Las dietas que cuidan el planeta son más sanas
Mantener una dieta planetaria (PHD, por sus siglas en inglés) no solo beneficia al medio ambiente, también podría disminuir el riesgo de mortalidad por distintos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares, según un estudio publicado en la revista Science Advances.
Los investigadores llegaron a esta conclusión tras analizar datos clínicos de más de 150,000 personas pertenecientes a dos cohortes prospectivas: NHANES en Estados Unidos y UK Biobank en Reino Unido. Además, revisaron 37 trabajos científicos previos que reunían información de más de 3 millones de voluntarios. Este esfuerzo lo convierte en uno de los análisis más completos realizados hasta ahora sobre el tema.
El estudio mostró que seguir una dieta PHD reduce hasta en 25% el riesgo de fallecer por cáncer o enfermedades cardiovasculares. Los resultados se reforzaron con la revisión exhaustiva de las investigaciones anteriores, que evidenció un 13% menos de probabilidades de morir por afecciones cardiovasculares, respiratorias o cáncer al adoptar este patrón alimenticio. Entre las dolencias citadas figuran el cáncer colorrectal, el de pulmón, la enfermedad coronaria, el accidente cerebrovascular y la diabetes.
“Sabemos que las implicaciones de mantener dietas basadas en alimentos de origen vegetal de calidad son relevantes para la prevención de enfermedades y pueden contribuir a disminuir la carga de patologías crónicas y la mortalidad prematura. Al mismo tiempo, su adopción favorece la salud del planeta al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la producción alimentaria. Este estudio presenta un diseño metodológico sólido y confirma resultados previos obtenidos en diversas cohortes sobre los beneficios de la dieta planetaria”, señaló Mercedes Sotos-Prieto, epidemióloga nutricional del Consorcio de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública de España, en declaraciones recogidas por Science Media Centre España (SMC España).
El concepto de dieta de salud planetaria fue establecido por la Comisión EAT-Lancet como el primer intento de fijar objetivos científicos universales para un sistema alimentario sustentado en dietas saludables y sostenibles. Este régimen propone duplicar el consumo global de frutas, verduras, nueces, semillas y legumbres, y reducir en 50% la ingesta de carne roja y azúcar.
La comisión de The Lancet definió un esquema basado en 2,500 kilocalorías diarias. De ellas, solo 30 deberían provenir de carnes rojas, mientras que la mayoría de las proteínas deberían obtenerse de legumbres, frutos secos, pollo y pescado.
“Este perfil alimentario coincide con un patrón de consumo asociado con menor impacto ambiental en términos de emisiones de gases de efecto invernadero y otras dimensiones ecológicas. Además, guarda semejanza con la dieta mediterránea, cuyos efectos positivos en la salud cuentan con amplio respaldo científico. Varios estudios también han mostrado que este patrón ejerce un impacto ambiental más favorable que otros modelos alimentarios”, explicó a SMC España Carmen Pérez Rodrigo, integrante del Grupo Colaborativo para la elaboración de las Guías Alimentarias para la población española de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria.
No obstante, pese a sus beneficios para la salud y el medio ambiente, la dieta PHD sigue siendo inaccesible para una parte considerable de la población. El Banco Mundial estimó que, en 2024, el costo promedio de una dieta saludable alcanzó los 4.46 dólares diarios por persona. Esta cifra implica que alrededor de 2,600 millones de personas en el mundo no pueden permitirse un régimen alimenticio saludable, especialmente en países en desarrollo.