México alista demanda contra SpaceX por daños ambientales en Tamaulipas
El Gobierno de México prepara una demanda contra SpaceX, la empresa aeroespacial de Elon Musk, tras concluir que sus operaciones en la frontera con México representan un riesgo para la seguridad y los ecosistemas del estado de Tamaulipas.
Durante su conferencia matutina de este miércoles, la presidenta Claudia Sheinbaum reiteró que su administración está realizando una revisión integral del problema y adelantó que sostendrá una reunión con su gabinete para definir las acciones legales a seguir. La Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT), encabezada por José Antonio Peña Merino, lidera estos esfuerzos.
“Estamos por reunirnos para evaluar los impactos ambientales y de seguridad que representan los lanzamientos de estos cohetes para Tamaulipas, no solo por lo ocurrido hace unos días, sino en general”, puntualizó.
La semana pasada, la nave Starship de SpaceX explotó durante una prueba de fuego estático en la base de Starbase, Texas, ubicada a escasos kilómetros de la frontera mexicana. Este incidente se sumó a otra explosión registrada tras el noveno vuelo fallido de la misma nave, a finales de mayo. Ambos eventos generaron una lluvia de escombros que afectó diversas zonas naturales y ecosistemas marinos en los márgenes mexicanos del río Bravo.
El colectivo ambientalista Conibio Global ha advertido en repetidas ocasiones que estos episodios, y los residuos que generan —muchos de ellos tóxicos—, podrían perjudicar áreas ecológicamente sensibles como Playa Bagdad, en Matamoros, hábitat de anidación de la tortuga lora, especie en peligro de extinción.
En respuesta, Sheinbaum instruyó a varias dependencias a investigar el caso, argumentando que las actividades de SpaceX en Texas se realizan en una zona muy cercana a territorio mexicano, lo que conlleva riesgos de contaminación terrestre y acuática, además de representar una posible amenaza para la seguridad de las comunidades vecinas.
El pasado fin de semana, según informó Conibio Global, funcionarios federales y estatales, junto con científicos y especialistas, realizaron una inspección en las zonas afectadas. En el operativo participaron la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Secretaría de Marina, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca, la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente de Tamaulipas, y el ayuntamiento de Matamoros.
La inspección se efectuó en al menos cinco puntos de Playa Bagdad, en el municipio de Matamoros. Según la organización, se realizaron dos recorridos: uno por el río Bravo, a bordo de embarcaciones, y otro terrestre por las zonas colindantes. Biólogos y técnicos se encargaron de clasificar los residuos recolectados, entre los que se encontraban plásticos sólidos y esponjosos, fragmentos de aluminio, caucho, piezas metálicas y tanques de combustión. También se tomaron muestras de agua del río y del mar, así como de arena, suelo y vegetación afectada, con el fin de analizarlas en laboratorio.
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SpaceX en la mira la mira del Gobierno mexicano
Aunque aún no se han publicado resultados concluyentes, Sheinbaum informó que los equipos están evaluando qué normas internacionales podrían haberse violado. “A partir de ahí, iniciaremos un proceso, porque en efecto sí hay contaminación”, declaró la mandataria, y añadió que no se trata únicamente de revisar la situación, sino de analizar a fondo los efectos que las operaciones de SpaceX tienen en la zona para, dentro del marco del derecho internacional, presentar las demandas correspondientes.
Tras las últimas dos explosiones de cohetes de la compañía de Musk, voluntarios de Conibio Global han recolectado aproximadamente dos toneladas de plásticos y materiales sintéticos, además de cerca de 13 tanques metálicos con fósforo, una sustancia altamente reactiva que puede causar quemaduras graves en la piel y, en caso de ingestión, dañar órganos vitales como el hígado, los riñones y el sistema nervioso.
SpaceX ha sido señalada en varias ocasiones por el impacto ambiental de sus misiones. Se estima que cada lanzamiento del Falcon 9 deja en órbita una etapa superior con alrededor de 3.5 toneladas de restos, que eventualmente reingresan a la atmósfera. Esta situación ha llevado a la empresa a habilitar una línea telefónica específica para reportar hallazgos de fragmentos de sus cohetes. “Si cree haber encontrado basura espacial, por favor no la toque”, advierte la compañía, solicitando también información detallada sobre el lugar del hallazgo.
Según la organización sin fines de lucro Aerospace Corporation, cada año caen a la Tierra entre 200 y 400 fragmentos de residuos espaciales lo suficientemente grandes como para ser rastreados.