Le Pen y la izquierda tumban a Barnier y a sus presupuestos
Francia entra en una dimensión desconocida. La moción de censura presentada por la coalición de izquierdas contra el Gobierno de Michel Barnier ha salido adelante con el voto de la extrema derecha, una pinza que pone fin a lo que la dirigente ultraderechista Marine Le Pen ha descrito como un «Gobierno efímero» de tres meses. De paso, la votación tumba el proyecto de Presupuestos, dejando al país a menos de un mes de caer un ‘cierre del Gobierno’ al estilo estadounidense, ya que el estado francés no puede prorrogar las Cuentas ni gastar un solo céntimo sin que haya unos Presupuestos en vigor. Los medios franceses a que el presidente, Emmanuel Macron, nombrará a un nuevo primer ministro en cuestión de días.
Con este resultado, el Gobierno cesa inmediatamente y pasa a estar en funciones, sin poderes ejecutivos más allá de gestionar los asuntos ordinarios. El presidente, Emmanuel Macron, deberá ahora tomar una decisión: nombrar a un Gobierno tecnócrata que apruebe unos presupuestos de mínimos y gestione el país hasta que pueda convocar elecciones en junio; ceder a las exigencias de Le Pen para aprobar unos presupuestos; o negociar un Gobierno con fuerzas de la izquierda, algo a lo que el presidente ya se negó hace tres meses.
La televisión pública Franceinfo aseguró, citando fuentes próximas al jefe del Estado, que «se producirá sin duda un nombramiento casi inmediato de un nuevo primer ministro, lo más tardar a principios de semana». Dichas fuentes aseguraron a la televisión pública que «hay que calmar las tensiones financieras y a los mercados», además de que «hay un país que gobernar y un presupuesto que votar».
¿Un Gobierno tecnócrata?
Macron descartó en una entrevista en France2 la reelección de Michel Barnier, así que podría elegir a otra figura compatible con la base común de su pensamiento (macronistas, centro y derecha). Según informó ya elEconomista.es, entre los pasillos del Elíseo suena el nombre de Sébastien Lecornu, actual ministro de las Fuerzas Armadas. Otro de los posibles ‘hombres de Macron’ sería François Bayrou, presidente del Movimiento Democrático (MoDem).
El problema que habría con un Ejecutivo encabezado por estos tres espectros ideológicos de la Asamblea Nacional es que correría de nuevo el riesgo de vivir otra moción de censura, incluso sin haber recurrido al artículo 49,3 de la Constitución.
El otro escenario que se plantea es el nombramiento de un gobierno tecnócrata. Al haber un mandato constitucional (artículo 12) que no permite disolver la Cámara hasta que se cumplan 12 meses de los comicios, Macron abocaría al país a un año de parálisis.
Esto significa que el nuevo primer ministro carecería prácticamente de funciones ejecutivas. Según explicó la abogada de derecho público Fleur Jordan a la cadena pública Franceinfo, para evitar que se produzca esa inestabilidad gubernamental, «Macron podría verse tentado a nombrar un jefe de gobierno menos divisivo, quien luego proporcionará ministros muy consensuados». En ese sentido, la experta reitera que «cuanto más ingobernable sea, más técnico será el Ejecutivo». Asimismo, asegura que ese «gobierno técnico» sería una coalición «con el acuerdo más amplio posible, pero no necesariamente entre aliados». Estos acordarían un nombre para primer ministro, pero «no necesariamente político», dice.
Este acto le permitiría a todos los partidos prepararse para unas nuevas elecciones el año próximo y aceptan hacer gobernable el país durante ese tiempo al no votar una moción de censura. A cambio, el gobierno prácticamente paralizaría las decisiones políticas durante un año, haciendo que no haya discusiones parlamentarias de gran calado. Morel asegura que esto a nivel político «es una pérdida tiempo mientras se esperan las elecciones legislativas».
A eso se suma que Le Pen está a la espera de conocer si será inhabilitada por un delito de malversación de capitales, por el que fue a juicio el pasado día 27 de noviembre. La sentencia se conocerá en marzo, y la candidata, que actualmente lidera las encuestas, querría que se convocaran elecciones presidenciales antes de esa fecha, para mantener en suspenso la condena antes de que se ejecute.
Los economistas de Bloomberg, Antonio Barroso, Eleonora Mavroeidi y Jaime Rush, contaban en un comentario que lo más probable que pasase si el Gobierno cae parece poco probable que Macron dimita «con la esperanza de romper el impasse político». Para ellos, el escenario más probable es que el presidente nombre a un nuevo primer ministro. «Si embargo, la formación de gobierno podría llevar tiempo».
Desde RN aseguraron que sí que apoyarían una ley especial, «lo que significa que un proyecto de ley de ese tipo sería aprobado fácilmente». Esa Ley Especial le daría permiso a Barnier, en el caso de que esté en funciones, a solicitar a la Asamblea Nacional que le permita recaudar impuestos.
«En el improbable caso de que el Parlamento no aprobase la ley, el Gobierno podría intentar implementar el presupuesto mediante decretos ejecutivos o Macron podría asumir poderes de emergencia», dicen los especialistas. Sin embargo, ambas medidas podrían ser controvertidas desde un punto de vista constitucional.
¿La izquierda?
Los diputados del Nuevo Frente Popular han vuelto a sacar el nombre de Lucie Castets, elegida tras las elecciones legislativas de verano como posible candidata a primera ministra. Pero es posible que también sea censurada, ya que en una entrevista en Franceinfo dijo que descartaría la posibilidad de integrar a macronistas en su equipo.
Sobre la mesa también está la posibilidad de que Emmanuel Macron intente hacer una gran coalición que vaya desde la derecha (sin RN) hasta el Partido Socialista (sin sus socios). Pero esta hipótesis está bastante desdibujada ya que los socialistas permanecieron unidos a la gran coalición de Nuevo Frente Popular después de las legislativas de julio.
Consecuencias económicas
El mayor problema es que la Asamblea Nacional debe aprobar algún tipo de Presupuestos antes de final de año. Si no se puede aprobar un proyecto completo que cumpla con las exigencias de Bruselas, al menos debería aprobarse una prórroga de los actuales, algo que no puede hacerse de forma automática como en España. Si no, el Estado despertaría el 1 de enero sin la posibilidad de gastar un solo céntimo para nada: ni pagar los sueldos de los funcionarios, ni comprar suministros para las oficinas, ni pagar subvenciones, ni pagar contratos a empresas, ni nada: un ‘cierre de Gobierno’ al estilo estadounidense sin ningún precedente en la historia francesa.
Los expertos de Bloomberg recalcan que las implicaciones económicas que supondrían no tener presupuestos aprobados y prácticamente un año de parálisis son diversas. Por un lado, si el Gobierno hace concesiones de, aproximadamente, 10.000 millones de euros en 2025 (excluyendo los retrasos en la indexación de las pensiones y los aumentos de los impuestos a la electricidad y a los empleadores) para asegurarse un apoyo de la oposición y devolver gradualmente el déficit al punto anterior a la crisis en 2029 «la deuda tenderá al alza».
Pelea a tres bandas
La sesión se ha convertido en una batalla a tres bandas. La izquierda ha recriminado a Macron que optara por formar un Gobierno de derechas apoyado tácitamente en la Agrupación Nacional (RN) de Le Pen en vez de permitir a la izquierda, la primera fuerza parlamentaria, que intentara gobernar. «Ha traicionado al frente republicano», le acusó el portavoz socialista, Boris Vallaud. «Es un insulto a los votantes», ha asegurado el portavoz de La Francia Insumisa, Eric Coquerel.
Desde la extrema derecha, Le Pen ha recriminado a Barnier su «sectarismo» y «dogmatismo». «El presupuesto que rechazamos hoy no sólo incumple las promesas (del primer ministro). No tiene dirección ni visión. Es un presupuesto tecnocrático que sigue cuesta abajo, con cuidado de no tocar el tótem de la inmigración descontrolada». Su aliado, el ex líder del centro derecha Eric Ciotti, ahora en la órbita de la RN, acusó al Gobierno de hacer «unos presupuestos socialistas» que «no recortan el Estado».
Y desde el centro, los aliados de Macron han atacado a ambos lados por sumarse a una «alianza contra natura» solo para tumbar al Gobierno. El presidente del grupo de Los Republicanos, Laurent Wauquiez, ha acusado a los promotores de la moción de optar por el «caos» en lugar de por la «responsabilidad». «Estamos bailando sobre un volcán y nos piden que demos un paso más hacia la inestabilidad institucional que precipitó la agonía de la IV República», ha afirmado. Por su parte, el ex primer ministro ‘macronista’ Gabriel Attal ha atacado a Le Pen por rechazar unos presupuestos «conservadores» para intentar forzar elecciones anticipadas, y a los socialistas por llevar al país a la ingobernabilidad de la mano de la extrema derecha. «No habrá tiempo de aprobar unos presupuestos», advirtió Barnier.