Las extrañas plantas que no realizan fotosíntesis y el misterio de sus hojas
Además, al comparar las células epidérmicas de las hojas escamosas con las de los sépalos y los pétalos, los investigadores descubrieron que las células de las hojas escamosas eran claramente más pequeñas y menos desarrolladas que las de los otros órganos. Esto indica que, aunque las hojas escamosas mantienen su forma, se han degenerado hasta el punto de no poseer ya función fotosintética a nivel organoléptico.
No obstante, se cree que el hecho de que estas hojas no hayan desaparecido por completo se debe a que aún conservan un vínculo de desarrollo con los órganos florales. Según los investigadores, las flores son una modificación evolutiva de las hojas, y los pétalos, sépalos, e incluso estambres y pistilos, fueron originalmente los mismos órganos que las hojas. Esto lleva a la hipótesis de que se requiere cierta organización foliar para que las flores se formen correctamente durante el desarrollo.
Fotografía: Shohtaroh Iwasaki/Getty Images
Una perspectiva lógica con el modelo ABC
Ampliamente conocido en el ámbito del desarrollo vegetal, el modelo ABC plantea que las características de cada órgano floral están determinadas por combinaciones específicas de genes. Dado que los genes que producen los órganos florales también participaban originalmente en la formación de las hojas, sus funciones no pueden separarse por completo. En otras palabras, los investigadores sostienen que la pérdida de la fotosíntesis es una restricción genética que no implica que la formación de hojas haya desaparecido por completo.
De hecho, las flores del dragón son polinizadas por insectos visitadores, aquellos que recolectan néctar y polen, como los abejorros. Para atraer a estos polinizadores, las flores deben mantener un cierto tamaño y morfología adecuados, lo cual puede explicar la conservación de las hojas escamosas.
Fotografía: Yusuke Naraki/Getty Images
El equipo tiene previsto analizar en el futuro la relación entre los órganos florales y foliares en otros heterótrofos fúngicos, en especies emparentadas de la misma familia que las azaleas y en plantas totalmente no fotosintéticas, como algunas orquídeas. Estos estudios comparativos podrían contribuir a una mejor comprensión de la conservación de órganos y la diferenciación funcional en la evolución de las plantas.
Así, incluso las plantas que han dejado de realizar fotosíntesis no han abandonado por completo el papel de las hojas en relación con la floración. Los órganos que antaño fijaban carbono cumplen hoy su misión como base estructural que sostiene las flores. Las huellas de la evolución, grabadas en las hojas escamosas de la flor del dragón, parecen decirnos en voz baja que nada carece de sentido.
Artículo originalmente publicado en WIRED Japón. Adaptado por Alondra Flores.