La probabilidad de que basura espacial caiga en espacio aéreo concurrido es de una entre cuatro
Un reciente estudio de la Universidad de Columbia Británica (UCB) reveló que existe un 26% de probabilidades de que, a lo largo de un año, algún fragmento de basura espacial caiga en una zona de vuelo concurrida. Aunque las posibilidades de colisión con un avión siguen siendo bajas, el índice es lo suficientemente alto como para provocar interrupciones de vuelos y aumentar los costos de los viajes, tanto para las aerolíneas como para los pasajeros.
La basura espacial está compuesta por fragmentos de tecnología destinada a la exploración fuera de la Tierra. Durante décadas, estos residuos fueron un problema exclusivo de las agencias espaciales pues los fragmentos se encontraban orbitando alrededor del planeta. Sin embargo, la nueva ola de lanzamientos espaciales en todo el mundo ha generado un aumento de las partes de cohetes que se desprenden, caen y no se destruyen al ingresar en la atmósfera.
Los despegues de cohetes no se van a detener. Tampoco el sistema de vuelos comerciales en todo el mundo. Es necesario calcular las probabilidades de que ambas industrias coincidan en el mismo espacio. Los investigadores de la UCB realizaron un cálculo aproximado tomando en cuenta el número de aviones en el día más concurrido del año 2023 y lo compararon con las piezas de cohetes que pueden entrar en diferentes umbrales de tráfico aéreo recopilados en una década.
El dueño de la casa en Florida atravesada por un desecho de la Estación Espacial ha hecho un reclamo formal ante la NASA, pero no hay protocolo establecido.
Su conclusión fue que, para el nivel actual de despegues espaciales y tránsito de aeronaves, hay una posibilidad anual de una entre cuatro de que alguna parte de un cohete caiga en espacio aéreo concurrido. Las áreas con la tasa más alta de probabilidades (26%) son el noreste de Estados Unidos, el norte de Europa y alrededor de las principales ciudades de la región Asia-Pacífico. Mientras tanto, la probabilidad de que caigan directamente en un aeropuerto o en su zona inmediata se desploma a 0.8%.
También calcularon que hay una probabilidad anual de una entre 430,000 de que un trozo de basura espacial choque con un avión. Para contextualizar, la probabilidad de que una persona sea golpeada por un rayo es de una entre 15,300.
Un problema del que deben responsabilizarse las agencias espaciales
Según un artículo de la UCB, las agencias de transporte aéreo pueden prever la entrada de basura espacial en sus rutas. La más reciente explosión del cohete Starship de SpaceX es prueba de ello. Cuando esto ocurre, las compañías pueden decidir si suspenden sus vuelos o continúan con sus operaciones. Sin embargo, para los investigadores que realizaron el reporte, la decisión no debería de existir en primer lugar.
«¿Por qué las autoridades deberían tener que tomar estas decisiones en primer lugar? Las reentradas incontroladas del cuerpo del cohete son una elección de diseño, no una necesidad. La industria espacial está exportando efectivamente su riesgo a las aerolíneas y a los pasajeros», dijo el Dr. Aaron Boley, coautor del estudio publicado en Scientific Reports.
La Agencia Espacial de Kenia explicó que el objeto de 500 kilos y 2.5 metros de ancho probablemente se desprendió de un cohete desconocido.
Para reducir esta probabilidad de contacto entre basura espacial y espacio aéreo concurrido, los expertos piensan que es imperativo que las agencias espaciales perfeccionen las reentradas controladas de residuos en el océano.
“Los países y las empresas que lanzan satélites no gastarán el dinero para mejorar sus diseños de cohetes a menos que todos ellos estén obligados a hacerlo. Por lo tanto, necesitamos que los gobiernos se unan y adopten algunos estándares nuevos aquí”, concluyó el Dr. Michael Byers, otro de los coautores del trabajo.