miércoles, abril 16, 2025
Economía

Malestar en Bruselas por el cambio de Sánchez sobre los aranceles a los coches eléctricos chinos


Los aranceles a los vehículos eléctricos importados de China generan división en la UE. Las declaraciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su visita a Pekín han generado revuelo en Bruselas. No es que haya tenido un gran recibimiento el cambio de postura de Sánchez apelando a «reconsiderar» la imposición de aranceles a las baterías de los coches verdes importados del gigante asiático, pese a su intención de persuadir de prácticas reciprocas sobre el sector porcino español. Tales declaraciones han generado malestar en la capital comunitaria, donde radican las responsabilidades sobre las relaciones comerciales de la UE.

«La Comisión Europea es responsable de la política comercial de la UE», ha indicado en rueda de prensa el portavoz comunitario, Olof Gill tras ser preguntado por la postura del presidente del Gobierno. Si bien el bloque comunitario está abierto a dar con una «solución negociada», debe tratarse de una repuesta «adecuada» al riesgo de perjuicio que supone para la industria de la UE las prácticas identificadas en la investigación, ha añadido.

«No me corresponde a mí ni a la Comisión Europea prescribir cómo puede ser esa solución. Eso corresponde a la otra parte. Estamos abiertos a la negociación», ha indicado Gill. Pone, con ello, la responsabilidad de dar con un punto de encuentro en manos de las autoridades chinas. Por lo pronto, el vicepresidente de la Comisión Europea, responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis, se reunirá con el ministro chino de Comercio, Wang Wentao, el 19 de septiembre para abordar estas tarifas adicionales.

«Hemos lanzado esta investigación basándonos en pruebas claras. Hemos proseguido con la investigación, en cada paso, basándonos en la recolección cuidadosa y meticulosa de pruebas y siguiendo de cerca las reglas aplicables de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y las reglas europeas», ha matizado el portavoz de la Comisión Europea responsable de Comercio.

La relación comercial entre la UE y China no solo ha ido tensando los lazos con el gigante asiático sino dentro del bloque, los países más expuestos a Pekín piden cautela. Es el caso, también, de Alemania, cuyo canciller, Olaf Scholz, ha pedido a Bruselas que reconsidere la imposición de aranceles adicionales a las importaciones de vehículos eléctricos chinos. Y es que su potente industria automovilística se resiente ya de estas tarifas provisionales.

La decisión que tome la UE respecto a Pekín deberá ser coordinada entre los veintisiete Estados miembro, un factor que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha dejado claro estos meses. La prueba de fuego llegará, en todo caso, a finales de mes cuando se dilucidará cuántos países respaldan la medida y si, en consecuencia, el Bruselas es capaz de sacarla adelante.

La Comisión Europea ha llevado a cabo una investigación sobre las importaciones de baterías de vehículos eléctricos chinos a la UE al considerar que estaban dotadas de subsidios del Ejecutivo de Pekín que suponen una violación de las reglas de competencia y proporcionan a sus empresas de la capacidad de vender sus productos a precios más bajos, incurriendo en prácticas de dumping.

Tras concluir la investigación, Bruselas ha propuesto aranceles provisionales de hasta el 36% a las importaciones de estos productos del mercado asiático. Una cifra que en todo caso dista de los aranceles del 100% que han fijado Estados Unidos o Canadá y de hasta el 70% en el caso de India. La medida genera división en el bloque comunitario con Alemania o Suecia como principales opositores.

El diálogo entre las autoridades chinas y europeas continúa, en una negociación en la que ambas partes tratan de encontrar una solución que no termine en una mayor tensión de las relaciones comerciales. Lo cierto es que el recibimiento de Pekín de los aranceles no fue precisamente positivo. Si Bruselas acusa a China de aplicar subvenciones «injustas» y de conferir ventaja competitiva a sus empresas, el gigante asiático tildó los aranceles de Europa de «proteccionistas» y «caza de brujas». Pekín ha puesto en marcha investigaciones contra la carne de cerdo y los productos lácteos importados de la UE aduciendo los mismos motivos.

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