La joyas que Irene Urdangarin puede tomar prestadas del fabuloso joyero de la reina Sofía
Irene Urdangarin se convirtió en el estandarte de la moda sostenible con motivo de la boda en Atenas de
la princesa Teodora de Grecia y Matthew Kumar
. Al vestido azul marino con detalle de terciopelo y fruncido en el escote que
ya había lucido su madre en el pasado,
se suma el hecho de que una de sus joyas
la tomó prestada de su abuela Sofía. Se trata de un hecho insólito, ya que hasta la fecha ninguna de sus nietas había tenido acceso al valioso joyero de la reina emérita.
La benjamina de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina se estrenaba en estas lides con
unos bonitos pendientes de oro amarillo con zafiros, según señala el experto en las joyas de la familia real española Juan Rivero en declaraciones a la revista ‘Vanitatis’. Rivero añade que la esposa del rey Juan Carlos también posee el collar que va a juego con ellos.
Este
detalle de la reina Sofía con su nieta, que se ha adelantado a sus primas Leonor, Sofía y Victoria Federica, puede ser la primera de muchas veces que la veamos lucir más joyas de su abuela. Es complicado que la joven lleve en el futuro
piezas tan valiosas como la tiara Prusiana
, sin duda, la pieza más importante del joyero personal de la emérita, u otras similares como la Diadema Floral, regalo del pueblo español ofrecido por el dictador Francisco Franco con motivo de su boda.
Del mismo modo, muy especial debería ser la ocasión en la que le prestara su pendentif con
rubí cabujón de incalculable valor
que heredó de su madre, la reina Federica de Grecia. Pero más allá de estos
brillantes tesoros, Irene Urdangarin tiene a su disposición muchas otras de las que echar mano llegado el momento.
Las joyas que doña Sofía puede prestar a Irene Urdangarin
El
impresionante joyero de la reina emérita
está integrado por piezas heredadas y regalos personales. Muchas de ellas
pasarán en el futuro a sus hijas y sus nietas. Incluso sus nietos, para que se las puedan regalar a sus futuras esposas. La excepción son
las llamadas Joyas de pasar
, tradición que instauró la reina Victoria Eugenia, y que solo pueden ser usadas por la persona que ostente el título de reina.
Si seguimos con los pendientes, Irene puede probarse los de perla, unos pendientes largos con perla en su extremo que su abuela llevó en proclamación del rey Juan Carlos en 1975, y también
la infanta Elena en su boda con Jaime de Marichalar
en 1995.
Otros con mucha historia son
los de diamantes y turquesas, con collar y pulsera a juego, que fueron un regalo del rey Hussein de Jordania y la reina Noor. Muy valiosos también son los pendientes de diamantes y zafiros, que doña Sofía suele lucir con una pequeña gargantilla y un broche, y que ha prestado en numerosas ocasiones ya a la reina Letizia.
Si la hija de la infanta Cristina necesita un collar para impresionar, puede recurrir al de
rubíes y diamantes de Van Cleef & Arpels, otro de los regalos de boda que recibió la reina Sofía, cortesía del naviero griego Stavros Niarchos. Hasta la fecha la emérita nunca ha prestado esta valiosa joya, pero nunca se sabe cuando puede hacer la primera excepción.
Y si hablamos de broches, la nieta podría coger prestado a su abuela el floral, que es
una de las piezas más originales de su joyero, también regalo de su madre. Representa un conjunto de tres flores elaborado en jade –una amarilla, una rosa y una morada– combinadas con dos hojas verdes.
¿Y si le coge prestados unos pendientes a la reina Letizia?
Irene Urdangarin tiene
valiosas joyas que poder pedir prestadas también a su madre. Entre ellas el alfiler de brillantes que le regaló su abuela María de las Mercedes de Borbón y Orleans, o unos pendientes en oro amarillo y corales rosas que lució en una cena con los reyes de Noruega.
Pero con el deshielo de las relaciones
entre la infanta Cristina y el rey Felipe
y ahora que la relación entre doña Letizia y sus sobrinos Urdangarin –varios de ellos instalados en Zarzuela en los últimos meses– también parece más cordial, no sería tan extraño aventurar
un hipotético acceso de la joven a otro joyero real.
Dificultada esta opción por el hecho de que Irene reside ahora en el Reino Unido, donde
estudia la carrera de Hospitality
, si se llegara a dar el caso, Irene podría lucir por un día los
espectaculares pendientes de zafiros
que la reina llevó por primera vez en una visita a Londres en 2017. También los pendientes en cruz que son un diseño del príncipe Dimitri de Yugoslavia o
las aguamarinas de Bvlgari, que ya le vimos lucir a la princesa Leonor en la entrega de los últimos Premios Princesa de Asturias.