viernes, febrero 7, 2025
Cuba

MINCIN anuncia plan para abrir 50 tiendas en divisas en todo el país


MIAMI, Estados Unidos. – La reciente decisión del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) de expandir el comercio mayorista y minorista en divisas ha avivado el debate sobre la creciente dolarización de la economía cubana. Durante la emisión del programa oficial Mesa Redonda de este miércoles, Aracelys Cardoso Hernández, viceministra del sector, expuso los fundamentos de esta política, que busca atraer inversiones extranjeras y captar divisas para reaprovisionar el mercado en moneda nacional.

Sin embargo, para el economista Pedro Monreal, este enfoque profundiza las desigualdades y debilita aún más la ya deteriorada política monetaria del país. En una serie de publicaciones en la red social X, Monreal criticó lo que considera una “nueva vuelta de tuerca a la dolarización en Cuba”, advirtiendo que la medida beneficia a grandes empresas estatales en detrimento del resto de los actores económicos y de la población que solo tiene acceso al peso cubano.

Expansión del comercio en divisas: una apuesta del régimen

La viceministra Cardoso Hernández reconoció durante su intervención que la oferta en moneda nacional es insuficiente debido a la contracción de la producción y la falta de divisas para reaprovisionar el mercado. Según explicó, el Gobierno ha aprobado hasta la fecha 15 negocios de comercialización mayorista y minorista en divisas, ocho de los cuales están vinculados al sistema empresarial del MINCIN.

“El comercio en divisas garantizará el suministro de materias primas e insumos que fomenten la producción nacional y local”, aseguró la funcionaria, agregando que se priorizarán productos de primera necesidad como alimentos, artículos de higiene y útiles del hogar.

Uno de los proyectos más ambiciosos en este proceso es Mercalhabana S.A., una sociedad mercantil creada para gestionar negocios mayoristas y minoristas de alimentos, con una infraestructura logística que incluye 22 empresas mayoristas y almacenes refrigerados. Según Yaimara Pérez Barrera, vicepresidenta de la empresa, el objetivo es atraer inversión extranjera y optimizar costos logísticos para ofrecer precios “competitivos” a los consumidores.

Otra de las iniciativas destacadas es Alma Caribe S.A., una empresa mixta con participación extranjera que prevé abrir 50 tiendas en el país (48 de ellas serán nuevas construcciones). Su gerente cubana, Sonia Rivero Batista, explicó que el plan inicial contempla la venta de alimentos y productos de higiene en divisas, con la expectativa de diversificar la oferta en el futuro.

“El comercio interior en moneda nacional es y seguirá siendo mayoritario en nuestro país. La población debe tener confianza”, afirmó Cardoso Hernández, insistiendo en que la comercialización en divisas es una medida temporal y transitoria para captar recursos que permitan sostener los programas sociales del Estado.

Una medida “desigual” e “ineficaz

El economista Pedro Monreal cuestionó duramente la estrategia gubernamental, argumentando que la dolarización parcial de la economía no solo segmenta aún más el mercado, sino que también agrava las desigualdades sociales.

En su análisis, el especialista advirtió que el MINCIN se está sumando activamente a la sustitución del peso cubano por divisas, sin abordar el problema de fondo: los bajos salarios y pensiones en moneda nacional. “La dolarización no resuelve esos problemas estructurales”, afirmó.

El experto también puso en duda la justificación oficial de que la recaudación en divisas permitirá mejorar la oferta en moneda nacional. Según Monreal, esta idea “ya ha sido desacreditada por la práctica reciente”, pues en lugar de destinar los ingresos obtenidos a reaprovisionar el mercado en pesos cubanos, el Gobierno prioriza la inversión en infraestructura comercial dolarizada.

Otro aspecto preocupante, según el economista, es la afirmación de que el comercio mayorista en divisas garantizará insumos para fomentar la producción nacional. Monreal señaló que este tipo de encadenamiento productivo requiere de factores adicionales, como un suministro energético estable e incentivos reales para los productores, condiciones que el país no está cumpliendo.

“Se intenta vender un círculo virtuoso de recaudación dolarizada, venta de insumos en divisas y fomento de la producción, cuando ya se conoce el fallo del esquema de la empresa estatal GELMA en sus ventas en divisas a los productores agropecuarios”, subrayó.

Monreal también cuestionó la expansión del comercio en dólares como un mecanismo para captar remesas, sugiriendo que la medida busca, más bien, redirigir esos ingresos desde el mercado cambiario informal hacia los grandes “holdings” estatales. “No se trata de potenciar la recepción de remesas, sino de controlar su destino”, indicó.

Además, el economista destacó que la dolarización fortalece el control estatal sobre el comercio interno, excluyendo del negocio a los actores privados. “No solamente los privados están excluidos del comercio mayorista, sino que el redituable comercio minorista dolarizado es monopolizado por pocos holdings estatales”, denunció.

Por último, Monreal advirtió sobre la contradicción del discurso oficial, que por un lado presume de “flexibilización” y “atracción de inversión extranjera”, mientras mantiene un férreo control estatal sobre el comercio. “No queda claro qué pudieran ser esos ‘precios competitivos’ que se mencionan”, concluyó.





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