La peor pesadilla para la infanta Cristina: Iñaki Urdangarin le pide más dinero para llevar «una vida de lujo»
Pese a sus múltiples viajes a España y a su
recién comprado piso en Pedralbes
,
la infanta Cristina tiene razones
más que fundadas para, una vez más, refugiarse en Ginebra, donde vive desde 2013. Allí está a salvo de los fotógrafos, las críticas y, sobre todo, los
disgustos que le ocasiona su ex, Iñaki Urdangarin. Tampoco le ha beneficiado la atención extra que la familia del rey ha recibido con motivo de la visita de los reyes Felipe y Letizia a Valencia.
Ahora mismo, todos los miembros de la unidad familiar Urdangarin Borbón son motivos de
dolor de cabeza para la infanta Cristina
. Aunque, quizá, es su ex quien más puede hacerle la vida imposible a la hermana favorita del rey Felipe, condenada a
entenderse con el padre de sus cuatro hijos y, a ser posible, en condiciones de máxima discreción. Algo que, precisamente, ha saltado por los aires en este momento.
Nadie esperaba este
movimiento arriesgado de Iñaki Urdangarin
, sobre todo porque solo hace once meses que se firmó el acuerdo de divorcio que, en teoría, sellaba la transacción económica definitiva que satisfizo a ambas partes. El ex duque de Palma y ex olímpico ha pedido a la infanta Cristina
un aumento en su pensión, según ha desvelado ‘Monarquía Confidencial’, en comunicación con fuentes cercanas a la hermana del rey Felipe.
«No tiene trabajo y quiere
vivir por encima de sus posibilidades», explican las fuentes consultadas por este confidencial. «A ver cuánto le dura este nivel de vida. Que lo disfrute mientras pueda», abundan. Parece que Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia han alquilado piso en la
lujosa urbanización vitoriana en la que vive su madre
, Claire Liebaert; y en la que el alquiler puede alcanzar los 1.800 euros.
La vida llena de lujos de Iñaki Urdangarin
Además de los costes fijos de una convivencia que, de momento, pagan Armentia y
la infanta Cristina
, parece que Iñaki Urdangarin disfruta de viajes de vacaciones y otros
lujos incompatibles con la inactividad laboral. Escapadas románticas a Londres, relax en Camboya, una moto de trail valorada en 5.500 euros y, lo más sorprendente, un coche Volvo
domiciliado en el Palacio de la Zarzuela y registrado a nombre de la hermana del rey Felipe.
Las fuentes consultadas por este confidencial no pueden ser más tajantes: «Cristina no está
dispuesta a aceptar más chantajes». Así resumen una situación a todas luces preocupante, pues se infiere que Iñaki Urdangarin podría guardar algún ‘as en el manga’ que le permitiría realizar este tipo de exigencias económicas a la familia Borbón. No conocemos la cantidad en la que se cerró el acuerdo de divorcio: unos han hablado de
25.000 euros al mes, otros de 5.000. A lo que habría que sumar una indemnización, que se ha cifrado en un millón de euros.
Iñaki Urdangarin, fotografiado en un aeropuerto. /
Esta no es, sin embargo, la única ‘patata caliente’ que ha caído en el plato de la infanta Cristina en los últimos días, aunque
el fin de la cordialidad en sus relaciones con Iñaki Urdangarin puede tener sin duda una gran trascendencia en su futuro inmediato. El otro punto caliente que también le atañe tiene que ver con sus hijos, cada vez más en el punto de mira de la opinión pública. Sus movimientos se observan y analizan tanto como los de su madre.
La desconexión de los hijos Urdangarin con Valencia
Entre los expertos en Casa Real, y sobre todo a raíz de la visita de los reyes Felipe y Letizia a Paiporta, abundó la cuestión de
la ausencia de la tercera generación Borbón en Valencia, donde cientos de jóvenes, muy jóvenes, acudieron a limpiar fango y llevar víveres a los afectados por la Dana. Hoy sabemos que la infanta Elena desaconsejó la presencia de Froilán allá. ¿Hizo lo mismo la infanta Cristina?
Sin duda, ha llamado la atención que ninguno de los Urdangarin colaborara solidariamente en Valencia,
dada su vocación cooperante: que sepamos, al menos Juan Valentín e Irene
han tenido experiencias solidarias, precisamente en Camboya. Miguel, además, vive ahora en Zarzuela. Tampoco está nada lejos Pablo, aunque su carrera deportiva puede haber sido un obstáculo. Aún así, su ausencia en Valencia ha llamado la atención. ¿Acaso no es la cooperación una seña de identidad de la generación Leonor?