viernes, noviembre 22, 2024
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No se pueden ni ver: las razones del tremendo odio de la reina Camilla hacia el príncipe Harry


Jorge C. Parcero

Digamos la obviedad: tras dos entrevistas bomba, unas memorias escandalosas y aquel documental más que incómodo, la relación del príncipe Harry con la familia real es
prácticamente inexistente. La hermandad con el príncipe Guillermo, futuro rey, está hecha trizas, tanto que los supuestos intentos de
Kate Middleton por reconciliarles
han sido infructuosos. No son, sin embargo, los príncipes de Gales los que menos echan de menos al duque de Sussex.
La reina Camilla
le destesta aún más.

«Camilla está en contra de que el príncipe Harry regrese de la forma que sea.
No le quiere ver ni en visita amistosa«, ha asegurado recientemente una fuente anónima a la revista estadounidense ‘Closer’. Esta persona cercana a la familia Windsor asegura que la esposa de Carlos III está más que satisfecha con los miles de kilómetros que
separan Londres de Montecito
. Los Sussex, cuanto más lejos, mejor.

La mera idea de que
el príncipe Harry vuelva a pisar
cualquier propiedad real hace enfurecer a Camilla. «La reina
no quiere encontrarse con él cara a cara, y mucho menos mostrarle perdón o misericordia«, afirma tajante esta fuente. No es extraño que la consorte no esté predispuesta a un encuentro con el hijo menor del rey Carlos. Los calificativos que le ha dedicado en los últimos tiempos han sido duros, hasta el punto de describirla como su
«malvada madrastra».

Según publica la mencionada revista, el príncipe es, en opinión de Camilla, un
«lobo con piel de cordero» que solo busca «causar drama y estrés». Además, atendiendo al delicado momento que vive la familia real, «está convencida de que cualquier interacción entre el rey Carlos y él solo dañaría su salud y a la familia en su conjunto». Por este motivo, cada vez que sale a colación la relación con el duque de Sussex, zanja el asunto diciendo que lo prudente es
que Harry se mantenga alejado de ella
si recibe una invitación para viajar a Reino Unido.

En sus memorias, Harry denuncia la crueldad de Camilla

En su
autobiografía publicada el año pasado
, Harry reveló que, en 2005, él y el príncipe Guillermo
suplicaron a su padre que no se casara con Camilla. El monarca había mantenido una larga relación con la ahora reina de Inglaterra, que discurrió prácticamente paralela a sus quince años de matrimonio con la princesa Diana.

«A pesar de que Guillermo y yo le insistimos para que no lo hiciera, papá siguió adelante. Le dimos la mano y le deseamos lo mejor.
Sin rencores«, escribe Harry en ‘Spare’. »Reconocimos que por fin
iba a estar con la mujer que amaba
, la mujer que siempre había amado«, añadió al final con cierta ternura o disimulada amargura.

El príncipe Harry, durante una de sus últimas visitas a Londres. /

gtres

En sus polémicas memoras, Harry reflexionó sobre sus dificultades de adaptación al nuevo matrimonio de su padre. Se preguntaba si Camilla sería cruel con él «como todas las madrastras malvadas de los libros de cuentos». Además, desveló que Guillermo «albergaba desde hacía tiempo
sospechas sobre la Otra Mujer«. La gota que colmó el vaso fue sentirse desplazado del que había sido su espacio en Clarence House, la residencia londinense de los Windsor: Camilla convirtió su dormitorio en su vestidor personal.

Existen motivos de más enjundia para explicar esta enemistad profunda. Por ejemplo, una
trama armada por el jefe de comunicación de Camilla y el mismísimo rey Carlos para «echar a Harry a los pies de los caballos» a propósito de la noticia que en 2002
desveló que consumía drogas
. Todo para que la prensa se centrara en el pequeño de los Windsor, y no en Camilla.

El duque de Sussex aseguró en su autobiografía que también Guillermo estaba furioso por este tipo de maniobras para contentar a los medios de comunicación. En 2019, según escribió Harry en ‘Spare’, «la gente de papá y Camilla habían
inventado una historia sobre él, Kate y los niños, y él no iba a soportarlo más».

Una larga serie de desencuentros reales

Además de en su polémica autobiografía, Harry desgranó en varias entrevistas promocionales sus críticas hacia Camilla. Incluso llevándolas un poco más lejos, hacia terrenos mucho más personales. Llegó a afirmar, por ejemplo, que
su madrastra tenía una «agenda calculada» para
reinventar su imagen pública
, lo que allanó el camino para que se produjera su matrimonio con Carlos III y conseguir su actual título de reina.

En su primera entrevista para promocionar su libro, Harry se explayó en el canal ITV sobre la relación entre la familia real y la prensa británica y acusó a los Windsor de
meterse «en la cama con el diablo». Citó, además, como prueba la supuesta filtración de Camilla de una de sus primeras conversaciones con Guillermo. Un error, porque el diario ‘The Telegraph’ descubrió más tarde que no había sido Parker-Bowles la filtradora, sino su antigua asistent. Fue despedida por ello.

Carlos y Camilla, de barbacoa en su reciente viaje por Australia. /

gtres

No contento con esas acusaciones fallidas, Harry las redobló en el famoso programa de televisión estadounidense ’60 Minutes’. Allí
calificó a Camilla de «peligrosa» por sus conexiones con los medios de comunicación. «Tenía una gran disposición a intercambiar información. En una familia construida a partir de una férrea jerarquía y con una persona así camino de convertirse en reina, solo puedes esperar cadáveres tirados por la calle», dijo entonces.

Hubo más calificativos del príncipe Harry dirigidos a Camilla Parker Bowles. Durante la entrevista, describió a su madrastra como «la villana» y la «tercera persona en el matrimonio», haciéndose eco de la
polémica entrevista de Diana de Gales
con Martin Bashir en 1995, cuando la añorada princesa dijo la célebre frase: «Éramos tres en el matrimonio».

Poco después, en una aparición en el programa de televisión estadounidense ‘Good Morning America’,
Harry intentó suavizar suo opiniones sobre Camilla, diciendo que su figura le producía una «enorme compasión» y asegurando que quería a todos los miembros de su familia. «Es mi madrastra. No la veo como una madrastra malvada», matizó. Y añadió: «Veo a alguien que se casó con una institución y que, dentro de ella, ha hecho todo lo que ha podido para mejorar su reputación y su imagen por su propio bien». Unas palabras que, sin embargo, no parecen haber sido suficientes para aplacar la ira de la reina.





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