jueves, noviembre 21, 2024
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María Eugenia Fernández de Castro: «Mi relación con la duquesa de Alba mejoró cuando me separé de su hijo»


Juanra López

El próximo mes de noviembre se cumplirán diez años de la muerte de
Cayetana de Alba,
una mujer que pese a ser la persona con más más títulos nobiliarios en su haber, supo ganarse el cariño de todos los estratos sociales gracias a su naturalidad y cercanía.

Una de las personas que la conoció y que compartió con ella muchos momentos fue
María Eugenia Fernández de Castro
, con la que ya hemos hablado en ocasiones anteriores en Mujerhoy, repasando distintas etapas de su vida. Su relación con la que fuera su suegra,
la duquesa de Alba, sigue estando muy presente y por su figura sigue profesando un enorme cariño y agradecimiento.

Lo primero que apreciamos en nuestra conversación con María Eugenia es un gran respeto por
la dimensión histórica de Cayetana Fitz-James Stuart y la magnitud del legado que heredó de sus padres,
Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó
, duque de Alba, y su madre,
María del Rosario de Silva y Gurtubay
, marquesa de San Vicente del Barco.

«La situación de Cayetana era muy singular. No existe en casi ningún país, para entendernos… Ella era hija única y aunaba una Casa con una historia y un patrimonio absolutamente únicos. Lo tenía tan imbuido que igual la gente tiene un concepto sobre ella que no era el exacto. Era muy liberal en ciertas cosas, en cuanto a su sentido del colorido, que le gustaba el baile, el arte… Sin embargo, era la persona más disciplinada de de este mundo».

La enorme autoexigencia de la duquesa de Alba

María Eugenia, que estuvo casada durante 18 años con Jacobo Siruela (uno de los seis hijos que tuvo la duquesa de Alba) describe a la aristócrata como una mujer muy implicada en
las obligaciones derivadas de su posición y de su patrimonio: «Todos los días a las 8 de la mañana ya estaba trabajando… Era absolutamente metódica, no te podías retrasar cinco minutos. Te podía llamar su secretaria para adelantarte o retratarse el momento de encontrarse con ella, pero era muy puntual. Llamaba a todos, se preocupaba por lo que estaba pasando en Sevilla, en Salamanca… Se acordaba siempre de cada cosa que necesitaba ser cuidada o restaurada…».

Y añade un detalle muy significativo de la personalidad de la aristócrata,
catorce veces Grande España: «Entrabas con ella, veías todo maravilloso y de repente ella reparaba en un detalle como que una cortina tenía un doblez que no estaba bien hecho. Como tú no supieras comportarte como debías en cada ocasión te lo dejaba ver».

María Eugenia Fernández de Castro y la duquesa de Alba en un estreno. /

GTRES

Son muchos los cronistas que acreditan que María Eugenia Fernández de Castro y Shaw
era la nuera favorita de la duquesa de Alba, sin demérito de las demás. Hicieron muchísimos viajes de placer juntas y se entendían a la perfección. Que dejaran de ser familia política no significó precisamente que su relación se deteriorara sino al contrario.

«Mi relación con la duquesa de Alba era excelente, pero lo fue más aún cuando me separé. Tenía un sentido del humor genial, me reía mucho con ella. Yo también tengo muy buen carácter, no me enfado con facilidad, así que encajamos muy bien», asegura.

De sobra es conocido que la familia Alba ha pasado
momentos mediáticos delicados
, por la trascendencia pública de muchos de sus avatares, y la duquesa de Alba encontró a una gran aliada en María Eugenia, que fue
colaboradora de ‘Sabor a ti’ en Antena 3 con Ana Rosa Quintana, y ha tenido una larga trayectoria en los medios.

«Cayetana hablaba con muy pocas personas. Su persona de confianza dentro de la casa, Ana Mari (la gobernante del palacio de Liria) y conmigo. Lo que compartíamos quedaba entre nosotras. Estaba segura de que yo no decía ni media palabra. Si ella, cuando yo trabajaba en televisión, me pedía que manifestara algo, yo lo hacía».

El complicado embarazo de su hijo Jacobo y el apoyo de Cayetana

La parte más emotiva de la conversación llega cuando nos cuenta
unos momentos personales delicados en los que la duquesa de Alba mostró con su nuera toda la extensión de su nobleza, valga la polisemia del término en este caso.

«Cuando yo estaba esperando a mi hijo Jacobo tuve muchas pérdidas. Ella me acogió para que Jacobo (su ahora ex marido, casado con
la periodista Inka Martí
) pudiera seguir trabajando de manera cómoda con el primer libro», manifiesta en alusión a la creación de la editorial Siruela en la que María Eugenia fue una pieza clave. «Me llevó a Liria, me puso un médico por la mañana y otro por la tarde que venían a verme. Me tuvo tres meses en quietud absoluta y
mi hijo salió adelante».

«Yo le dije que esperaba que la vida me diera la oportunidad de devolverle todo lo que había hecho por mí. Durante esos casi tres meses no solo venían los médicos, subía la cocinera a preguntarme qué quería comer, qué quería cenar… Tuve todas las atenciones del mundo. Ella venía a verme por la mañana y por la tarde y se sentaba conmigo en un momento muy difícil para mí porque
todo el mundo me decía que lo iba a perder y ahí tengo esa maravilla de hijo», concluye.





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