Los salarios sacarán a Japón de 30 años de letargo económico (pero activar el consumo es otra cosa)
Los tiempos de inflación mínima y crecimiento salarial prácticamente inexistente parecen estar quedando atrás en Japón. El país nipón verá cómo se revierte una situación que ha dominado durante las últimas tres décadas si los salarios reales consiguen mantener la tendencia al alza.
El ritmo de subida es mayor que el anotado en 2023. En julio, los ingresos mensuales promedio en el país aumentaron un 3,6% interanual frente al 2,7% que firmó el índice general de inflación y los salarios reales registraron un alza del 0,4% interanual en su segundo repunte consecutivo después del 1,1% anotado en junio.
Los economistas de Asset Management One anticipan que los salarios hayan mantenido este ritmo durante el verano pese a la volatilidad del yen y de las acciones japonesas, y prevén que crezcan en términos reales en la segunda mitad de 2024 por primera vez en más de tres décadas.
El hecho de que los salarios crezcan más rápido que la inflación suele traducirse en unos mayores ingresos para los consumidores, de los que la mayor parte se reinyectará en la economía y ayudará a sacar a Japón de tres décadas de letargo económico.
La piedra en el camino viene de la incertidumbre que generan las perspectivas económicas a largo plazo de Japón, algo que podría limitar el impulso al gasto, especialmente entre los jóvenes, y apostar por el ahorro preventivo.
Los dos mayores impulsores de los salarios son la escasez de mano de obra y la probabilidad de que la debilidad del yen frente al dólar haya alcanzado su punto máximo, tras el repunte de la divisa japonesa frente al yen desde mínimos históricos.
En primavera, el diálogo social (shunto) pactó la mayor subida salarial en 33 años del 5,28% para 2024. «Parece que los efectos de los importantes aumentos salariales de las negociaciones laborales de la primavera de 2024 se han materializado», indican desde el Instituto de Investigación Daiwa en un informe en el que señalan que también esperan que la tasa de inflación subyacente se estabilice en torno al 2% en este contexto.