados y escotadísimos kitten heels de Magrit. Gracias
al recio uniforme
, Leonor y el rey Felipe aguantaron circunspectos el chaparrón, hasta que le vieron la cara a Letizia.
Quizá hubo quien pensó que, por razón de su posición, la reina habría de haber
soportado estoicamente el contratiempo climatológico. Hacer como si la lluvia no la calara, para que nada perturbara el desfile de las tropas ante el comandante supremo de las Fuerzas Armadas y su heredera. Lo cierto es que
Letizia
pegó un salto literalmente y cogió al rey Felipe desprevenido. Tanto, que se dirigió a la reina para pedirle explicaciones.
Por
suerte para Letizia
, no fue la única que se alarmó ante el cariz que tomaba la situación. Enseguida formaron un corrillo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la ministra de Defensa, Margarita Robles, y el jefe de la Casa del Rey, Camilo Villarino. Por un momento, se temió que hubiera que
detener el desfile, al menos de forma temporal, hasta que la lluvia amainara.
Leonor causó sensación con su uniforme de gala azul
Hablemos del uniforme de Leonor, porque causó sensación. Aunque la prenda que triunfó nada más Letizia pisó asfalto fue su
envolvente gabardina, que ocultaba muy ingeniosamente una solapa y convertía el clásico cinturón en una gran lazada. Impedía ver
el fantástico vestido
rojo de gasa de la firma Poète, desaparecida en 2021. Aún así, si las seguidoras de lo ‘royal’ encontraran una manera de comprar. Y si quieres una ocasión de lucir militar, el uniforme elegido sería el que la princesa de Asturias llevó al Día de la Hispanidad.

Leonor vistió el uniforme conocido como
’14 botones’, compuesto por guantes blancos, bicornio con el escudo de la Armada Naval y pantalón y chaqueta de un color azul turquí maravilloso. Es el traje de gala asignado para la modalidad B de Oficiales, Suboficiales, Cabos mayores y Cabos primeros de carácter permanente.
El uniforme que Leonor
llevó en el Día de la Hispanidad
es regio por sí solo, pero más con el Toisón de Oro, la banda de la Orden de Carlos III, la Gran Cruz del Mérito Militar y la de la Orden del Cristo. Un
nudo llano con cordón dorado en el brazo simboliza que quien lo porta ha sacado buenas notas y no ha sido nunca arrestado.
Letizia se quedó sola y su hija corrió a acompañarla
Tan impresionante iba la princesa de Asturias y Girona, que hasta
pillamos a la reina Letizia mirándola arrobada. No es ninguna noticia que a la madre se le cae la baba con su hija y que esta está en todo momento pendiente de su progenitora. Lo comprobamos durante el desfile, cuando
una espantada Letizia se vio sola frente a la tromba de agua, mientras el corrillo de autoridades dilucidaba su continuidad. Cuando Leonor advirtió que la reina llevaba unos segundos sola, abandonó rápidamente el corrillo para acompañarla.
El momento en el que el rey Felipe ajustaó la banda de la Orden de Carlos III que llevaba Leonor. /
En realidad, no fue Letizia la única que rompió los esquemas del protocolo con su espontaneidad. Leonor cometió su primer fallo importante de protocolo, solo porque
sucedió delante de las cámaras y todo el mundo pudo observarlo. Ocurrió cuando el rey Felipe se adelantó para realizar la ofrenda de una corona de laurel a los militares caídos, con su hija unos pasos por detrás. Así debía ser en todo momento, pero Leonor tomó la delantera sin darse cuenta y el monarca tuvo que llamarle la atención.
Un besamanos accidentado
Estos pequeños incidentes protocolarios
no fueron la única anécdota de una mañana que terminó en el Palacio Real, donde se produjo la tradicional recepción del Día de la Hispanidad. Los reyes Felipe y Letizia, acompañados de la princesa Leonor, saludaron a
más de 1.300 invitados entre los que se contaron políticos, militares, periodistas o escritores. Al final, como sucedió el año pasado, cinco compañeros de la Escuela Naval de Marín estrecharon la mano de los monarcas y su hija. Esta no les quitó ojo mientras se iban alejando.
Tras desfilar todos los invitados por el Salón del Trono, el cóctel se sirve en el comedor de gala y las estancias contiguas, para evitar aglomeraciones y que los reyes puedan moverse con fluidez de corrillo en corrillo. Son unas dos horas las que los monarcas y la princesa Leonor se mezclan con sus invitados, aunque se programa con antelación con quién se van a parar a charlar. Dicen que Letizia llevó
los mismos zapatos mojados del desfile. Normal que tratara de evitar a toda costa la lluvia: a ella no se le permiten botas en las que refugiarse.