La princesa Ingrid de Noruega, en peligro: el misterio de las 200 hemorragias nasales
La
familia real noruega
no gana para sustos. La heredera de los herederos,
la princesa Ingrid Alexandra, ha pasado a ser la reina de las noticias por un asunto que parece una entrega literaria de Sir Arthur Conan Doyle. Resulta que el campamento militar de Skjold, donde la hija de
Haakon y Mette-Marit
está cumpliendo con sus obligaciones castrenses, ha registrado un asombroso número de
hemorragias nasales entre sus soldados, lo que ha llevado a las autoridades, lógicamente, a abrir una concienzuda investigación.
No son ni diez ni veinte los efectivos afectados del
Batallón de Ingenieros, sino nada menos que
200 soldados. Todo un pelotón. Tal y como decíamos, una historia con la que se devanaría los sesos el agudo Sherlock Holmes. De momento, no resulta tan elemental.
Así pues, lo que ha puesto en alerta al ejército noruego no ha sido ningún asunto de estrategia o táctica militar al uso, sino algo que va a requerir un exhaustivo
examen de las condiciones medioambientales e higiénicosanitarias del acuartelamiento situado en Øverbygd, en el municipio de Målselv. Ahora en primera plana por la presencia de
la nieta de Harald y Sonia de Noruega
.
Así lo ha señalado el investigador jefe del Instituto Noruego de Investigación de Defensa (FFI),
Frank Brundtland Steder: «Esto puede ayudar a descubrir si la aparición de hemorragias es una reacción al ambiente del campamento o a factores climáticos».
Porque, atención,
no es la primera vez que pasa. Ya a principios de 2023, un año antes de que Ingrid empezara su instrucción militar, se dio este alarmante fenómeno que acaba de poner en guardia también a los mandos del ejército. ¿Qué está pasando en la Brigada Norte, a la que pertenece la
princesa Ingrid
segunda en la línea de sucesión al trono?
Las causas de las hemorragias nasales
Una pista que puede resultar
crucial en el proceso abierto es que la mayoría de los casos de estas hemorragias nasales se han registrado entre las ocho de la mañana y las cuatro de la tarde. Y todo apunta al aire seco, el polvo, respirar aire frío, la deshidratación o la
baja humedad en los cuarteles, que es inferior al 20%, según ha señalado el comunicado de prensa del FFI. Esto último contribuye a la sequedad de las membranas mucosas y, por tanto, a un riesgo mayor de hemorragias nasales. No excluyen como causa una cosa tan prosaica, no diremos cotidiana, como «hurgarse la nariz». Algo, desde luego, se masca en el ambiente.
La cuestión es que no hay un solo día en que la realeza noruega pueda dormir tranquila. Cuando no es
la salud de Mette-Marit
, aquejada de fibrosis pulmonar, es
su hijo mayor, Marius Borg
, sin duda el enfant terrible de la información royal. Siempre en el centro de la polémica y ahora con
acceso prohibido a Skaugum (Oslo), la residencia de los príncipes, donde se permitió el lujo de celebrar sus fiestas «salvajes». De hecho, se ha llegado decir que él ha sido la causa de que su hermana Ingrid vaya a prolongar su estancia en el campamento hasta los 15 meses.
Por no hablar de
Marta Luisa de Noruega y el gurú Durek Verrett
, que han hecho correr ellos solitos ríos y ríos de tinta, que además no tienen ninguna pinta de parar. A los tortolitos los tenemos embarcados en una
luna de miel idílica, «concebida para los corazones más puros», a donde el chamán se llevó a su «amada esposa». ¿Su destino? Bodrum, en Turquía, asomados al mar Egeo y frente a la isla griega de Cos.
Una futura reina fusil en mano
En esta ocasión, el foco se ha puesto en la princesa veinteañera por este
extraño problema de salud que está siendo estudiado y que tiene al país con la mosca detrás de la oreja. Es curioso que, en pleno entrenamiento, el batallón deba hacer frente a este inesperado enemigo. Un suceso que, sin duda, también curtirá a la integrante de la realeza.
Más allá de su cargo de artillera en un vehículo preparado para atravesar un
campo de minas, disparando con fusil, reptando por el suelo o entrenando con explosivos reales (de realidad). En resumen, esas maniobras militares que tanto nos impresionan. Lo mismo que verla con traje de campaña, tras toda una vida de lucir palmito en los fastos palaciegos. Películas de distinto género, pero de película al fin y al cabo.
La
futura reina de Noruega, que está en excelente forma, confesó ante los medios que ha aprendido muchísimo desde que se alistó: «Es agotador tanto física como mentalmente, pero aprendes que juntos podemos conseguir la mayoría de las cosas». Un punto sobre el que quiso profundizar: «Cuando se está juntos, se vive juntos, se sirve juntos, se está cansado juntos, se forman lazos muy fuertes. Y tengo que
presumir un poco de mi compañía, porque son increíblemente buenos motivándose unos a otros y haciéndolo bien cada día». Esta inusitada batalla que les ha puesto en alerta estos días, sin duda, les unirá aún más.
La
ingeniera soldado Alexandra -aquí se la conoce por su segundo nombre- se levanta a las seis de la mañana y duerme en una habitación con literas para seis, donde hay televisor y nevera mini. En las zonas comunes disponen de sofás, chimenea y mesas de billar y pimpón, que también tienen que disfrutar en sus horas libres. La noruega, que podría ser regente en casos necesarios, tal y como han pedido varios representantes del Parlamento, está siguiendo los pasos de otras herederas de Coronas europeas,
como Elisabeth de Bélgica o Leonor de Borbón
. Aquí es una más y nada de Alteza Real.
A ella le ha tocado el campamento de Skjold, en cuyas inmediaciones están los campos de tiro y práctica de Mauken y Blåtind. Si nos vamos al mapa, lo localizamos en el municipio de Målselv, en la provincia de Troms. Y, como pasa en cualquier rincón de Noruega,
la apabullante naturaleza se cuela por todas partes. No se camufla ni en los campamentos militares.