más de un millón de nóminas pagarán un recargo extra para apoyar las pensiones
El Gobierno creó en la última reforma de pensiones la llamada ‘cuota de solidaridad’ para arañar más ingresos entre los salarios más altos y conseguir que abonen cotizaciones sociales a la Seguridad Social por toda su nómina. ¿Cómo? Esta cotización extraordinaria incorpora un tipo adicional que entra en vigor el 1 de enero de 2025. Arrancará desde el 0,92% y llegará hasta el 1,17%, unos tipos que se aplicarán sobre el tramo salarial que supera a la base máxima de cotización. El Gobierno calcula que este límite rozará los 59.000 euros en 2025 una vez actualizado, por lo que más de un millón de nóminas que actualmente rebasan ese umbral pagarán más cuotas.
La base máxima de cotización se ubica actualmente en 56.600 euros anuales o 4.720,50 euros mensuales. Hasta ahora, esta cota limitaba la parte de salario que abona cotizaciones a la Seguridad Social y tiene su razón de ser: la pensión pública también está limita. Esto cambia a raíz del reglamento aprobado el pasado marzo, que gravará también el tramo salarial que antes quedaba exento y no repercutirá en una mejora de la pensión pública.
La última reforma de pensiones orienta los esfuerzos hacia unos mayores ingresos –con la cuota de solidaridad o el ‘destope’ – con un recorte prácticamente nulo del gasto. Busca corregir una brecha histórica con Europa: España tiene una base de cotización máxima más baja (también salarios) que otros países homólogos, por tanto, hay trabajadores que no pagan cotizaciones por todo su salario, porque la pensión máxima también es más baja.
A diferencia del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que se aplica sobre todos los salarios, la cuota de solidaridad alcanza a las rentas altas. La cuota de solidaridad es una cotización adicional que no tiene carácter contributivo, sino «redistributivo».
¿Qué significa esto? Sirve para generar un extra en la partida de ingresos que se usarán para pagar las pensiones futuras, pero que no generan una mejora en la base reguladora que calcula la futura pensión del cotizante y podría llegar a considerarse un impuesto. El próximo curso arañará unos 350 millones con esta cuota.
En definitiva, la nueva cuota de solidaridad se usará para suavizar el golpe financiero del retiro masivo de la generación del baby boom, pero no tiene efectos sobre la pensión los trabajadores a los que afectará la normativa en España. La Agencia Tributaria calcula que hay casi 1,2 millones de nóminas que superan los 60.000 euros, según los datos de la declaración de la renta por percepciones salariales.
Cómo se aplica desde enero
La nueva cuota de solidaridad se aplicará sobre el tramo salarial que supere la base máxima prevista de aquí a mitad de siglo. Este límite se establece en base a la variación de la inflación anual más 1,2 puntos adicionales tras la última reforma. Según las previsiones del Banco de España, el IPC subirá un 2,9% en promedio este 2024.
Por tanto, la subida que se aplicaría a la base máxima actual, en 4,720,50 euros mensuales o 56.646 anuales. sería del 4,1% y quedaría en unos 4.747 euros mensuales o 58.968 anuales. A partir de este tramo se aplicará el recargo con la correspondiente cuota según el tramo:
- Un 0,92% de cotización adicional para la parte de salario comprendida entre la base máxima y un 10% superior a esa base máxima. En 2025, este primer tramo llegará hasta algo menos de 65.000 euros.
- Un 1% para el tramo de salario situado desde el 10% adicional de la base máxima hasta el 50%. En 2025, este segundo tramo estará comprendido entre los casi 65.000 euros y los 88.000 euros.
- Un 1,17% para el tramo de retribución por encima del 50% adicional de la base máxima. En 2025, en este tramo se ubicarán los salarios a partir de 88.000 euros.
La distribución del tipo de cotización que arranca el próximo ejercicio mantendrá la misma proporción que los tipos habituales por contingencias comunes, aquellos que financian las pensiones: por cada punto que paga el trabajador, la empresa paga cinco. «Por ejemplo, en el año 2045, en el caso del segundo tramo (6% de cotización extra), un 5% será a cargo de la empresa y un 1% a cargo del trabajador», explica BBVA Mi Jubilación.
La Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) será la encargada de calcular las cuotas correspondientes, aplicando el tipo de cotización tanto a la empresa como al trabajador, para disipar dudas. Se verá reflejado en el Recibo de Liquidación de Cotizaciones, aunque no en la Relación Nominal de Trabajadores.
Esta cuota de solidaridad se dirigirá a aquellos trabajadores cuyos ingresos excedan la base máxima de cotización, específicamente: asalariados ubicados en el Régimen General, en el Régimen Especial del Mar y autónomos ubicados también en el Régimen del Mar. El resto de los autónomos quedan fuera de la sobrecotización.
El impacto en cada nómina, con ejemplos
Más de un millón de trabajadores notarán el impacto en su nómina a final de mes. Lo que restará la cuota de solidaridad a la nómina va desde apenas unos euros hasta varios cientos.
Quienes se ubican en el tramo más bajo y pagarán el 0,92% de su salario bruto –hasta ahora exento de cuotas– abonarán 9,5 euros si el salario es de 60.000 euros al año o 55,5 euros si el ejemplo se calcula con una nómina de 65.000 euros.
Quienes cobran en el tramo intermedio verán gravado su salario con un 1% para la hucha de las pensiones y abonarán una cuota adicional de 160 euros o de 260 euros tomando salarios de 65.000 o 75.000 euros anuales como ejemplo.
El percentil de salarios más altos en España pagará un 1,17% por su nómina bruta. Un salario de 100.000 euros abonará ese porcentaje por un tramo salarial de más de 40.000 euros, en total 480 euros extra. Una nómina de 125.000 euros lo hará por un tramo salarial de 66.000 euros que antes estaba exento de cuotas y pagará ahora 772 euros anuales.
Hay otra subida pendiente
El inicio de 2025 también traerá una subida de la sobrecotización que pagan todos los asalariados para llenar la ‘hucha’ de las pensiones y sostener el sistema. La última reforma de pensiones creó el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), una cuota extra que ahora se eleva al 0,8% del salario desde el 1 de enero y que alcanzará al menos el 1,2% para el final de la década. El tipo quedará en el 29,1% del salario.
Esta cuota se aplicará sobre todas las nóminas y está destinada a nutrir la hucha de las pensiones con una previsión recaudatoria de 130.000 millones de euros a mitad de siglo para afrontar el elevado gasto previsto que supondrá el retiro masivo del ‘baby boom’.