viernes, diciembre 20, 2024
Ciencia y Salud

Los meteoritos probablemente no sean tan nocivos para el clima en la Tierra


No todos los impactos de meteoritos de gran tamaño pueden desencadenar un cambio importante en el clima del planeta a largo plazo. Un estudio de la University College London (UCL) sobre los restos de dos rocas espaciales que chocaron con la Tierra hace 35 millones de años, muestra que el medio ambiente quedó prácticamente igual durante los siguientes 150,000 años.

Una creencia popular sobre los meteoritos es que tras el impacto pueden generar inviernos extensos que ponen en riesgo la vida en el planeta. El asteroide Chicxulub, que chocó hace 66 millones de años en Yucatán, es un caso que refuerza esa idea. El impacto de la roca está vinculado con la extinción de los dinosaurios del Cretácico porque lanzó material a la atmósfera impidiendo el paso de la luz solar. Sin embargo, hay evidencia que sugiere que la actividad volcánica de la propia Tierra durante el Cretácico fue el principal detonante de esa significativa bajada de temperatura.


asteroide

El inmenso pulso de radiación vaporizaría un lado del cuerpo celeste, desviándolo de su trayectoria y evitando así un impacto catastrófico con nuestro planeta.


El asteroide Chicxulub medía aproximadamente 10 kilómetros de diámetro. Los asteroides que estudió la UCL tenían un diámetro de entre 3 y 5 kilómetros, pero con el ancho del Monte Everest. Los cráteres que crearon se encuentran en Siberia y Estados Unidos. Ocupan el cuarto y quinto lugar en la lista de huellas de impacto más grandes de la Tierra. El llamado cráter Popigai de Rusia es una cicatriz de 100 kilómetros, mientras que el de la bahía de Chesapeake tiene entre 40 y 85 kilómetros de diámetro.

A pesar de sus dimensiones y cráteres, estos meteoritos no cambiaron el clima de su entorno. En la investigación publicada en la revista Nature Communication Earth & Environment, los científicos encontraron que el entorno se mantuvo usualmente cálido durante milenios. Los isótopos que se formaron en los fósiles de organismos marinos que vivieron durante los años posteriores a los impactos fueron la clave.

«Esperábamos que los isótopos se desplazaran en una u otra dirección, lo que indicaría aguas más cálidas o más frías, pero esto no ocurrió. Estos grandes impactos de asteroides se produjeron y, a largo plazo, nuestro planeta pareció seguir funcionando como siempre», dijo Bridget Wade, coautora del estudio y profesora de Ciencias de la Tierra en la UCL.



Las muestras donde se buscaron los isótopos tenían una diferencia de 11,000 años. En escalas de tiempo geológicas, un meteorito del tamaño de una montaña podría no significar un problema para la vida. Sin embargo, los autores advierten que, en una escala de tiempo humana, el choque sería catastrófico. En los años o décadas siguientes, las regiones aledañas se verían transformadas radicalmente. “Crearían una enorme onda expansiva, un tsunami, habría incendios generalizados y se enviarían grandes cantidades de polvo al aire”, menciona el comunicado de la universidad.

El estudio también encontró evidencia de otros impactos que coincidieron con el choque de los dos meteoritos. Esto podría significar que durante el periodo Eoceno hubo una perturbación en el cinturón de asteroides del sistema solar. La Tierra, como en otras ocasiones, habría soportado cada golpe sin perturbarse.



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