miércoles, abril 23, 2025
Ciencia y Salud

Las probabilidades de que el exoplaneta más cercano a la Tierra sea habitable se acaban de desplomar


Nuevas observaciones del telescopio ALMA, especializado en captar ondas de radio, confirman que la estrella Proxima Centauri emite llamaradas a una frecuencia y potencia extrema. El material expulsado consigue impactar y afectar a sus exoplanetas, incluido el único con potencial habitable.

Proxima Centauri es la estrella más cercana al Sol, a una distancia relativamente pequeña de 4.2 años luz. Hasta donde los instrumentos pueden confirmar, tiene dos exoplanetas orbitando a su alrededor. Uno de ellos, Proxima Centauri b, tiene una masa similar a la de la Tierra y se encuentra en la codiciada zona habitable donde las condiciones de proximidad son óptimas para albergar agua líquida en su superficie.

Durante algunos años, Proxima Centauri b ha sido uno de los principales exoplanetas candidatos para buscar rastros químicos de vida. Después de todo, en lo que respecta a posiciones en un sistema planetario, es un “homólogo” de la Tierra. Los observatorios no han confirmado si tiene atmósfera, pero estadísticamente tiene más probabilidades de albergar agua que su planeta hermano.


Ilustración de Proxima Centauri y su exoplaneta.

La NASA financiará el proyecto ‘Swarming Proxima Centauri’, el cual promete llegar a la estrella más cercana al sistema solar en 2075.


Esas posibilidades acaban de caer drásticamente. El estudio recién publicado sobre la actividad de la estrella, dirigido por Kiana Burton y Meredith MacGregor, muestra que las llamaradas son demasiado potentes. Las ráfagas de Proxima Centauri pueden afectar directamente a sus dos planetas. Si es que alguno de ellos presenta una atmósfera, las llamaradas se encargarán de eliminar de esta elementos fundamentales como ozono y agua. Con la nueva información, del telescopio ALMA, Proxima Centauri b ya no parece tan habitable.

Concepto del artista de una llamarada estelar de Proxima Centauri.

Concepto del artista de una llamarada estelar de Proxima Centauri.

NSF/AUI/NSF NRAO/S. Dagnello

Las llamaradas solares emiten energía en un rango amplio de longitudes de onda. Una parte de esta energía, como la de rayos X o la ultravioleta, queda interrumpida en el espacio, pero otras, como las ondas de radio, recorren distancias a la velocidad de la luz sin ser bloqueadas. Por ello, para monitorear el comportamiento de estrellas lejanas, los radiotelescopios suelen ser la mejor opción.



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