Laura Ester: «Cuando empecé a jugar al waterpolo no sabía lo que era ese deporte»
Waterpolo? ¿Eso qué es?”. Así es como comienza esta historia. Así es como reaccionó Laura Ester Ramos cuando desde su club de natación (CE Mediterrani) le propusieron unirse al equipo femenino de dicho deporte acuático. Laura, por aquel entonces, desconocía por completo la existencia de tal disciplina. Y mucho menos, imaginaba que esa decisión le cambiaría la vida. No concebía que el waterpolo acabaría convirtiéndose en uno de los pilares de su existencia, hasta el punto de lograr un oro olímpico defendiendo la portería de la Selección Española. Pero siempre se ha dicho que las mejores historias de amor llegan de casualidad. Y aquel fue “un amor a primera vista”.
Lo mío con el waterpolo fue un amor a primera vista
Natural de Barcelona, Laura veraneaba entre los campos de Peñaparda y las lluvias de Correxais. En ambos municipios experimentaba esa libertad ansiada por todo niño: “Cuando eres pequeño y vives en una ciudad, el momento que llega el verano y vas al pueblo, te sientes más feliz y más libre. Sabes que tus padres te dejen ir solo por las calles. Puedes salir fuera a jugar. Al final son recuerdos muy bonitos”.
A pesar de ser “una niña bastante tranquila”, a Laura le invadía esa constante inquietud por hacer deporte, por no estar encerrada en casa y salir a jugar con sus amigas. De esta forma es como el waterpolo llegó a su vida.
Laura Ester, mordiendo la medalla de oro ganada en los Juegos Olímpicos de París
Un amor a primera vista
“Yo cuando empecé a jugar a waterpolo no sabía lo que era ese deporte”, asegura la campeona olímpica. Laura cuenta que desde el CE Mediterrani, su club, querían empezar a formar una base femenina de esta disciplina, por lo que “fueron reclutando a niñas que hacíamos natación para que lo probáramos y ver si nos gustaba”. Y así fue, la deportista catalana quedó encandilada desde el primer día: “No solo me encantó el deporte, sino también la relación y el vínculo que creabas con las niñas que iban allí”.
Conforme transcurren los años, lo que empezó como un hobby, pasó a ser algo más serio. “Cuando me becaron en el Centro de Alto Rendimiento, comencé a entrenar el doble de horas y me di cuenta de que ya no era ningún juego”, comenta la portera. Asimismo, otro punto de inflexión fue la primera llamada de la Selección Española: “Cuando eres pequeña siempre sueñas con representar a tu país y empiezas a replantearte que ya no queda nada para cumplir ese sueño”.
Finalmente, el sueño se cumplió, y de su mano llegaron los primeros títulos: diez veces consecutivas campeona de España (desde 2010 a 2019), campeona del Mundo (2013), campeona de Europa (2014 y 2020), doble plata olímpica (2012 y 2020). Tan solo era un metal el que le faltaba por colgar en su vitrina: el oro olímpico.
Laura Ester, durante la entrevista con MARCA
Una cuenta pendiente
París 2024 se presentaba como una oportunidad única para la Selección Española femenina de waterpolo de conseguir ese ansiado oro. Tras dos finales perdidas, las pupilas de Miki Oca llegaban a la que podía ser la última cita olímpica de una generación dorada. “No sentíamos esa presión, pero obviamente nuestro foco estaba en conseguir ese oro que era el único que nos faltaba e íbamos a muerte a por ello”, asegura Laura Ester.
No sentíamos la presión, pero nuestro foco estaba en conseguir el oro
Desde fuera, la competición se vivió con una gran expectación, ya que la posibilidad de que la Selección se subiese al podio era bastante elevada, según los expertos. “Pese al ruido mediático, nosotras estábamos centradas en lo nuestro. Tras la victoria contra Estados Unidos, las veteranas del grupo tomamos la palabra y dijimos que no podíamos relajarnos y que aún no habíamos ganado nada”, confiesa la guardameta.
Fueron pasando las rondas y tras eliminar a Países Bajos, en una agónica tanda de penaltis, la Selección Española Femenina de Waterpolo se encontraba en una nueva final olímpica. Y por primera vez, no tendrían enfrente al cuadro norteamericano: “Las horas antes a la final no me sentía presionada. Hicimos un buen trabajo durante todo el verano y estábamos seguras de que podíamos ganar ya fuese Estados Unidos o Australia el rival”.
Tras el pitido final, y el 9-11 en el marcador favorable al combinado nacional, la euforia se desató. El oro por fin llegaba a casa. “Te vienen mil pensamientos en la cabeza que a día de hoy se me han borrado todos. Yo creo que llegas a tal punto de felicidad, que no te crees lo que está pasando. Fue algo de decir ‘por fin, por fin la tenemos. Por fin lo hemos conseguido y ya podemos decir que somos campeonas de todo”, desvela Laura.
Laura Ester, en MARCA
Cuando ganas el oro llegas a tal punto de felicidad que no te crees lo que está pasando
Para ella la clave del éxito de este equipo, capaz de conquistar todos los títulos habidos y por haber, no es otra que la autoconsciencia de cada una: “Todas nosotras sabemos cuál es nuestro rol y lo que tenemos que hacer. Tenemos muy claro siempre el objetivo y lo que queremos”
Su nombre en el mapa
Con esta suma de triunfos, este equipo ha trascendido más allá de la piscina y ha conseguido poner el waterpolo femenino en el mapa: “Cada vez se habla más de nuestro deporte. Hay más licencias y también la gente se ha concienciado más con el deporte femenino más allá del fútbol. Se tienen que dar cuenta que también hay campeonas del mundo en otras disciplinas”.
A pesar de los avances que se han logrado en cuestión de igualdad, Laura asegura que todavía quedan muchos pasos por dar. Muestra de ello es el desagradable episodio que tuvo que vivir Paula Leitón, una de las integrantes del equipo, quien recibió, durante las Olimpiadas, numerosos insultos, a través de las redes sociales, atacándola por su estado físico. “Todo ese tipo de comentarios se escuchan solo sobre mujeres, sobre hombres no. A nosotras se nos juzga mucho más por nuestro cuerpo. Yo me considero una afortunada de tener a Paula en mi equipo, que es una magnífica jugadora y persona”.
Laura Ester
Los comentarios atacando al físico solo se escuchan sobre mujeres, sobre hombres no”
El día de mañana
Pese a todavía conservar las marcas en el cuello de la medalla de oro, Laura ha experimentado en su propia piel la fugacidad del éxito en el deporte. Ha visto como el Sabadell, su antiguo club, fichaba a dos nuevas porteras y renunciaba a contar con la catalana para el próximo curso: “Los deportistas al final somos como un producto. Hoy servimos y quizás mañana ya no. Puede parecer muy fuerte, pero la realidad es esa. Todos tenemos fecha de caducidad”.
Pero como se suele decir, no hay mal que por bien no venga. Y a la guardameta, la salida del Sabadell le ha permitido volver a la que fue su primera casa, al club donde empezó todo, el CE Mediterrani: “Me hace mucha ilusión. Al final volver a mis orígenes y jugar con mis amigas y las personas que he crecido. Tengo muchas ganas”.
No obstante, aunque seguirá un año más sumergiéndose en la piscina, la catalana es consciente de que por el horizonte ya se divisa la retirada: “Por desgracia el deporte no puede durar hasta los 65 años y no vamos a ir con bastón a tirarnos al agua. Poco a poco se va trabajando más mentalmente en esta cuestión y ahora se habla de la retirada con total normalidad. No sé qué haré el día de mañana. Ahora mismo mi idea es ver lo que quiero ser”.
Los deportistas somos como un producto. Hoy servimos y quizás mañana ya no
La waterpolista neerlandesa Brigitte Sleeking ante la portera Laura Ester Ramos durante la semifinal femenina de Waterpolo, entre Países Bajos y España
Sin embargo, pese al cercano adiós de Laura y de muchas de sus compañeras, el paso del tiempo no podrá borrar ni hacer olvidar el legado de una generación de oro que ha marcado un antes y un después en la historia del waterpolo español: “Muchas de las jugadoras que entran ahora nos tienen como referentes y eso es muy fuerte. Es lo bonito del deporte”.
A aquellas niñas que las tienen como referentes, y que en un futuro quieren ser como Laura Ester, la catalana tan solo les pide una cosa, que disfruten: “Lo más importante es que disfruten del deporte y de lo que hacen. Este mundo es algo muy bonito”.